Por Hernán Andrés Kruse.-

Mauricio Macri está en el gobierno hace un año y medio y ya logró un récord: Argentina se convirtió en el país emergente que emitió más deuda en dólares en el mundo. En efecto, el oficialismo colocó títulos y letras del Tesoro por 45.951 millones de dólares, relegando al segundo lugar a Arabia Saudita (17.500 millones), según informó en su último documento el Observatorio de la Deuda Externa de la UMET. Si a los 45.951 millones se le suman las emisiones en pesos y la deuda colocada por provincias y empresas la cifra asciende a 81.972 millones de dólares. A ello hay que agregar el decreto 334 del 12 de mayo que autoriza al Poder Ejecutivo a tomar otros 20 mil millones en lo que resta de 2017. En 2016 la deuda emitida por el estado nacional ascendió a los 22.351 millones de dólares y durante los primeros meses de 2017 el oficialismo emitió deuda por 23.600 millones, lo que arroja un total de 45.951 millones de dólares (únicamente entre títulos públicos y letras en dólares). Los títulos públicos sumaron el año pasado 22.051 millones y 10.962 millones en lo que va de 2017, totalizando 33.013 millones a un plazo promedio de 10,7 años. Mientras que las letras fueron 300 millones durante 2016 y 12.638 millones en lo que va de 2017. A los 45.951 millones de dólares (títulos y letras) deben agregarse 17.274 millones emitidos por el Estado en moneda nacional, 10.381 millones de dólares de los estados provinciales y 8366 millones de dólares de empresas privadas, arrojando un total de 81.972 millones de dólares. Según el análisis efectuado por la UMET semejante grado de endeudamiento no se sostiene en el tiempo, sobre todo si continúa el estancamiento de la economía y se siguen otorgando reducciones impositivas a sectores pudientes a través de la eliminación de retenciones agropecuarias y mineras y la reducción del Impuesto a las Ganancias y a los Bienes Personales. Para la UMET en octubre de 2015 la deuda pública ascendía a los 235.000 millones de dólares y en mayo de este año la deuda pública es de 290.000 millones de dólares, lo que implica un aumento de unos 55.000 millones de dólares (más del 11 por ciento del PIB). Nicolás Trotta, Rector de la UMET, afirmó que “el rumbo del modelo de Cambiemos en materia de Deuda Externa es, de persistir el esquema actual, escasamente sustentable en el tiempo. Como hemos venido expresando mes a mes, la deuda se ha vuelto la columna vertebral del modelo económico y no queda muy claro que los decisores de política tomen verdadera dimensión de esta problemática y sus efectos”. Agregó que “el financiamiento con deuda externa es el sostén del indomable déficit fiscal y la única fuente de dólares significativa que han podido elaborar para nuestra economía. Los anuncios de inversiones en la economía real quedan como otro elemento más de la posverdad que el gobierno sostiene con títulos espectaculares en los medios o en los documentos de powerpoint de sus funcionarios”. Como consecuencia del crecimiento geométrico de la deuda, los vencimientos son cada vez más difíciles de sobrellevar por el Estado. En 2017 hay vencimientos de interés por 2.124 millones de dólares y vencimientos de Letes del Tesoro en dólares por 10.388 millones de dólares que corresponden únicamente a “nueva deuda” emitida por el actual gobierno. Vale decir que durante este año el gobierno de Cambiemos está obligado a pagar a los organismos multilaterales de crédito ¡12.512 millones de dólares! Esa nueva deuda, en perspectiva agregada, explica un 27 por ciento (71.229 millones de dólares) del total de vencimientos de deuda pública para el período 2017-2046 en su conjunto (268.147 millones de dólares en total). Quien se haga cargo del gobierno en 2019 deberá hacer frente a un escenario financiero mucho más complicado que el que dejó Cristina en diciembre de 2015 (fuente: “Volver al mundo sólo para pasar la gorra”, Página/12, 6/6/017). Este fenomenal endeudamiento tiene su contracara: la increíble fuga de capitales que se viene registrando a partir del 10 de diciembre de 2015. Según el informe del mes de mayo del Observatorio de Deuda de la UMET, apoyado en datos del balance cambiario del Banco Central, la fuga de capitales ascendió en 2017 a los 9.409 millones de dólares, un 29 por ciento más que en enero-abril de 2016 y un 90 por ciento más que en 2015. Si se le suman los 19.731 millones fugados en 2016, la fuga total de diciembre de 2015 a abril de 2017 asciende a 31.864 millones de dólares. Si, por último, se agregan los intereses de la deuda, la fuga de divisas desde que Macri está en la Rosada es de 47.447 millones de dólares: 32.257 millones en 2016 y 11.348 millones en 2017. “Con estos guarismos de endeudamiento y fuga de capitales, de no mediar un cambio en la estrategia oficial, no hay economía que los pueda aguantar”, sentenció Arnaldo Bocco, director del Observatorio de Deuda de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) (fuente: “La fuga sin freno”, Página/12, 6/6/017).

En su edición del 5 de junio, Página/12 publicó un artículo de Eduardo Aliverti titulado “Groucho Macri”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “El intento de montar un nuevo caso Nisman, mediante el plantado de sospechas ridículas sobre la suerte del financista Aldo Ducler, tiene tan poco de original como nada de insólito. Lo burdo de la maniobra debería augurarle corta vida, pero nadie está en condiciones de asegurar que la frondosa imaginación del marketing macrista no le brinde ciertas garantías de éxito” (…) “La opereta distractiva del Gobierno está dotada de espectacularidad y cabría reconocerle, por ahora, méritos propagandísticos de instalación mediática. La gran pregunta…es cuánto de esa agenda será apropiado, a la hora de los bifes en las urnas, por el sentimiento popular mayoritario o numéricamente significativo. Casa Rosada y sus medios dicen que toda la verdad sobre el affaire Odebrecht involucra, tan sólo, a funcionarios kirchneristas” (…) “Marcos Peña, el mejor polemista de que dispone el oficialismo, va al Congreso y dice que todo continúa reduciéndose al pasado de corruptos que el pueblo ya dejó atrás. La artillería de prensa dice que como títulos centrales de toda portada vale destacar solamente el cerco tribunalicio contra Cristina. Las facciones judiciales del gobierno dicen que debe ser Claudio Bonadio quien entienda en la mamarrachesca denuncia de Nisman contra la ex presidenta, por encubrir terroristas iraníes” (…) “Macri dice además que la procuradora Gils Carbó, la jefa de los fiscales, esconde pruebas contra quienes cobraron coimas de Odebrecht. Pruebas de las que él, Macri, no presenta ninguna, pero a quién le importa”.

“De ese conjunto de iniciativas oficiales y paraoficiales sobresalen dos aspectos. Uno es la advertencia de Macri sobre que buscará los jueces propios. No a muchos se les ocurrió al menos alborotarse ante semejante muestra de autoritarismo, por parte de quien dijo que llegaba a la Presidencia para hacer cirugía mayor contra un Poder Judicial adicto al Ejecutivo de turno” (…) “El otro factor es una ausencia: la de la economía, la del bolsillo popular, la del trabajo, la del empleo. No existe este tema en la construcción mediática del macrismo sino apenas circunstancialmente, como ocurrió la semana pasada con el acontecimiento de una multitud urgida de trabajo en la Expo Joven” (…) “Si no es por episodios como ésos y por el trazado de índices económicos que exhiben una Argentina a las puertas de convertirse en un país nórdico, sólo se trata del Corcho Rodríguez, de Gils Carbó, de De Vido, ahora de Ducler, de Odebrecht, pero para primerear lo que al Gobierno pudiera descontrolársele si quedase comprometido algún primo o testaferro, o varios, del clan Macri. La estratagema que habilitó el acceso de la derecha al poder en forma directa, legítima, por el voto democrático, fue la capacidad de convencer sobre el carácter impoluto, creíble o aceptable de unos ricachones sacrificados. Eso y el hartazgo por los modos K, dicho a grandes rasgos” (…) “No hace falta ser un estudioso, ni un intuitivo sagaz, para advertir que este embate oficial es simultáneo con la perspectiva de Cristina candidata. Desde que ella reapareció con esa contraseña, todo el aparato discursivo del Gobierno se vuelca a los carpetazos judiciales y a consolidar la imagen de un tiempo que no debe volver. La base macrista es el anti, no el pro. La oposición, que solamente es identificada como tal a través de la ancha avenida peronista, tiene el problema de que no logra mostrar ni unidad ni pegamento. El papel ciertamente extraño de Florencio Randazzo, apurando una contienda interna que podría ser suicida, desafía la imaginación acerca del origen de sus intenciones y mentores… cada quien hará sus elucubraciones al respecto pero lo concreto, lo objetivable, es que el gobierno necesita a Cristina para nuclear en contra, porque a favor no le alcanza. De ahí en más, nadie tiene la respuesta de si le bastará con eso porque dependerá tanto de lo que “la gente” crea como de lo que quiera creer. Si todo radicara en la sencillez de tener memoria, de haber aprendido, de no chocar tantas veces contra la misma piedra, Macri no hubiera ganado jamás. Y tampoco podría tener la probabilidad de volver a hacerlo siendo que el Gobierno ya avisó lo que se viene después de octubre. Más ajuste, recorte de subsidios contra los que menos tienen, reforma previsional para reintroducir de a poco o mucho mecanismos de sistema privado, tarifazos para hacer competitiva a la economía. Etcétera. Todo avisado” (…) “La frase de Macri acerca de que deberá buscar jueces capaces de representarlo, si es que algunos de los actuales no lo hacen, evoca de inmediato a una de las atribuidas al repertorio marxiano: “Estos son mis principios, pero si no les gustan tengo estos otros”. Groucho fue uno de .los humoristas más célebres e influyentes de la historia. Macri, en cambio, es nada menos que un presidente al que muchos insisten en creerle sus principios republicanos. Con ese dato, aunque fuere sólo para empezar, se pueden hacer dos cosas. Solamente indignarse, o tratar de entender”.

En la misma edición, Página/12 publicó un artículo de Jorge Alemán titulado “¿Qué es la subjetivación neoliberal?” Dice el autor: “Una vez más, en su último libro “La pesadilla que no acaba nunca” Christian Laval y Pierre Dardot profundizan su analítica del neoliberalismo en su nueva extensión planetaria. Siguiendo una tradición foucaultiana, estos autores no ven al neoliberalismo como exclusivamente un “mal” de los mercados financieros que tendrían como cometido destruir el espacio público. Más bien, el neoliberalismo es un nuevo orden racional que va borrando tendencialmente la diferencia público-privado y que dispone de la potencia de apropiarse de los distintos órdenes de la vida hasta llegar a configurar el modo más íntimo de la vida del sujeto” (…) “En el capítulo denominado “la ilimitación de la subjetividad”, reconociendo la clara inspiración en la tesis de Lacan, indagan el modo en que la condición primordial “ilimitada” del neoliberalismo se introduce en la vida de los seres hablantes. Por condición ilimitada, estos autores, al igual que Lacan, admiten que el nuevo capitalismo no puede ser intervenido ni regulado por ningún exterior. Su potencia conectora, abarcadora e interventora en la propia conformación de los lazos sociales es imposible de limitar. ¿En qué afecta esto a los sujetos?” (…) “En primer lugar, los autores insisten que el neoliberalismo ha sabido construir un “imaginario” al que no se le ha podido contraponer un mundo alternativo por parte de la izquierda. Lo que le otorga al neoliberalismo su carácter de promesa y seducción es que a través de distintos dispositivos acompañados por “coachs” de distinto tipo y managers del alma de diferentes cuños y estímulos han introducido una lógica de rendimiento y de “autovaloración de sí” donde el sujeto solo es una voluntad de acumulación del propio valor” (…).

“En el neoliberalismo los sujetos no sólo venden su fuerza de trabajo bajo la forma Mercancía, también existe algo que compromete al propio ser con un “capital humano” y un “espíritu empresarial” que lleva a la existencia misma a comportarse como una empresa. No se trata de tener una empresa ni de trabajar en ella, sino de existir bajo el mandato de convertirse a sí mismo y a la propia relación con uno mismo en capital financiero. Laval y Dardot enmarcan esta operación en la fórmula (S-S´) donde el sujeto se engendra a sí mismo ilimitadamente en capital financiero y el capital financiero en sujeto” (…) “En este aspecto (Lacan: su descripción del discurso capitalista), señalemos que en este discurso ilimitado se van borrando progresivamente los legados simbólicos, la alteridad y la imposibilidad que la determina, hasta volverse la vida expresión de un presente absoluto. Sin duda se trata, y los autores lo señalan, de un proceso permanente de “automaximización” (…) “No obstante, a pesar del excelente y completo análisis que Laval y Dardot ofrecen sobre la razón neoliberal, no logran explicar por qué estas promesas de volver a la propia vida una empresa interminable de maximización del propio valor (“el sujeto goza de la producción que aumenta su valor”) resulta tan irresistible y atractiva para los sujetos que se entregan incondicionalmente a la misma, incluso contra sus propios intereses” (…) “Al pensar al sujeto constituido por el Poder, el sometimiento, la sujeción al mismo, se lo presenta como un hecho primario y constitutivo de la existencia humana. Pero el suelo nativo del sujeto, el lugar desde donde adviene a su propia existencia no es el Poder, sino la estructura del lenguaje que lo precede y lo espera antes de su propio nacimiento. El sujeto es un accidente fallido y contingente que emerge en el lenguaje atravesado por la incompletud y la inconsistencia” (…) “Esta es la verdadera razón por la cual la promesa neoliberal puede encontrar su anclaje en el sujeto, e incluso ser deseada. Por ello, es fundamental distinguir metodológicamente al sujeto causado como un efecto contingente por el lenguaje de la “subjetividad” producida por los dispositivos del poder. Si esta distinción no se efectúa el círculo es imposible de cortar. Si la subjetividad está producida por el poder, ¿por qué razón encontrará ella misma recursos para sustraerse de aquello que la ha constituido? Como se puede apreciar este es un problema político de primer orden si se desea pensar en experiencias contrahegemónicas con respecto al neoliberalismo”.

En su edición del 6 de junio, La Nación publicó un artículo de Morales Solá titulado “Lecciones de una votación en la que todos festejaron”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “Sólo 824.000 argentinos votaron anteayer en Corrientes, Chaco y La Rioja de un padrón nacional de más de 32 millones de personas” (…) “Sin embargo, el primer domingo electoral del año le dio material para cantar victoria a oficialistas y opositores” (…) “Los dos se apresuraron a adelantar que sus triunfos son sólo un adelanto del futuro. El futuro es octubre. Para desencanto de ambos, debe subrayarse que en ningún caso se eligieron anteayer candidatos para las elecciones nacionales de octubre y que sólo en un caso, Corrientes, se eligió un cargo ejecutivo. Hay, con todo, aspectos de esas elecciones que sí podrían leerse con miras a los comicios de octubre. Uno es la importancia que tiene la coherencia de Cambiemos como coalición electoral y gobernante. En Chaco, el ex gobernador de esa provincia Ángel Rozas se apoderó de la sigla de la alianza, pero expulsó de sus listas a Pro y a la Coalición Cívica” (…) “El conflicto terminó resolviéndolo la Justicia, que le reconoció a Rosas el derecho a usar el nombre Cambiemos aunque las listas no incluyeran a ningún aliado. Pro y Coalición Cívica decidieron no presentar candidatos, porque habrían necesitado usar un nombre que no fuera Cambiemos. El resultado fue que se amplió la brecha entre el peronismo y sus opositores. En 2015, la diferencia fue de 13 puntos a favor del peronismo, que entonces colocó en la gobernación a Domingo Peppo. Anteayer, la diferencia entre el peronismo y el radicalismo de Rozas fue de 16 puntos, también a favor del peronismo” (…) “El único consuelo que le queda a Rozas es que tanto el gobernador Peppo como el intendente de Resistencia, el ex jefe de Gabinete Jorge Capitanich, perdieron en Resistencia y en Presidencia Roque Sáenz Peña, las dos ciudades más importantes de Chaco”.

“La algarabía del Gobierno por el triunfo en la capital de Corrientes, donde le sacó la intendencia a un peronista, tiene relativa sustancia. En Corrientes es donde se registró el mayor porcentaje de asistencia a los comicios: el 73,62 por ciento. El gobierno nacional jugó todas sus cartas en la capital correntina, donde el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, hizo campaña personalmente. Ganó. No obstante, debe destacarse que Corrientes no es una provincia con historia peronista” (…) “En La Rioja se renovaban 18 bancas de diputados provinciales. El peronismo se quedó con 14. Fue donde se registró la menor asistencia de votantes: sólo el 55% de los empadronados fue a votar. Fue la mayor decepción del gobierno nacional” (…) “Es cierto que los tres gobernadores (el radical Colombi y los peronistas Casas y Peppo) apostaron fuerte porque se dirimía más la jefatura política de ellos que la gestión de Macri. Los tres ganaron. El resultado es confuso (y contradictorio) si se lo quiere extrapolar al territorio nacional. Pero deja dos lecciones. Una consiste en que el peronismo no está muerto, aunque ninguno de los peronismos que ganó expresa ahora al kirchnerismo” (…) “La otra le corresponde a la coalición gobernante. Las luchas internas que apasionan a los radicales siguen siendo un enemigo letal en un día de elecciones. Rozas es el mejor ejemplo, pero las disputas que tienen como protagonistas a radicales se esparcen por gran parte del país”.

En la misma edición, La Nación publicó un artículo de Fernando Laborda titulado “La lucha bonaerense y el talón de Aquiles de Macri”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “Es sabido que las próximas elecciones legislativas no alterarán mayormente la relación de fuerzas que existe actualmente en el Congreso, aunque tendrán un efecto simbólico que afectará positiva o negativamente la confianza en el gobierno de Mauricio Macri y determinará mejores o peores condiciones para el clima inversor. Una victoria del oficialismo generaría la percepción de que el actual Presidente tendría buenas chances de continuar hasta 2023 y no sólo hasta 2019. En cambio, una derrota catastrófica de la coalición gobernante debilitaría al primer mandatario, elevaría la incertidumbre en materia económica y podría paralizar proyectos de inversión” (…) “En todos los cálculos, incluso si no le fuera del todo bien en estos comicios, Cambiemos aparece incrementando su número de bancas de senadores, sumando entre cuatro y ocho a sus actuales 15, en tanto que podría sumar entre 15 y 20 escaños de diputados a los 90 que posee actualmente” (…) “El resultado electoral podría medirse en función de la cantidad de bancas obtenidas por unos y por otros en función de las que deben renovar. Pero, al igual que en otras elecciones parlamentarias, la sensación térmica pasará por el distrito bonaerense. Una victoria en el orden nacional, por simple sumatoria de bancas, quedaría eclipsada si esa fuerza política cediese el primer puesto en la mayor provincia argentina. De allí que todos los ojos estén puestos en ese gigantesco distrito, donde todo indica que tres grandes electores dirimirán supremacía: la oficialista coalición Cambiemos; el justicialismo, donde todo indicaría que, tras primarias abiertas, deberían converger kirchneristas y peronistas que buscan diferenciarse de Cristina Kirchner, como Florencio Randazzo, y el frente 1País, de Massa y Margarita Stolbizer” (…).

“De cara a las elecciones de este año, para distintos analistas de opinión pública, la clave estará en la primera sección electoral (reúne a unos 4.124.000 votantes en 24 partidos, entre ellos San Isidro, Vicente López, San Martín, Pilar, Merlo, Moreno y Morón), donde hoy ninguna de las tres principales fuerzas políticas tiene un predominio neto, aun cuando Cambiemos parezca llevar ventaja” (…) “Así las cosas, la idea del macrismo sigue pasando por una estrategia polarizadora con el kirchnerismo, tendiente a traccionar buena parte de los mismos votos que, dos años atrás, le dieron a Macri el triunfo en el ballottage aunque no habían ido a su candidatura en la primera vuelta electoral. La intención de Cristina Kirchner es que se hable del presente económico de los sectores de la población menos favorecidos, dejando de lado que la cuestión de la inflación era tabú en su discurso público cuando ocupaba la presidencia de la Nación. Massa, entretanto, buscará beneficiarse del macrismo y del kirchnerismo con su lema “Ni gobierno de ricos, ni gobierno de ladrones” y correr al Gobierno por el lado de los aumentos de precios. Ante esos ataques de la oposición, en el macrismo se admite que su talón de Aquiles es hoy el consumo interno. Su esperanza es que, ahora que los aumentos fijados en las paritarias comienzan a llegar a los bolsillos de la gente y se acerca el medio aguinaldo, se empiece a producir una recuperación. Su preocupación guarda relación con un temor a que ese probable aumento de la demanda lleve a nuevas demarcaciones de precios en supermercados y en productos de consumo masivo”.

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