Por Silvia E. Marcotullio.-

El escándalo producido por la actividad política interna de Raúl Zaffaroni siendo miembro de la CorteIDH, ha puesto sobre el tapete el papel que vienen jugando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos en una materia tan cara a la sensibilidad y el interés de los países miembros. Respecto de estas instituciones a las cuales tenemos sujeción por convenciones internacionales (en realidad menor a la que luego, en nuestro perjuicio como país, interpretaron nuestros propios poderes gubernamentales), parece que ya es hora de que se reconsidere la conveniencia de nuestra pertenencia a esos organismos.

Artículo completo en: LOS ORGANISMOS AMERICANOS DE DERECHOS HUMANOS

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