Por Hernán Andrés Kruse.-

El país acaba de sufrir un fuerte cimbronazo financiero a raíz de la decisión de la banca internacional de no elevar a Argentina a la categoría de país emergente. Así lo explica Página/12 en su edición del 22 de junio: “El dólar aumentó ayer 15 centavos y se ubicó en un nivel record de 16,54 pesos. Las acciones argentinas que cotizan en la plaza bursátil de Nueva York marcaron caídas de hasta un 8 por ciento. La Bolsa de Buenos Aires retrocedió 4,8 puntos. El país no fue incluido en el índice de mercados emergentes del banco internacional Morgan Stanley y la noticia implicó un golpe de desconfianza entre inversores locales y extranjeros. La respuesta fue la salida de divisas especulativas, el refugio en moneda fuerte y el retroceso de los precios de activos financieros. La Argentina, pese a todas las medidas amigables con el mercado del último año y medio, continuará en la categoría de país fronterizo junto a Kenia, Kuwait y Bangladesh, entre otros. La recategorización, según estimaciones del JP Morgan, podría haber explicado la entrada de 1400 millones de dólares para la compra de acciones. Se trata de otra lluvia de inversiones que el Gobierno prometió para el corto plazo pero que no se concretará al menos por un año más” (…) “La megadevaluación de 2015, la eliminación de controles financieros, el recorte de impuestos a sectores de altos ingresos, la suba de las tasas de interés, el blanqueo de capitales e incluso la emisión de deuda a 100 años no fueron suficientes para convencer a los capitales internacionales de que la Argentina es una economía segura para invertir. La decisión de la banca internacional de mantener al país como economía fronteriza provocó una fuerte volatilidad en el mercado interno” (…) “El Morgan Stanley decidió el martes a última hora no incluir a la Argentina entre las economías con categoría de emergente. En el mercado daban por descontado que iba a aprobarse el cambio y se esperaba una lluvia de inversiones del extranjero para la compra de acciones locales. Pero no hubo modificación y el país continuará en situación de economía fronteriza al menos hasta 2018. Esto generó un shock en la plaza bursátil porque la regulación impide a muchos fondos de inversión internacionales comprar activos de países fronterizos” (…) “El banco de inversiones Morgan Stanley publicó un documento en el que justifica su decisión. Consideró importante que “el país abolió las restricciones cambiarias y los controles de capitales dando como resultado un tipo de cambio flotante, la eliminación de las reservas de efectivo y los límites de repatriación mensual que afectan al mercado de acciones y la supresión del período de bloqueo de capital para las inversiones”. Pero aclaró que “aunque el mercado de renta argentino cumple la mayoría de los criterios de accesibilidad para los mercados emergentes, la irreversibilidad de los cambios relativamente recientes aún debe ser evaluada”. Los informes de las agencias de bolsa coinciden en que esto debe leerse como “un castigo al elevado déficit fiscal y a la incertidumbre por las elecciones de medio término”. El reclamo que queda expresado para el próximo año es el de un fuerte recorte del desequilibrio fiscal, lo que implicará un duro ajuste del gasto. En la city mostraron un fuerte pesimismo por la noticia y aseguraron que en las próximas semanas podría haber un cambio de tendencia en la entrada de capitales especulativos que se observa en loa últimos meses. Plantearon que esto le pondría un piso al tipo de cambio por arriba de 17 pesos. Mencionaron además que esta semana el Banco Central no consiguió renovar letras (Lebac) por unos 122 mil millones de pesos y que esa masa de billetes podría presionar aún más sobre el dólar en este escenario de incertidumbre. Ayer la divisa escaló hasta un nuevo record de 16,54 pesos, acelerando una suba que había arrancado a mitad de la semana pasada y elevó la cotización en 40 centavos. En el mercado mayorista, ayer se produjo un alza de 7 centavos, hasta 16,25 pesos, su mayor valor histórico de cierre. Durante la rueda el precio mayorista había escalado hasta 16,50, aunque luego apareció la oferta y aplacó la suba. Otro efecto que podría observarse para el segundo semestre, según especialistas del sector financiero, es un aumento en la tasa de interés que debe pagar el país para emitir nueva deuda. Economistas heterodoxos apuntaron también que podrían registrase nuevas presiones sobre el proceso inflacionario por efecto del aumento del dólar”.

El impactante acto de Cristina en Arsenal sacudió al poder mediático. En las últimas los más relevantes comunistas políticos de La Nación y Clarín salieron con los tapones de punta: Morales Solá (“El objetivo de Cristina: diezmar el PJ”, La Nación, 21/6/017), Eduardo Van der Kooy (“La candidatura o el suicidio político”; Clarín, 21/6/017), Carlos Pagni (“El homenaje de Cristina a sí misma”, La Nación, 22/6/017) y Marcos Novaro (“¿Macri necesita a Cristina o un peronismo más sano?”, La Nación, 22/6/017).

Escribió Morales Solá: “En el estadio Julio Grondona (todo vuelve, al fin y al cabo), Cristina Kirchner formalizó ayer su ruptura definitiva con el peronismo. Después de todo, nada le impedía proclamar desde el partido de Perón la estrategia electoral que explicó ante un estadio colmado de militantes. Hizo algo más que romper con el peronismo. Su propósito es diezmarlo, reducirlo a cenizas, condenarlo a la nada. Si al peronismo le sacan la provincia de Buenos Aires (que es lo que ella se propone), sólo queda una módica federación de partidos provinciales que se dicen peronistas” (…) “Sólo Cambiemos es una marca registrada en 23 provincias” (…) “El Partido Justicialista, en cambio, lleva otro nombre o forma parte de otros frentes en casi todas las provincias. Cristina Kirchner lo quiere despojar ahora del único capital invalorable que tenía el peronismo: el conurbano bonaerense. Lo que ella anunció ayer es cristinismo puro y duro. Una experiencia que puede tener algún futuro en el corto plazo, pero que irremediablemente se terminará cuando concluya la vida política de su fundadora. Bastó ver el palco VIP de ayer para percibir que de ahí no puede salir un solo dirigente para reemplazar a Cristina Kirchner en el liderazgo del cristinismo” (…) “Con soberbia o resignación, la ex presidenta no hace ningún esfuerzo por esconder a los personajes más detestados por los sectores medios de la sociedad. Es lo que hay. También significa el reconocimiento de una realidad: la única oferta del cristinismo es Cristina. ¿Por eso, acaso, está demorando el anuncio de su candidatura y de los integrantes de su lista hasta último momento? ¿Teme, tal vez, espantar aun a los intendentes propios cuando muestre las desvencijadas cartas que le quedan? Si se ven las cosas con perspectiva, es notable el proceso de reducción política de la ex presidenta. La mujer que logró el 54 por ciento de los votos nacionales en las presidenciales de 2011 ahora colmó un estadio de dimensiones módicas y su liderazgo imbatible se reduce a la multitudinaria tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires” (…) “Puede competir de igual a igual contra Mauricio Macri en la provincia de Buenos Aires, pero carece ya de la posibilidad de un proyecto nacional o presidencial. El juego de pesos y contrapesos con Macri es notable. Con palabras simples: donde a ella le va bien, a Macri le va mal. Y viceversa. Ella tiene simpatías importantes en el conurbano; ahí es el único lugar del país donde él tiene problemas” (…) “Pero quizás la única explicación cierta la pueda dar la economía. Hasta los economistas independientes reconocen que la economía volvió a crecer, pero por región y por sector. Ninguna de las dos condiciones se dan en el conurbano. En esta turbulenta región argentina no se percibe que la economía esté dando mejores signos de vida” (…) “A Cristina le va mucho mejor que a Macri entre los sectores más jóvenes de la sociedad. Ayer hubo un contrapunto significativo entre la multitud del estadio del club Arsenal y la manifestación en Comodoro Py para pedir la cárcel de todos los ex jerarcas del kirchnerismo, incluida Cristina. Las dos cosas sucedieron a la misma hora. La concentración en los tribunales federales fue menos numerosa que el acto cristinista, pero aquélla no fue una movilización organizada como sí lo fue la de Cristina. En Arsenal había muchos jóvenes, en Comodoro Py se destacaban las personas mayores. Resaltan de ese contraste algunos mensajes. Cristina trabajó bien un mensaje de mística siempre permeable entre los jóvenes, les habló (y les habla) de un país imposible, de un paraíso perdido por una “estafa electoral” (…) “A Macri le falta la construcción de un discurso en condiciones de despertar el interés de los jóvenes no politizados, de mostrar un país posible y moderno, homologable con el resto del mundo” (…) “Con gestos a veces de fastidio, que no podía o no quería disimular, Cristina centró su furioso discurso de ayer en cuestionar la inflación, los aumentos de tarifas y el desempleo. “El verdadero problema es el presente y el futuro”, dijo. Obvio: si habla del pasado se encontrará con su propio legado” (…) “La contradicción más significativa de Cristina está en la reiteración de la palabra unidad en su discurso. Unidad es parte del nombre de su nuevo partido. Unidad es lo que pidió ayer para cerrar su perorata. La realidad es distinta. Sus seguidores salen de sus actos dispuestos a perseguir disidentes. Ella es la arquitecta de la grieta que un año y medio después de su adiós sigue dividiendo a sectores importantes de la comunidad argentina. Habló como si no hubiera sido la presidenta de los discursos violentos y difamatorios para sus opositores. Como si no hubiera elegido a Ernesto Laclau, el teórico de la lógica binaria que divide a la sociedad en amigos y enemigos, como su intelectual de cabecera. Como si no hubiera dedicado decenas de cadenas nacionales a dividir a los argentinos. Como si no fuera Cristina Kirchner”.

Escribió Eduardo van der Kooy: “Cristina Fernández ha llegado en su carrera de principal líder de la oposición a un punto sin retorno. En pocas semanas resolvió apartarse del peronismo. Lo ha reemplazado con un grupo de agrupaciones conocidas, pequeñas y radicalizadas. Presentó ayer junto a ellas y cerca de 35 intendentes bonaerenses, el Frente de Unidad Ciudadana. Juntó en el menudo estadio de Arsenal, en Sarandí, a una verdadera multitud que pareció aguardar otra cosa. Que no se contentó con la adoración de su figura. Aquella multitud esperó la corroboración de su regreso” (…) “La ex presidente llegará al filo de ese plazo (sábado próximo) por tres razones: como a su ex marido, siempre le seduce el impacto de los anuncios políticos. El impacto llega de la mano del suspenso. Esa misma incertidumbre posee un efecto aglutinador hacia adentro” (…) “Su propia indefinición mantendría pendiente además la estrategia esbozada de Cambiemos. Este constituirá, tal vez, el punto menos trascendente. El oficialismo tiene decidido el puñado de candidatos que encabezarán las listas en Buenos Aires” (…) “Después de haber llegado al punto que llegó, la ex presidenta carecería, desde un cristal lógico, de retorno. La deserción podría asemejarse demasiado y peligrosamente a un suicidio político. Su improbable-no imposible-declinación dejaría la tierra dinamitada en la geografía de la oposición. Significaría también un servicio político invalorable para el macrismo que asegura combatir. Y transformaría en vulnerable, desde todos los planos, su propia personalidad. Incluso para muchos ciudadanos comunes que, como se observó ayer, la siguen elevando hacia un firmamento de dioses imaginarios” (…) “La posible intemperie política de Cristina, por otra parte, sería una señal nunca desdeñada por el Poder Judicial. La ex presidenta tiene seis causas judiciales en tres de las cuales ha sido procesada. Su no incorporación al Congreso la privaría de fueros y debilitaría, tal vez, el sistema defensivo que supo montar antes de retirarse del poder” (…) “Cristina no reapareció con demasiadas novedades. Hasta el teatro elegido tuvo correlación con el pasado. Allí mismo el matrimonio Kirchner puso en el 2007 fin a las conjeturas sobre si jugaría por la reelección o prestaría el sillón por cuatro años a su mujer. Eso fue lo que ocurrió y abrió un ciclo impensado de la historia, después del repentino fallecimiento de su esposo. La ex presidenta volvió a brindar una demostración de poder interno. Armó el espectáculo únicamente en torno a ella” (…) “La mayor sorpresa consistió, quizás, en el formato que tuvo la celebración. Un discurso mucho menos fogoso de Cristina que lo habitual. Un contenido casi monotemático enfocado en la crisis económica y social” (…) “Aunque pueda caer mal al paladar kirchnerista, aquel menú pareció poseer una inconfundible impronta macrista” (…) “Los timbreos, las entrevistas personales o con grupos de familias. Bastante de eso sobrevoló la puesta en Sarandí” (…) “En Sarandí, Cristina detuvo cada uno de los cánticos hostiles contra el macrismo que surgieron de la multitud. Y hasta aconsejó dejar “los insultos y los reproches” para ellos. Fue una versión diferente de la que acostumbra a irrumpir en las redes sociales. También se encargó de bordear nada que no tuviera relación con la realidad económico-social. Cargó todos los padeceres actuales en los hombros de Macri. Como si la inflación, entre muchísimas cosas, no fuera una cuestión estructural incubada y disparada por su gestión” (…) “Cristina prefirió omitir, en cambio, otros asuntos que siempre hace circular en sus intervenciones en las redes. No mencionó ninguna de las oscuridades que atribuye al Gobierno. No habló de las incompatibilidades de ciertos funcionarios públicos con sus intereses privados” (…) “Algunas de aquellas numerosas omisiones de la ex presidenta podrán formar parte de la campaña de Cambiemos. Casi todas, engrosarán con seguridad los discursos de Randazzo y de Massa. Ambos se disponen a transitar la amplia avenida del medio. A igual distancia de Cristina que de Macri. Sólo deberán cuidarse, quizás, de alguna eventual y nociva superposición”.

Escribió Pagni: “Cristina Kirchner lanzó anteayer su nueva agrupación, Unidad Ciudadana, en Sarandí, Avellaneda. El sur del conurbano. Ahora, su lugar en el mundo. Pertenece a la tercera sección electoral, la más leal. En ese mismo territorio acaba de producirse una novedad de primera magnitud. Las fuerzas de seguridad hicieron estallar La Salada. Quedaron detenidos los principales cabecillas de esa enorme feria que se extiende a lo largo de 18 hectáreas de Ingeniero Budge, Lomas de Zamora” (…) “Pero la refutación más contundente del paraíso social que ella se atribuye haber creado, y por cuya desaparición derrama lágrimas, llegó desde las orillas del Riachuelo. Allí su régimen ofreció protección rentada a ese gigantesco antro de explotación social. La concentración que la ex presidenta organizó en el estadio Julio Grondona fue, como no podía ser de otro modo, un homenaje a sí misma. Y un homenaje a Mauricio Macri. Alcanza con repasar algún video del cierre de campaña de Cambiemos, el 19 de noviembre de 2015, en Humahuaca, para detectar esa inspiración escenográfica” (…) “Como hace Macri todas las semanas, obedeciendo a una técnica inmemorial en las iglesias evangélicas, ella también presentó a los testigos que encarnan sus tesis. La melodía es distinta en cada caso. La propaganda oficial muestra al Presidente hablando con argentinos que todavía no ganaron, pero que esperan poder hacerlo. Gente para la cual el país es todo expectativas. La propaganda de Cristina presenta argentinos que acaban de ser expulsados del edén. Gente para la cual el país se convirtió en una amenaza. Igual que para ella, aunque por razones muy distintas” (…) “La simetría entre Macri y su antecesora excede el marketing. Ambos están hechos a imagen y semejanza de su tiempo. No por culto a la personalidad, que es tradicional en la Argentina, sino por la pretensión de sepultar las organizaciones clásicas. Pro es hijo de la crisis de 2001. Es decir, del derrumbe del radicalismo. La secreta ambición de Macri es quedarse con la sociología radical. Eso explica por qué no hay Cambiemos allí donde la UCR descubre un candidato competitivo, como Martín Lousteau” (…) “El mejor aporte de los radicales a la coalición es desistir. Y agradecer: “Eran una especie en extinción y los han transformado en una especie protegida”, bromea un consultor de la familia presidencial. Esta tensión se ha desatado en estos días. Macri rediseña su gabinete y no aclara si respetará el cupo radical” (…) “La plataforma conceptual de la nueva aventura de la señora de Kirchner es conocida: los derechos sociales adquiridos fueron arrasados por la llegada de un gobierno neoliberal. Para una observación ingenua, esa construcción es muy creíble. El kirchnerismo no terminó, como el alfonsinismo o el delarruismo, en un estallido. Por eso Macri debe justificar sus ajustes en un contrafactual: “Si no corrigiéramos las políticas heredadas, seríamos Venezuela”. Pero no fuimos Venezuela. Con una ventaja para Cristina Kirchner: la mejoría actual todavía está cifrada en el power point de los economistas. No en el humor social. Como la crisis del kirchnerismo, la resurrección de Macri también es asintomática. Por segunda vez, la ex presidenta saca ventaja del desfase entre los indicadores técnicos y la temperatura de la calle. Durante años se ufanó que ella y su esposo sacaron al país del desastre de 2001. Una falacia. Cuando recibieron el poder de Duhalde, en 2003, la recuperación ya era irreversible. Pero eso lo sabían los expertos. La mayoría seguía esperando el fin de la tormenta. Ayudada por esos espejismos económico-sociales, Cristina se presenta como “la candidata de los pobres” (…) “Esa caracterización, muy provechosa para una dirigente conurbanizada, tuvo ayer un percance. Un operativo de seguridad sacó a la luz el submundo de La Salada. Cayeron las bandas de Jorge Castillo, de su sobrino Adrián y la de Leonardo Gaitán, jefe de “los Cucos” (…) “La feria siempre se sostuvo con mano de obra esclava, piratería del asfalto y lavado de dinero” (…) “La Salada daña al kirchnerismo porque desmiente que pueda haber justicia social con corrupción” (…) “La Salada explica las miserias del kirchnerismo desde muchos ángulos. Esa feria no se entiende sin la corrupción que creció bajo su amparo. Tampoco existiría sin los niveles absurdos de protección comercial y especulación inmobiliaria que clausuraron el mercado del vestido para los sectores de bajos recursos. Una falta de competitividad que también se debe a la insoportable presión impositiva. Cristina Kirchner no hablará de todo esto. Y guardará silencio sobre las mafias. “Candidata de los pobres”, levantará su voz por los que ahora no saben adónde ir a comprar ropa. Lo demás son problemas del PJ”.

Escribió Novaro: “La pregunta sigue estando en el aire: ¿Macri necesita a Cristina tanto como se dice o le conviene que pase a retiro para que surja un peronismo que espante menos a los inversores; que le permita, para empezar, que la Argentina deje de ser considerada una economía impredecible? ¿Puede esperar de este “nuevo” peronismo gestos más republicanos y colaborativos o debería temer que sea más competitivo y por tanto para él más amenazador que el parcialmente kirchnerizado y cada vez más fragmentado de la actualidad?” (…) “A esto se suma otra cuestión más inmediata: ¿es de esperar que la renovación peronista se bloquee o acelere después de octubre?” (…) “Como sea, es seguro que esta vez el PJ deberá esperar para dejar atrás los lastres de su pasado mucho más que en 2001-03, cuando le dieron flor de ayuda De la Rúa y la crisis. Y puede incluso que la espera sea bastante más larga que en 1983-85, cuando surgieron casi enseguida de la derrota electoral líderes de alcance nacional dispuestos a correr riesgos para cambiar. Entonces, la pesada herencia de la ortodoxia y la radicalización había quedado ya bastante distante en el tiempo, gracias a la mucho más pesada herencia militar. Para el actual oficialismo esta es una cuestión decisiva porque de ese tiempo depende en gran medida el suyo propio: que él consolide o no su preeminencia, en una etapa signada por la escasez de recursos y resultados económicos, dependerá de la gravedad y extensión de los problemas que enfrente la oposición. Como por ahora esos problemas abundan, la política lo ayuda más que la economía” (…) “Si el obstáculo para que la renovación (peronista) avance lo encarnan Cristina y sus radicalizados amigos, lo que gana el gobierno al competir contra esa irresponsable encarnación del pasado, ¿no lo pierde en términos de persistencia de la amenaza populista, falta de moderación y colaboración? Claro que el problema es mucho más amplio. Para empezar, porque la resiliencia de ese polo de oposición dura tiene motivos por completo ajenos a lo que haga o prefiera el gobierno. La falta de líderes alternativos de alcance nacional es la principal explicación de las dificultades que han venido enfrentando los promotores de la reinvención peronista. Dentro de lo cual hay que explicar por qué Massa no cuenta para la mayoría de ellos, y cumple una función incluso negativa para sus necesidades” (…) “Dicho esto, ¿la salida de Cristina del PJ y su candidatura pueden jugar un papel inverso, al acelerar su despedida? ¿No es acaso como si a Cafiero se le hubiera ofrecido la posibilidad de competir en 1985 no solo con Lorenzo Miguel y Herminio Iglesias, sino con la mismísima Isabel? Como sucede ahora con Cristina, no hubiera tenido necesidad de ganarle, bastaba con mostrar que ella ya no podía ganar” (…) “Con la voltereta de Cristina, entonces, habría vuelto a tensionarse el dilema irresuelto de la relación entre Macri y el peronismo. Por lo que se entiende que lo que por un lado beneficia al presidente, la posibilidad de ganar por amplio margen en la provincia, por otro pueda perjudicarlo. Que la derrota de Cristina signifique su definitiva marginación y la aceleración del recambio opositor de liderazgos y políticas. ¿Lo mejor para el gobierno sería ganar pero que Cristina no quede fuera de juego, sea electa y con la diferencia que obtenga frente al PJ escarmiente a los renovadores? Depende. Una derrota por amplio margen de la ex presidenta, más todavía su fracaso en llegar al Senado, implicaría el descrédito total de sus ideas, el populismo radicalizado quedaría deslegitimado y por tanto la moderación y con ella la disposición a colaborar podrían crecer. En cambio un Senado con Cristina, y con una Cristina que le peleó dignamente la elección al gobierno, aunque ella logre reunir en torno suyo a sólo seis o siete senadores leales, sería menos colaborativo. Ocasionalmente ese polo podría volverse instrumento de los demás peronismos para elevar su precio en las negociaciones con el Ejecutivo” (…) “Porque lo que sucede, en pocas palabras, es que no hay un solo resultado ideal para el oficialismo, él gana si Cristina entra, gana si se queda afuera, y gana tanto si sigue siendo un factor de poder en el peronismo como si hace mutis por el foro. El asunto es si sabrá adecuar sus pasos a cuál de esas posibilidades se verifique y, hacia delante, si adoptar algo de la astucia peronista no será demasiado exigente para un gobierno que además de muñequear en la coyuntura necesita empezar políticas de largo plazo”.

Share