Por Hernán Andrés Kruse.-

Williams Kaliman quedará registrado en los libros de historia de los golpes de Estado en Latinoamérica como el militar que le “sugirió” al presidente constitucional Evo morales que renuncie al cargo para “descomprimir” la situación. Un típico exponente de unas fuerzas armadas que desde hace décadas han pasado a ser fuerzas de choque de las élites que detentan el poder, de unas fuerzas armadas que sólo se dedican a una función reprimir a mansalva a los sectores pobres de la sociedad cuando tienen el tupé de protestar. Williams Kaliman es el fiel representante del militar que prostituyó su esencia, que ultrajó aquellos valores por los que lucharon los uniformados que se jugaron la vida para garantizar la libertad y la dignidad del continente latinoamericano.

En estas horas de desasosiego y preocupación hace bien rememorar a esos militares que honraron su uniforme. Tales los casos de José de San Martín, libertador de Argentina, Chile y Perú, y Manuel Belgrano, héroe de las guerras de la Independencia. Además de cortar las cadenas utilizadas por el imperio español para mantener sojuzgadas a las poblaciones de las Provincias Unidas del Río de la Plata, dejaron como legado intelectual las siguientes reflexiones (Fuente: Wikiquote).

José de San Martín

«Al Ejército de los Andes queda la gloria de decir: en 24 días hicimos la campaña, pasamos las cordilleras más elevadas, concluimos con los tiranos y dimos libertad a Chile».

«Compañeros juremos no dejar las armas de la mano hasta ver al país enteramente libre o morir con ellas como hombres de coraje».[

«Cuando hay libertad, todo lo demás sobra».

«De lo que mis granaderos son capaces, solo lo sé yo, quien los iguale habrá, quien los exceda no».

«Prohíbo que se me haga ningún género de funeral; y desde el lugar en que falleciere se me conducirá directamente al cementerio sin ningún acompañamiento; pero sí desearía que mi corazón fuese depositado en el de Buenos Aires».[

«En defensa de la patria todo es lícito menos dejarla perecer».[4]

«El hombre bajo todo gobierno será el mismo, con las mismas pasiones y debilidades».

«El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende. ¡Viva la patria! ¡Viva la libertad! ¡Viva la independencia!».

«El que se está ahogando no repara en lo que tiene a mano para agarrarse».[

«Hace más ruido un solo hombre gritando que cien mil que están callados».

«La biblioteca destinada a la educación universal, es más poderosa que nuestros ejércitos».

«La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien».

«La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes, ni le da armas para que cometa la bajeza de abusar de estas ventajas, ofendiendo a los ciudadanos con cuyos sacrificios se sostiene. La tropa debe ser tanto más virtuosa y honesta, cuanto es creada para conservar el orden de los pueblos, afianzar el poder de las leyes y dar fuerza al gobierno para ejecutarlas y hacerse respetar de los malvados, que serían más insolentes con el mal ejemplo de los militares. La patria no es abrigadora de crímenes».

«La seguridad de los pueblos a mi mando, es el más sagrado de los deberes».

«El Perú se ha vuelto una verdadera chingana. Pretextando mala salud, me he excusado de aceptar dos invitaciones a retomar el mando, y permanecí en Mendoza a la expectativa. Sabía que desde allí podía llegar rápidamente a Valparaíso y embarcarme hacia el Perú si la situación lo requería. Pero es claro que Bolívar y yo no cabemos, los dos, en el Perú».

«Los soldados de la patria no conocen el lujo, sino la gloria».

«Mi juventud fue sacrificada al servicio de los españoles, mi edad mediana al de la patria, creo que tengo derecho de disponer de mi vejez».

«Mi nombre es lo bastante célebre para que yo lo manche con una infracción a mis promesas, aun cuando se conciba que como particular pueda fallar a ellas».

«Mi sable nunca saldrá de la vaina por opiniones políticas».

«Mis necesidades están suficientemente atendidas con la mitad del sueldo que gozo».

«No esperemos recompensas de nuestras fatigas y desvelos».

«No hay revolución sin revolucionarios. Los revolucionarios de todo el mundo somos hermanos».

«Para los hombres de coraje se han hecho las empresas».

«Sacrificaría mi existencia, antes de echar una mancha sobre mi vida pública que se pudiera interpretar por ambición».

«Serás lo que debas ser o no serás nada».

«Seamos libres y lo demás no importa nada».

«Si hay victoria en vencer al enemigo, la hay mayor cuando el hombre se vence a sí mismo».

«Siento la fatiga de la muerte».

«Una derrota peleada vale más que una victoria casual».

«Un buen gobierno no está asegurado por la liberalidad de sus principios, pero sí por la influencia que tiene en la felicidad de los que obedecen».

«Uno debe saber vivir con el dinero que tiene».

Manuel Belgrano

«Antiguamente se halló en la política la máxima siguiente: “Es bueno mantener la gran masa del pueblo en la ignorancia, idea que aunque no fuera indigna del hombre, se opone al verdadero interés del Soberano.” […] Ese es uno de los objetivos más importantes del gobierno. Vasallos dichosos y Soberano poderoso, son el resultado del estado actual de las escuelas públicas, y de la educación lugareña, que después de mil ensayos, se han establecido en varias provincias de Alemania, Suecia, Inglaterra, etc… […] Por este medio se logran en la gran masa de una nación costumbres sanas».

“A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto he podido y jamás he faltado a mi palabra».[1]

«Bien puede pesarle a todos los demonios, pero en mí no tendrán jamás cabida».

«Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días, la historia de los siglos y de los tiempos nos enseña cuánto aprecio han merecido todos aquéllos que han puesto el cimiento a alguna obra benéfica a la humanidad».

«Deseo ardorosamente el mejoramiento de los pueblos. El bien público está en todos los instantes ante mi vida».

«El camino seguro de la libertad es la lucha por la libertad social».

« […] el estudio de lo pasado enseña cómo debe manejarse el hombre en lo presente y por venir».

« […] el hombre, por su naturaleza, aspira a lo mejor, y, por consiguiente, desea tener comodidades y no se conforma sólo con comer».

« […] el honor y el premio son los dos resortes más a propósito, para que no se adormezca el espíritu del hombre […]».[7]

« […] el interés es el único móvil del corazón del hombre y bien manejado puede proporcionar infinitas utilidades».[8]

«El miedo sólo sirve para perderlo todo».

«El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente».

«En mis principios no entra causar males sino cortarlos, como lo voy consiguiendo».

«En vano los hombres se empeñan en arrastrar a su opinión a los demás, cuando ella no está cimentada en la razón».

«Fundar escuelas es sembrar en las almas».

«Fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio son los tres importantes objetos que deben ocupar la atención de Vuestras Señorías. […] Es el verdadero país de la felicidad, pues en él se encontrará la verdadera riqueza, será bien poblado y tendrá los medios de subsistencia».

«Era preciso corresponder a la confianza del pueblo, y me todo contraje al desempeño de esta obligación, asegurando, como aseguro, a la faz del universo, que todas mis ideas cambiaron, ni una sola concedía a un objeto particular, por más que me interesase: el bien público estaba a todos instantes ante mi vista».

«Esa paz tan estimable se compra al duro precio de la sangre y de la muerte».[

«Este país, que al parecer no reflexiona ni tiene conocimientos económicos, será sin comercio un país desgraciado, esterilizada su feracidad y holgando su industria».

«Estoy muy acostumbrado a contrastes y más espíritu tengo en ellos que en las prosperidades; me ocurre siempre en éstas que después del buen tiempo viene el malo y en éste que ha de venir aquél».

«¡Juro a la patria y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey no hubiese renunciado, a fe de caballero, yo le derribaré con mis armas!».[

«Trataré de proponer medios generales para el adelantamiento de la agricultura, como que es la madre fecunda que proporciona todas las materias primeras que dan movimiento a las artes y al comercio».

«La sombra de la Junta que traigo conmigo hace prodigios; la Junta será la vencedora, no yo; su nombre solo con el aspecto de nuestros bravos atrae a los afectos y aterra a los malvados».

«La vida es nada si la libertad se pierde».

«Lo que creyere justo lo he de hacer, sin consideraciones ni respetos a nadie».

«Los gobiernos ilustrados, conociendo las ventajas que prometen el premio y el honor, han echado mano de estos principios motores del corazón humano para todas las empresas».

«Los hombres no entran en razón mientras no padecen».

«Me glorío de no haber engañado jamás a ningún hombre y de haber procedido constantemente por el sendero de la razón y de la justicia, a pesar de haber conocido la ingratitud».

«Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria».

«[Mis ideas] no se apartan de la razón y justicia que concibo, ni jamás se han dirigido a formar partidos, ni seguirlos».

«Descuide usted que la recomendación irá en toda regla; pídame usted lo que quiera, que estoy pronto para todo; mis ideas se conforman con las de usted, y nada me anima más que el bien de la patria, cuya inclinación conozco en usted auxiliada de las luces que yo quisiera tener».[

«Mis intenciones no son otras que el evitar la efusión de sangre entre hermanos».

«Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella».

«Nada importa saber o no la vida de cierta clase de hombres que todos sus trabajos y afanes los han contraído así mismo, y ni uno solo instante han concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual fuere, debe siempre presentarse, o para que sirva de ejemplo que se emite, o de una lección que retraiga de incidir en sus defectos».[

«Nadie me separara de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la patria amada, y como éste solo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses, estoy cierto de que seré constante en seguirlos».

«Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos».

«No hay fiel ejecutor, ni tasa mejor que la concurrencia; ésta es la que nivela y arregla los precios entre el comprador y el vendedor; ninguna cosa tiene su valor real, ni efectivo en sí misma, sólo tiene el que nosotros le queremos dar; y éste se liga precisamente a la necesidad que tengamos en ella; a los medios de satisfacer esta inclinación; a los deseos de lograrla y a su escasez y abundancia».

«No busco el concepto de nadie, sino el de mi propia conciencia, que al fin es con la que vivo en todos los instantes y no quiero que me remuerda».

«No busco glorias si no la unión de los americanos y la prosperidad de La Patria».

«No es lo mismo vestir el uniforme militar, que serlo».

«No hallo medio entre salvar a la patria o morir con honor».

«No hubiese un español que no creyese ser señor de América, y los americanos los miraban entonces con poco menos estupor que los indios en los principios de sus horrorosas carnicerías, tituladas conquistas».

«No se crea que es ajeno al ministerio eclesiástico el instruir y el comunicar luces sobre el cultivo de las tierras, artes comercio, etc. (…), pues el mejor medio de socorrer la mendicidad y la miseria es prevenirlas y atenderlas en su origen, y nunca se puede prevenir si no se proporcionan los medios para que se busque su subsistencia».

«Nuestros patriotas están revestidos de pasiones, y en particular, la de la venganza; es preciso contenerla y pedir a Dios que la destierre, porque de no, esto es de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad».

«Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia. Pero yo me río, y sigo mi camino».

«Pues deseo que todos sepan el bien para alegrarse, y el mal para remediarlo, si aman a su patria; así que nada oculto ni ocultaré jamás».[

«Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para aquéllos».

«Que nos entristezcamos o nos alegremos, la mano que todo lo dirige, no por eso va a variar: esta es una verdad evangélica».

«¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público?».

«Quiero volar, pero mis alas son chicas para tanto peso».

«Renuncio a mi sueldo de vocal de la Primera Junta de Gobierno porque mis principios así me lo exigen».

«Se apoderaron de mis ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido».

«Se deben poner escuelas gratuitas para la niñas, de se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres».

«Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos».

«Sin enseñanza no hay adelantamientos y he clamado siempre por la escuela […] como medios para la prosperidad del estado».

«Sirvo a La Patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el premio al que aspiro».

«Soy muy amante de que todas las ciencias se sepan por principios y nadie pueda tener conocimiento de aquellas sin estar instruidos en éstos».

«Su único fin debe ser por un avenimiento… o veremos transformarse el país en puros salvajes».

«Todo depende y resulta del cultivo de las tierras; sin él no hay materias primeras para las artes, por consiguiente, la industria, que no tiene cómo ejercitarse, no puede proporcionar materias para que el comercio se ejecute».

«Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia».

«Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado».

«Yo no sé más que hablar la verdad y expresarme con franqueza: esto me lo he propuesto desde el principio de la revolución y he seguido y seguiré así».

«Yo espero que los buenos ciudadanos de esta tierra trabajarán para remediar sus desgracias. Ay Patria mía».

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