Por Máximo Luppino.-

El resultado electoral de las elecciones de medio término del 2021 dejó en una posición de rotunda fortaleza a la Unión Cívica Radical y a Facundo Manes como la punta de lanza de esta recuperación partidaria.

Los objetivos y ambiciones de Manes son por demás claras y definidas: la presidencia de la Nación Argentina. Dirigir los destinos de la patria siempre fue un sueño que Facundo acunó cálidamente entre sus más íntimos ideales.

La UCR se encuentra deseosa de ocupar una vez más un papel relevante en la historia argentina. Añora los días de Don Ricardo junto al resurgir de sus principios. Aún guarda dolor por el desdibujado papel que cumplió en el gobierno de Macri. Una herida que todavía no cicatrizó totalmente. En la actualidad, el que comanda este resurgimiento Radical es Facundo Manes. Un hombre de Buena Fe que no simpatiza con los extremos de Espert ni con los disparates destructivos de Milei. Piensa Facundo que debe navegar por el océano de la moderación. Aguas predilectas de la enorme clase media argentina capaz de torcer una elección nacional.

Sabe Manes que la ultraderecha es un ancla histórica y electoral fuera de tiempo en nuestra sociedad. Son esas “sumas que restan”. “Políticos” que suelen incurrir en violentos exabruptos verbales repudiados por la opinión mayoritaria de la sociedad.

Si Milei piensa que Larreta es un “zurdo de mierda y un sorete”, como públicamente lo manifestó, razona Facundo: ¿Qué pensará de mí? Entonces se aleja despavorido de esos tóxicos aires mentales más próximos a una desbordada cloaca que al luminoso universo de las ideas en las que gusta navegar Facundo Manes.

Se encuentra tan decidido Manes a competir por la presidencia de la Nación que lanzó una dura advertencia a los dirigentes de la UCR: “El Radical que acepte formar fórmula electoral como vice de Larreta, ese es un traidor” Así de duras están las posiciones ya tomadas en el histórico partido que supo ungir a Alfonsín como presidente de la Nación, acontecimiento que acaricia Facundo Manes recrear.

Claro que Horacio Rodríguez Larreta no es un jugador de “palo”. El Jefe de la Ciudad Autónoma viene construyendo su oportunidad de hospedarse en Balcarce 50 desde hace muchos años. Se “tragó todos los sapos” habidos y por haber. Horacio es un templario de la administración pública. Laborioso y sistemático se encuentra resuelto a avanzar sin detenerse ante nada y nadie…

Larreta-Manes, una fórmula que Facundo no quiere aceptar y que lastima a los halcones del PRO. De todas maneras, sería una dupla altamente competitiva. En política nada está descartado. Igual, de lograse implementar este deseo de Horacio, dijo querer ir a unas PASO con rivales internos que legitimen su posición y actúe como gimnasia preparatoria para la gran elección definitiva con la que fantasea imponerse.

Hoy por hoy reina un duelo de voluntades, donde la estrategia y los contactos internos y los relevantes personajes extranjeros tendrán su lugar en este campo de batalla que ante nuestras miradas atentas se está ya desplegando. Claro, Mauricio Macri, Lilita Carrió, Lousteau, Patricia Bullrich, Vidal, y demás tendrán su pequeña gran parcela de influencia en esta formidable pulseada política.

En la víspera, Manes-Larreta se asemejan a dos trenes cargueros que amenazan encontrarse de frente a toda velocidad. También sabemos que en la acción electoral se preparan incontables destructivas armas que jamás se disparan. Al fin de la jornada que antecede al armado de listas se trata de que se coincida en un gran acuerdo donde la “Pipa de la paz” lanzará humos de conciliación. ¿Será así una vez más o los empujones llegarán a los guantes?

Manes es mucho más que una piedra en el zapato de Larreta. Horacio ni imagina dar un paso al costado. “Rendirse nunca, retroceder jamás” parece ser el grito de guerra entonado por el enfocado Rodríguez Larreta.

Ya los blindados se despliegan en el teatro de operaciones, pronto asistiremos a los primeros cañonazos.

¡Esperemos que no haya daños colaterales, la Nación debe ser cuidada!

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