Por Israel Rabinowicz.-

Generalmente mis comentarios son escritos muy temprano, mientras mi esposa duerme y con el sol despuntando, frente al tablero de la computadora comienzo con el tema que tenía en mente esbozado, en ésta oportunidad, sobre la marcha, lo modifiqué. El releer los titulares de la prensa mundial me llevó a ello, en uno de ellos se dice que Macri, candidato presidencial en Argentina reconoció que para conocerse a sí mismo visitó a una bruja, a una pitonisa y que ello le hizo mucho bien.

Solamente hay que ingresar a internet y encontrarán gran cantidad de bibliografía al respecto, hay algo común en todos ellos, que la relación entre el político y su pitonisa se conoce después de la campaña electoral o después que abandona la política como parte de trascendidos o libros de memorias, nunca antes.

Aquí en Israel tenemos muy fresca la memoria de cuando a uno de los que apuntaban como principal candidato a hacerse con la Presidencia del Banco de Israel le sacaron a la luz su relación permanente con éste mundo, con éste ambiente de las brujerías y pitonisas, que en la toma de sus decisiones, en su depuración mental ellas jugaban un rol fundamental, debió retirarse, huir, la prensa lo destruyó.

Macri, mejor dicho su principal asesor y alter ego Durán Barba, les regalaron a la oposición la bomba atómica, pusieron en sus manos nitroglicerina pura, bien utilizada es el final de su zigzagueante campaña.

Macri solo se entregó regalado.

Hasta la próxima.

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