Por Máximo Luppino.-

Mientras “Juntos por el Cambio” busca seducir a Javier Milei para que se sume a su espacio político, el explosivo diputado nacional construye su propio proyecto presidencial. Javier Milei no se considera un músico más en el concierto político desafinado de la política nacional. Él se autopercibe como el “gran director de orquesta”. Más aún, Milei cree fervientemente ser el “único salvador” de la Nación.

En un propio frenesí de autoestima, quizás con unas cuantiosas toneladas a cuestas de narcisismo que le cuesta manejar, Javier se horroriza pensando en cómo los demás individuos no reconocen su “gigantesca genialidad”… “De poetas y locos todos tenemos un poco”. El tema radica cuando ese poco de posible locura invade todo el continente psíquico del individuo.

En muchas ocasiones de la historia de la humanidad, los pueblos cansados de padecer penurias y desencuentros, en vez de insistir en transitar el sendero correcto que es largo y seguro a la vez, deciden tomar un “atajo” tornándose este camino “rápido” en una auténtica noche oscura de dolor y sufrimiento extremo.

El pensamiento político de Milei no es preocupante. Sí inquietan sobremanera sus reacciones con quienes lo contradicen o no aceptan su particular mirada de la realidad, además de calificar de “izquierda” casi toda inquietud social que no se ajusta a su sentir; utilizando el término “izquierda” como sinónimo establecido de maldad e improcedencia funesta. La vida en democracia requiere tolerancia y saber sumar voluntades constructivas en torno de un proyecto mancomún. La aceptación de las ideas diferentes es un requisito ineludible de un mandatario.

Los horrores de una pandemia que disminuyo su flagelo, pero que aún permanece, la contienda bélica en Ucrania que desestabilizó en un grado la economía mundial produciendo una inflación global a tal punto que naciones como España que estaban en deflación pasaron a poseer una importante inflación.

¿Está Javier Milei apto psíquicamente hablando para ejercer la primera magistratura de la Nación, con todos los inconvenientes y presiones que sabemos que padece un presidente?

“Para muestra basta un botón”. Un triste incidente de Javier Milei con una célebre periodista. Fue en el programa de María Laura Santillán. Javier Milei participó de una entrevista este lunes 4 de abril y se negó a compartir ese espacio con Carolina Losada, senadora de Juntos por el Cambio. «Me voy directamente», dijo el diputado nacional, que amenazó con retirarse. Milei afirmó ser traicionado y ser víctima de una emboscada.

Calificar de traición y emboscada en un programa periodístico que es propicio a Milei habla a las claras de actitudes que parecen ser paranoicas.

No es la primera vez que Milei por muy poco pierde el equilibrio y reacciona en forma desmedida y violenta, sobre todo si su interlocutor pertenece al género femenino. La reflexión es: ¿qué medidas podría tomar el diputado en cuestión si fuera presidente de la Nación? Hay que poseer mucho equilibrio y un verdadero espíritu democrático para no abusar del poder que el pueblo delega en sus representantes.

Cuidado con pretender “castigar” al mundo político sufragando en favor de alguien que quizás no posea las condiciones de equilibrio anímico para convivir con el poder que acarrea la primera magistratura de la República. Pretendiendo votar contra la “casta política” no sea cosa que el pueblo vote contra sí mismo poniendo en riesgo la libertad de la que hoy goza.

Debemos juzgar las acciones concretas de forma estricta e imparcial y no dejarnos embaucar por palabras y promesas que casi siempre suenan agradables a los oídos esperanzados de la gente que necesita imperiosamente creer.

Milei presidente sería un excelente candidato del “mundo del revés”.

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