Por Luis Alejandro Rizzi.-

No sé si hubo relación alguna entre la nota colgada en este medio y otra que publiqué en otro portal sobre la CEO de Aerolíneas Argentinas y sus declaraciones en el programa de televisión “La noche de Mirtha Legrand”, con sus nuevas y más concretas hechas en medios radiales en el día de ayer (lunes 1º de febrero).

Lo cierto es que me parecieron oportunas y útiles, ya que hizo referencia a varias cuestiones que había mencionado en mis dos notas y omitido en el programa de TV.

Una de ellas fue la referida a la rebaja de las comisiones de agencia al 1%, que significan un ahorro o disminución de las pérdidas por U$S 90 millones al año en el área de “comercialización”.

En mi nota estimaba que debería enfocar su gestión para que un plazo de tres años la empresa pueda ser sustentable y en caso contrario habría que admitir su inviabilidad.

La Sra. Costantini consideró que es necesario un plazo de 4 años, lo que no difiere de mi propuesta para lograr tal fin.

Dijo textualmente: “Tenemos que tener un plan muy fuerte para reducir el déficit cuanto antes” y agregó “Ese déficit deberá ser cero como máximo en cuatro años».

Luego hizo referencia que en la empresa viajan 10 millones de personas al año que son subsidiadas por toda la sociedad. Esta observación la hemos hecho en notas anteriores.

Hizo referencia a la cantidad de personas que emplea la empresa pero también hizo referencia a la calidad de las prestaciones y la necesidad de adecuar el tamaño de la empresa a un plan de negocios.

Es obvio que para concretar esta suerte de programa esbozado será necesario ser acordado con los seis gremios existentes, en ese sentido deberá buscar una participación funcional del personal para concretar los nuevos y necesarios objetivos evitando un escenario de “participación conflictual”. Esta hipótesis también la hemos propuesto desde hace tiempo.

Creí que correspondía hacerse eco de estas nuevas declaraciones, hechas de modo más pensado y tranquilo por la Sra. Isela Costantini y hacer conocer nuestro juicio crítico, esta vez ponderándolas positivamente.

Como lo decía al comienzo no quiero ni pretendo establecer relación entre estas nuevas y más concretas declaraciones con mis opiniones, creo más bien que debemos pensar siempre en los contenidos y los lectores podrán advertir que hay relación entre lo que nosotros expresamos el 31 de enero, con sentido crítico negativo y las nuevas declaraciones que con la misma sinceridad ponderamos para bien.

Giovanni Sartori decía que el epíteto exime del razonamiento y lo sustituye y este fue el modo cultural que impuso el kirchnerismo, su arma era y es la descalificación y la sola descalificación era suficiente para omitir la explicación y la motivación. Lo cierto es que esta modalidad se impuso en la sociedad, en nuestra sociedad que en verdad ha dejado hace muchos años de pensar.

La “dékada ganada” es una expresión autosuficiente y Guillermo Moreno, cabal expresión de la cultura “k” se encargó de resaltarlo en el diario La Nación el pasado domingo 31.

Creo que fue Amartya Sen quien dijo que la democracia es esencialmente “discusión pública” que nada tiene que ver con la fácil cultura del epíteto y el agravio.

Pues bien, una forma de “cambiar” es acostumbrarse al ejercicio y la práctica de la crítica.

* Ver también: Isela Costantini: Una decepción

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