Por Máximo Luppino.-

Las escenas del pugilato político entre Macri y Larreta son inocultables y por todos conocidas. En el universo Pro, los dirigentes van tomando posición bélica electoral para la drástica interna de “Juntos” que se aproxima a pasos agigantados.

La reciente sentencia de Macri sobre los curas que quieren ser Papa y su desafiante recordatorio: “van a tener que competir”, es un auténtico grito de guerra. Desde la dialéctica, al menos, Mauricio se coloca en el centro del ring.

Para Macri, Rodríguez Larreta es un subordinado suyo y del partido político que representan. Como buen capitalista, dueño de empresas, siente que su espacio político es de su exclusiva propiedad personal. Por lo tanto, los adherentes son invitados a cenar y luego del evento social deben retirarse sin “voz ni voto”. Por supuesto, Larreta percibe claramente que siempre trabajó fielmente para Macri, y que fue “el obrero y el alfil” de los gobiernos de Mauricio en la Ciudad Autónoma. Para muchos, Horacio fue el gran hacedor de la gestión Macri. Ahora, Horacio Rodríguez Larreta cree que es su oportunidad de disputar la presidencia de la Nación.

Mauricio Macri elogió en múltiples oportunidades el “pensamiento” de Javier Milei con el cual dijo no tener inconveniente en compartir alianza electoral. Llamativamente, poco tiempo después, Milei desgranó insultos inconcebibles y por demás agraviantes para el actual Jefe de gobierno porteño. ¿Casualidad o son hilos delicadamente tejidos por un tejedor llamado Mauricio?

Patricia Bullrich desea fervientemente ocupar la primera magistratura del país. Su estrategia es cobijarse bajo las golpeadas alas de Macri, pensando que si Mauricio no llega a imponerse como candidato, pueda señalarla a ella como sucesora indiscutida del amarillo proyecto. Algunos del Pro sienten que aún hay mucho que entregar al extranjero de nuestro país, perdón; hay mucho que hacer en nuestra Nación.

Manifiesta de Macri: “Si ganábamos las elecciones yo arreglaba en 5 minutos el tema de la deuda con el FMI”. Lo triste es que la afirmación del ex presidente podría tener un viso de realidad. Macri cedería “alegremente” a todas las exigencias internacionales de vaciamiento de la patria con tal de continuar residiendo en la Casa Rosada. Al igual que Patricia Bullrich, que con tal de “acordar” con la droguería Pfizer para proveernos vacunas de su fabricación, propuso entregar nuestras islas Malvinas al enemigo usurpador, dicho esto por ella misma sin sonrojarse y con brutal sentimiento anti argentino ¿Este es el sentir de los máximos dirigentes del Pro?

Hoy cuesta mucho llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por la descomunal e irresponsable deuda contraída por Macri en miles de millones de dólares para poder ganar una reelección que no fue. Una vez más, la obscena criminal ambición personal hipotecó el futuro de millones de argentinos. ¿En verdad desean volver a gobernar la patria estos entreguistas despiadados?

Recordemos hermanos las tarifas siderales de servicios eléctricos, gas y agua que se abonaban en la época amarilla. El champan sin impuesto, mientras que una PYME era asfixiadas día a día. En ese entonces recordemos que la pandemia no estaba presente aún en el mundo. Luego, el glorioso ARA SAN JUAN sufriría un hundimiento por negligencia del alto mando de la Armada Nacional bajo la responsabilidad política del General en Jefe de las Fuerzas Armadas que no era otro que el presidente Mauricio Macri. Más aún, en vez de pedir perdón y ayudar a familiares y seres queridos de los heroicos tripulantes de nuestra Nave de guerra, los espiaban violando las más básicas de las garantías constitucionales.

Celulares, vacaciones, viajes, un auto y aguinaldo son para el Pro lujos que el obrero no merece tener.

Todos tienen derecho a volver, pero para ser mejores. No más ladrones y entreguistas.

¡Argentina debe honrar sus compromisos internacionales, sin desatender la sagrada obligación gubernamental de garantizar el bienestar de los habitantes de nuestra patria!

Share