Por Hernán Andrés Kruse.-

Para el presidente de la nación en las elecciones de octubre su gobierno se jugará su futuro. Saldrá a la cancha, pues, a matar o morir. Como bien dice Luis Majul en su artículo “Macri apuesta a todo o nada” (La Nación, 13/4/017) “el Presidente; el jefe de gabinete, Marcos Peña; la gobernadora María Eugenia Vidal, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tomaron una decisión política audaz que no tiene retorno: confrontar con “lo peor” del cristinismo, el sindicalismo y el peronismo. Forzar la polarización. Inducir a la opinión pública a elegir entre el pasado y lo que hay. Presentar la competencia electoral de este año como una lucha entre “los buenos” y “los malos”. Invitar a suponer que sólo existen dos alternativas: apoyar a este gobierno aunque no le esté yendo del todo bien o volver al populismo y transformarse en la Venezuela de Nicolás Maduro”.

Según el periodista macrista, el gobierno tomó esa decisión siguiendo los consejos de Jaime Durán Barba. “La imagen positiva de Macri volvió a los picos que mostraba antes del litigio del Correo. La imagen de gestión de Vidal y la de Larreta volvieron a crecer” (…). “Todavía no hay números serios sobre intención de voto, pero las encuestas cualitativas que hicieron desde el gobierno y fuera del Poder Ejecutivo coinciden en que Cambiemos fortaleció su identidad, volvió a dominar la agenda política y salió del letargo en que estaba atrapado desde principios de año” (…) “Según esos números, en las PASO del 13 de agosto de este año, Cristina Kirchner obtendría entre el 33 y el 35 por ciento de los votos; Cambiemos, con Elisa Carrió, el 32 por ciento, y el tándem Sergio Massa-Margarita Stolbizer lograría un 22 por ciento. De acuerdo con los vaticinadores del oficialismo, las elecciones del 22 de octubre terminarían polarizando la competencia entre los dos primeros y llevando la mayoría de los votos del Frente Renovador hacia los candidatos de la gobernadora” (…) “La mesa chica del Presidente es optimista y supone que, al final del camino, terminaría superando a Cristina candidata por la misma diferencia proporcional de votos con que Vidal terminó derrotando a Aníbal Fernández. Cree que eso sucedería porque se verían beneficiados por los votos de segunda opción, provenientes de Massa y Margarita” (…).

“La decisión de confrontación directa contra todo lo que representan Cristina y sus incondicionales parece conllevar beneficios inmediatos, pero nadie puede vaticinar sus efectos a mediano y largo plazo. Para empezar, la línea que separa la eventual victoria de la posible derrota es muy delgada. Tanto como el resultado final de las elecciones presidenciales de 2015. Para seguir, el cambio de rumbo está desnaturalizando lo que Peña entendía hasta hace poco como la esencia de Pro: más “budista” que “combativa”. Los que analizan la política más allá de las encuestas de ocasión saben que cuando un gobierno en ejercicio endurece su discurso, termina agrandando y expandiendo el arco opositor. El primer efecto real se verá la semana que viene en Diputados. El bloque del Frente para la Victoria no podrá sumar a otros en su intención de discutir el problema docente en el recinto, pero sus diputados se terminarán sumando a una iniciativa idéntica del bloque del Frente Renovador. La dinámica de la agenda política volverá a quedar en manos de la oposición, y los sindicatos docentes recuperarán el aire que les venía faltando desde la semana pasada. El otro riesgo es peor: que de tanto inflar a Cristina la terminen transformando en ganadora y candidata inevitable para las presidenciales de 2019”.

En su edición del 10 de abril, Página/12 publicó un artículo de Eduardo Aliverti titulado “La profundización del odio”. Dice el autor: “En la frase “Qué bueno es estar hoy acá, trabajando”, pronunciada por Macri el jueves del paro, delante de empresarios y banqueros en la inauguración del foro económico Mundial para América Latina, se sintetizan varios aspectos de la escena política. Más todavía cuando se la completa con su afirmación, en el mismo ámbito, de que pueden llevarse cuando quieran la plata que vayan a traer” (…) “La provocación presidencial fue articulada con la inmediatamente al paro, cuando el mismo Macri declaró a una agencia de noticias estadounidense que “no hay plan B” del programa económico en curso. Según se sabe y más allá de la circunstancia del paro, ambas bravatas fueron estimuladas por el envalentonamiento oficial tras las manifestaciones de apoyo del 1 de este mes” (…) “Fueron una expresión de antiperonismo visceral que no es ninguna noticia respecto del núcleo duro que votó a Cambiemos; y del mismo modo puede decirse que la aplastante superioridad numérica de la oposición, durante las protestas de marzo, no refleja otra cosa que una suma enfervorizada de minorías intensas a la búsqueda de liderazgo” (…).

“El gobierno zafó bien, con la ayuda imprescindible de su cadena mediática privada. Pero puede arriesgarse una ucronía. Si las manifestaciones de apoyo hubiesen sido escuálidas, como en verdad lo fueron con excepción del centro de Buenos Aires, no habría cambiado la percepción oficial acerca de obligarse a un discurso profundamente gorila, pendenciero. ¿Por qué? Porque el Gobierno no tiene más recurso que confiar en que, pase lo que pase y se hunda lo que se hunda, el desastre de su gestión-en términos de necesidades populares-sobrevivirá gracias al deseo de no volver a la yegua. Y ni hablar si alguna mínima recuperación de la economía aproxima algún indicador a, justamente, los tiempos en que gobernaban ella y él. En caso contrario inventan o potencian toda imaginería de brote verde, tal como lo hacen a diario. Un poco de ese disfraz por acá, ayudado porque justo antes de las primarias llegarán medio aguinaldo, efecto paritarias y de algo de obra pública; otro poco de la dispersión o luchas intestinas del peronismo por allá, y quién dice que el “milagro” no se consumará” (…) “Lo indiscutible es que el Gobierno no dispone de otra estratagema porque, en primerísimo lugar, no tiene forma ni, mucho menos, vocación de dar marcha atrás frente a los intereses que representa”(…).

“Y entonces contestó lo que contestó (que no hay plan B para la economía). Que no hay más que esto, que significa proseguir con el festival de endeudamiento externo porque es la única manera de retornar al mundo; que no gobierna para una minoría, pero que sin esa minoría de hombres de negociados no hay salida posible; que justo a él, cuyos orígenes corporativos son los de tejer componendas con el Estado y con la burocracia sindical, no vendrán a apretarlo con paros domingueros. Está bien lo que hace. Nunca lo amarán. Ni siquiera los propios. Pero al menos intenta que le teman, o dar sensación de figura categórica. En la inauguración del “Davosito”… Macri podría haber evitado el “qué bueno es estar acá trabajando” cuando había un paro general” (…) “Podría haber agradecido que ésos, sus socios de modelo y, digamos, algo más también, estuvieran ahí en momentos difíciles, de conflicto social, de crispación, de parto complicado para asentar el programa de mejor cría y reparto de la riqueza. No. Tuvo que decir que acá, en este foro, en medio del glamour de la gente como uno, se está trabajando mientras afuera andan de picnic sindical. Siguiendo para atrás, al cabo de las manifestaciones de apoyo del sábado podría haberse guardado o filmarse diciendo, simplemente, gracias. Gracias a todos. Los tengo en cuenta, a ustedes que hoy salieron a la calle a apoyarme y a los que venían haciéndolo porque no están para nada de acuerdo con lo que hacemos. No. Tuvo que hablar de lo lindo que es sentirse fortalecido por argentinos que no se dejan arrastrar como ganado, y no como otros a los que les basta el choripán para salir a la calle. ¿Hacía falta? Sí, le hace falta. Es, por un lado, una reacción de clase. Pero, sobre todo, es una necesidad de afirmarse en lo discursivo con la presunción de que “la gente” proseguirá creyendo en lo que no ve ni registra, o en lo que quiere creer. Si no fuese así corre peligro de ser considerado un híbrido sin fortaleza conductiva” (…) “En el mismo sentido, Macri podría descansar en el trabajo sucio que le monta el periodismo amigo. Podría abrirse del simbolismo con el que machaca a cada rato aquella cadena de medios privados, sobre-elevándose como jefe de Estado conciliador. Cínico, incluso. Cualquier líder apela a recursos de tal tipo” (…) “Macri ya dispone de esa edificación narrativa que satisface al gorilaje espeso. Pero no, no alcanza. Como si fuera poco, lo apura a Rodríguez Larreta para que se acerque a ejecutar iguales procedimientos en Corrientes y Callao, la 9 de Julio y adyacencias. Es la táctica. A estrategia no llega, porque implicaría mirada de largo plazo. Se trata de comprenderla. Alojar desde las tribunas oficiales y mediáticas un discurso racista, de una Argentina blanca que solicita reprimir, termina en la degradación. En cacerías judiciales. O en una violencia institucional que deja esposada a una piba de 16 años en la isla Maciel, a la orden policial bonaerense de “negrita villera, dejá de gritar”. Es un clima de apriete habilitado desde arriba, en lo simbólico de a quiénes plantan como enemigo y en lo concreto de quiénes son los beneficiados por su modelo. El arco de unidad que se requiere para enfrentar esa alianza conceptual es enorme. Van por el odio, cada vez más intensificado y como toda la vida”.

En su edición del 11 de abril, Página/12 publicó un artículo de Adriana Puiggrós titulado “No es sólo contra los docentes, es contra la escuela”. Dice la autora: “Para el avance de las corporaciones sobre la educación han sido particularmente significativos el retiro de los Estados Unidos de la UNESCO en 1984; el Consenso de Washington, en 1989; el Acuerdo General de Comercio de Servicios de la OMC de 1995 (cuyo apartado IV establece la “liberación progresiva” de la educación por parte de los países miembros), la inclusión de la educación superior en la lista de bienes transables por parte de la OMC en 1999; y el Acuerdo de Bolonia de 1999. El mercado avanzó sobre los consensos internacionales derivados de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en los cuales la educación había quedado establecida como un derecho. Desde el punto de vista del negocio de la educación, la tecnología es vista como una posibilidad de sustituir a la escuela y a los maestros por diversos programas que ya venden masivamente empresas, ONG y fundaciones a nivel internacional. La flexibilización laboral de la contratación docente se impuso como prioridad para grandes inversores en el nuevo mercado mundial del rubro educación” (…) “El negocio de la educación está creciendo de manera exponencial en el mundo. Tan sólo la educación superior privada concentra cerca de cien millones de estudiantes” (…)

“La distancia entre el lenguaje economicista y el lenguaje pedagógico se acortó peligrosamente. Economistas liberales de las universidades estadounidenses revivieron la antigua discusión acerca del origen de la riqueza, impactando las concepciones pedagógicas, psicopedagógicas y las político-educativas. En tanto se insiste en que sólo el conocimiento es el productor de riqueza al agregar valor al producto, se difunde alcanzando tonos publicitarios la deshumanización del trabajador y a la descalificación de su función. Tal operación consiste en desprender del hombre el conocimiento, para constituir un nuevo fetiche al servicio del ocultamiento del valor del trabajo. Los trabajadores de la educación son “evaluados” como cargas presupuestarias, excesos impositivos prescindibles y antigüedades pre tecnológicas. La disminución del personal docente con la excusa de su posible reemplazo por medios tecnológicos, y la rebaja drástica de sus salarios, se instalaron como el argumento natural de los nuevos propietarios de la educación. Ya desde fines de los años 80, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, así como el club de París y los más importantes bancos privados europeos, se introdujeron en el campo de la educación latinoamericana con préstamos acompañados de directivas formuladas de manera taxativa en relación a las reformas escolares y las universidades” (…) “Los actuales tratados de libre comercio incluyen a la educación con la finalidad práctica de comprar y vender. Los medios de comunicación dominados por la publicidad usan los vínculos entre madres e hijos reducidos a la mancha de tinta en la remera que arregla con el nuevo quitamanchas, la nueva figura del padre que se hace presente cocinando puré sintético, la escena donde la mayonesa Light une a la familia, el grupo de adolescentes deleitados por las papas fritas y unidos por litros de cerveza. Es muy raro que en esos avisos aparezca un maestro o maestra. La televisión e Internet están plagados de publicidades de empresas de autoeducación en múltiples rubros” (…)

“En nuestro país, la situación, que hasta hace pocos años era vista solo por los especialistas y los gremios como un peligro futuro, se manifiesta desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri sin reparos, como una compleja trama de inversiones privadas, normativas locales y nacionales, tratados internacionales, arreglos entre fundaciones privadas y establecimientos públicos, y situaciones de hecho de privatización que se presentan como experiencias pedagógicas” (…) “En los medios se ha instalado una maquinaria de reelaboración del discurso educativo que va destruyendo los soportes simbólicos de la educación moderna. Los intereses de Microsoft, Pearson, Banco Santander, Google, entre otras, actúan de manera directa en el país a través del Ministerio de Educación y Deportes. Desde el arco oficial no hay disimulo al respecto, porque consideran que es lo adecuado. Paralelamente, se suman cada vez más fundaciones y empresas destinadas a vender servicios, tales como GEM, Junior Achievement, Eidos o programas como Teach for America, Educar y Crecer, entre otras” (…) “Usan un modelo de “franquicia social” destinado a promover que diversos actores sociales se dediquen a la educación. Les facilita material didáctico, capacitación y asesoramiento” (…) “La acción siguiente es la convocatoria a voluntarios para que reemplacen a los maestros y profesores, condenados. No se trata de reacciones circunstanciales o un mal humor pasajero de algunos funcionarios. Por el contrario, los voluntarios sustituyendo a los docentes profesionales son sujetos centrales de la compra-venta de educación” (…) “Acordar que organizaciones con esa ideología penetren nuestras escuelas reemplazando a los docentes es lógico que aparezca como una solución para quienes ven la educación pública argentina pobladas de seres incultos y culturalmente atrasados” (…) “El domingo fueron reprimidos los docentes que trataron de armar una escuela frente al Congreso de la Nación. El gobierno no respeta las leyes que protegen el trabajo docente y las escuelas, no solo la pública sino todas las escuelas. Ese es el fondo de la cuestión: la desescolarización a manos de las corporaciones va muy a fondo, avanza hacia un cambio civilizatorio, sólo comparable con el que imaginó Aldous Huxley en su novela “Un mundo feliz”. Por eso es indispensable que la ciudadanía comprenda que no se está atacando tan solo los derechos de los docentes sino los suyos propios. Son los derechos de los familiares y de los propios niños y adolescentes los perjudicados cuando el gobierno se niega a sentarse en la paritaria, suspende la capacitación de los docentes, los reprime y se dedica a hacer negocios con la educación pública”.

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