Por Pedro Álvarez Bustos.-

El presidente Mauricio Macri ha querido imponer los “sin corbata” como el dress code de su gestión.

Dress code como código de vestimenta, no como sinónimo de elegancia precisamente.

Mucho tienen que ver los (o las) asesores de imagen. De esta forma surgen detalles que logran instalarse también en la política.

Sans-culottes, camisas negras y descamisados

Durante la Revolución francesa aparecieron los sans-culottes, es decir los “sin calzones”; prenda habitual entre los aristócratas, había cuenta que la gente del pueblo usaba pantalones. Despectivamente, la clase alta, utilizaba ese giro literario para despreciar al pueblo revolucionario y de esa forma el atuendo dio nombre a una categoría social.

La Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional nació como un cuerpo de milicias de la Italia fascista y fue organizado por Benito Mussolini, como movimiento de acción violenta. Como consecuencia del color de su uniforme sus miembros fueron conocidos como “camisas negras” (en italiano: camicie nere); posiblemente inspirados en los “camisas rojas” de Garibaldi.

En Argentina el término “descamisado” surge durante las manifestaciones políticas obreras del 17 de octubre de 1945, cuando quienes reclamaban obtienen la libertad de Juan Domingo Perón que había sido encarcelado por el presidente Farrell. El calor de ese día motivó que muchos se sacaran las camisas y ello dio origen al término “descamisados”, usado despectivamente por los antiperonistas y luego asumido como propio por los mismos peronistas.

Cuenta Tomás de Iriarte

Recorriendo la historia argentina y más precisamente la década de 1820, se observa que Tomás de Iriarte cuenta en sus memorias que, caminando junto a Carlos María de Alvear, ven a Manuel Dorrego “desaliñado y desprolijo: Excusado, es decir que esto era estudiado para captarse la multitud, los descamisados”.

¿Y ahora qué está pasando?

Obama y Kicillof

El presidente de Estados Unidos Barack Obama suele presentarse con camisa y saco, “sin corbata”, pero no en actos protocolares en los que representa a su país. Lo cual parece correcto; ni pierde autoridad, ni muestra ser mas populista o populachero o más democrático.

Por su parte el ex ministro argentino y actual diputado Axel Kicillof, hizo del “sin corbata” un hábito. Dada su juventud, talla, apariencia y desastrosa gestión, se lo toleró para que al menos pudiera trascender por esa infeliz circunstancia. Incluso presentó un libro, “Diálogos sin corbata”, inspirado en el programa “Economía sin corbata”.

Como se ve, no se trata -el de Macri- de un look totalmente novedoso.

Consectario

Es ridículo imaginar que la corbata ponga distancia. Como también considerar que se luce mas accesible si no se usa.

No interesa -o poco atañe- el vestir de Mauricio Macri, pero si

debe preocupar el ropaje del presidente de los argentinos.

Los códigos de vestimenta pueden cambiar, pero hay oportunidades en que deben observarse determinadas formas (reunión campestre, conmemoración social, acto protocolar oficial, función de gala, boda, etcétera) y si bien puede que no haya normas escritas, están aquellas donde procede prime el sentido común.

Respétese el eterno dress code que indica usar la ropa mas adecuada para cada momento y no como ocurrió en el primer gran acto oficial de la gestión Macri, llevado a cabo en el Salón Blanco de la Casa Rosada (18/02/16).

No se vieron chombas, ni jean, aunque si alguna zapatilla, eso si de gran precio y buena marca, pero zapatilla al fin. Y un casi común denominador, ausencia de corbatas, salvo honrosas excepciones como la del gobernador de La Pampa.

Colofón

Concluidas las acotaciones “atuendísticas” y ante la verdad de la herencia recibida se proclama, en síntesis, lo medular que -en esta etapa del país- es que la oposición responsable sume y vaya acordando, sin resignar principios, con el presidente Mauricio Macri para reafirmar la gobernabilidad y el despegue que ya ha comenzado con la resolución de los problemas que tenemos; que vienen de años.

Ese es el verdadero coronamiento deseado por los argentinos de bien.

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