Por Nelson David Cremades.-

En mi país, la Argentina, hay dos categorías de judiciables: los humanos y los subhumanos.

Integran la primera categoría todos los, asesinos, violadores, ladrones, secuestradores, corruptores, femicidas, infanticidas, políticos ladrones, lavadores de dinero, tratantes de seres humanos y otros, a los que designan “delincuentes comunes”.

La segunda categoría, los subhumanos, son los uniformados que combatieron a los ejércitos guerrilleros y vencieron. A esos se los designan como “represores o de lesa humanidad”.

Los delincuentes comunes, es decir los humanos, pueden y deben gozar de derechos humanos, como es obvio, pero los otros, por ser subhumanos, no merecen tener dichos derechos.

Los humanos tienen derecho a: no ser penados sin juicio previo, fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgados por comisiones especiales o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa y las cárceles no serán un castigo, sin mortificación para el reo. Podrán gozar de principios legales básicos como la prescripción, la no condenación sin pruebas, el beneficio de la duda, ni la construcción de una prueba basada en simples testimonios de integrantes de una misma banda criminal, entre otros derechos comunes.

Con los subhumanos, la cosa es diferente, claro, son subhumanos. Para éstos, el único derecho del que pueden gozar, es sobrevivir, en su ancianidad, en cárcel, hasta que vayan siendo eliminados según un plan sistemático. Todas las condenas son a muerte. Consecuentemente, ya son 360 (trescientos sesenta) los fallecidos en cautiverio, pertenecientes a todas las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales, Fuerzas Penitenciarias y Civiles; en el marco de este proceso de persecución, venganza y exterminio.

Para los subhumanos, ni el derecho a estudiar.

Si no lo comprendió bien, repito de otra forma: para los subhumanos “ni justicia”.

Una asociación lícita, pero ilegítima, se conformó para ejecutar el plan de eliminación: Los poderes Judicial, Ejecutivo y Legislativo, constituyeron una banda criminal para matar ancianos. Parece mentira, pero es así la verdad.

Tal es el retroceso histórico del derecho penal en la Argentina, donde la prevaricación fue la regla entre los jueces federales, responsables inmediatos y necesarios. La responsabilidad mediata de todos estos homicidios por venganza, recae en los otros dos poderes cómplices.

Si usted pertenece a la categoría de subhumano, dese por muerto (salvo que Dios lo ampare).

Un ejemplo burdo quizás: Si un ignoto policía disparó a un guerrillero en un confín del país, El Teniente General Jorge R. Videla fue el autor mediato. (Subhumano asesinado en prisión y sumido en la pobreza).

Si matan a 55 personas en un tren en Once, a nadie se le ocurre pensar que la Presidente Fernández de Kirchner fue autora responsable mediata (Humana con derechos disfrutando de sus dos pensiones en su casa y millonaria)

La verdad es que me da papelón enseñar a los muchachos los rudimentos de la legalidad constitucional argentina.

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