Por Manuel Lichtenstein.-

El Primer Ministro francés, Georges Clemenceau, entre sus frases históricas, dijo que la guerra es un tema muy delicado para dejarlo en manos de los militares y parafraseándolo, aunque para los economistas 2 x 2 es igual 4, muchos de ellos no saben qué hacer con el 4.

Esta reflexión viene al caso porque, si tal como lo prenunciara el Presidente Macri, para llegar a la pobreza cero, sin desarrollo y explotación de los valores primarios que subyacen en esta generosa tierra, no lograremos eliminar uno de los peores flagelos que azota a nuestra sociedad en su conjunto.

Sin ser economista, creo que todo programa de estado de largo alcance, debe comenzar por el principio, de manera que entre otras asignaturas, si no se descongestiona nuestra desproporcionada población que supera los 40.000.000 de habitantes, concentrados en más de un 48% en la Capital Federal y su zona de influencia, no lograremos arañar una racionalidad en una propuesta seria de crecimiento y desarrollo.

Más que propuestas y programas de este gobierno en el corto, mediano y largo plazo, las proyecciones de arranque podrían resultar comenzar exitosas, si los rutas tanto nacionales como provinciales, y las autopistas que en la actualidad son insuficientes, muchas de ellas en estado calamitosos, fueran de su atención como de prioridad total.

Ni hablar de los ferrocarriles que sistemáticamente debido a políticas deliberadamente erradas por gobiernos sin miras de desarrollo regionales, al rebajar o eliminar la función de los servicios ferroviarios, condenaron a muchos pueblos del interior a borrase del mapa, o convertirse en fantasmas sin perspectivas.

De manera que todas las riquezas, agropecuarias, mineras y forestales que subyacen dormidas en sus entrañas, como consecuencia de gobiernos retrógrados, vaya uno a saber con qué fines espurios, a partir de hoy, si fuera verdad que el Presidente Macri encabeza el cambio que de vuelta la taba, podíamos alcanzar en pocos años un puesto de vanguardia entre los países, y dejar atrás este injusto atraso que el pueblo argentino no merece, sobre todo en un mundo que espera mucho de nosotros.

Por último, para finalizar, reiteramos que, metafóricamente este edificio que la ciudadanía espera que construyamos, debe comenzarse desde sus cimientos, es decir, las economías regionales están obligadas a explotar con sus propias gentes, sus riquezas que sumadas al valor agregado por la industrialización de sus materias primas, verdadera fuente de progreso y desarrollo, única salida para que la pobreza quede definitivamente desterrada en la vida de nuestros hermanos.

No quisiera que se interprete que me atrevo a venderle naranjas a los paraguayos, pero fueron tantos los gobiernos que vieron pasar el tren de la abundancia, tal vez con la excepción del Presidente Arturo Frondizi, a mi juicio único estadista que supo ver debajo de agua, por quien lamentablemente nadie se jugó por él cuando fuera derrocado a través de un falaz golpe de Estado, el 29 de Marzo de 1962, no está de más este recordatorio que apunta a señalar los objetivos de un gobierno que debiera cumplir con lo prometida en su campaña electoral.

Share