Por Hernán Andrés Kruse.-

El 25 de mayo de 2017 se cumplió el undécimo aniversario del histórico discurso pronunciado por Néstor Kirchner al cumplirse el centésimo nonagésimo sexto aniversario de la Revolución de Mayo. Sus párrafos salientes fueron los siguientes:

“Queridos hermanos, hermanas, compañero y compañeras, argentinos, argentinas: y al final un día volvimos a la gloriosa Plaza de Mayo a hacer presente al pueblo argentino en toda su diversidad” (…) “Venimos con toda nuestra voz y nuestra fuerza para construir la Argentina de la justicia y la dignidad” (…) “Queremos una Patria para todos, queremos una Patria para todos los argentinos y argentinas. Nos tocó hace tres años asumir la responsabilidad de la conducción de la Argentina siendo el presidente menos votado de la historia” (…) “Teníamos 60 por ciento de pobreza, 26 por ciento de desocupación, casi 30 por ciento de indigencia, nuestros hermanos estaban con los brazos caídos, parecía que la Argentina se derrumbaba” (…) “Estábamos acosados por deudas, estábamos acosados por sectores del privilegio que no querían dar un solo paso atrás, estábamos acosados por aquellos que decían que primero había que pagarle a los bancos antes que a la gente” (…).

“De los 100.000 millones de dólares de la deuda privada, logramos una quita histórica; por primera vez en la historia pudimos los argentinos ganar la batalla y doblarle la mano a los que saquearon el país y ahorramos 70.000 millones de dólares. Nos decían que era una falta de respeto, algunos medios que ustedes conocen, sacar semejante quita” (…) “Hoy, cuando vemos la recuperación de la industria, la recuperación de nuestros campos y también la recuperación de nuestros sectores de la producción, vemos que se está haciendo porque tenemos políticas activas, políticas heterodoxas, políticas que no dependen, como dependían antes, de círculos de poder determinados” (…) “Yo les pido que me acompañen, les pido que me den fuerza, les pido que me den toda la “polenta” necesaria para poder dar la lucha y la batalla que los argentinos necesitan”.

“Queridos hermanos: dicen que me peleo mucho, y no es que yo me pelee mucho, es que negocio poco con ciertos intereses; hay algunos intereses que me quieren ver de rodillas y yo voy a honrar el juramento ante el pueblo argentino: siempre de pie, siempre luchando, siempre peleando por la Patria. No me importa que me amenacen, como lo hicieron ayer diciendo en un acto chiquitito que hubo, que si tuvieran una bomba me la pondrían. No me interesa, porque me juego por mi pueblo, me juego por la Patria, me juego por una Argentina para todos y con todos. Hemos construido y estamos construyendo una justicia independiente, tenemos una Corte independiente como hace tiempo no se recuerda en la Patria” (…) “Hemos recuperado el valor de la memoria, el valor de la justicia, el valor de la inclusión social, el valor de la equidad y la decisión de construir una Patria para todos los argentinos” (…) “Si a la Argentina le va bien, les tiene que ir bien a los trabajadores, a la clase media, a los empresarios nacionales, a todos los que integran la Patria. Es fundamental tener una Patria que nos contenga a todos” (…).

“Mi sueño es ayudar a construir una Argentina cada vez más plural, una Argentina que consolide la reconstrucción, una Argentina donde los trabajadores, los empresarios, los intelectuales, todas las fuerzas libres de la sociedad puedan construir el espacio que necesitamos. Tenemos que recuperar esa vocación de cambio, esa vocación transgresora que tuvo durante muchísimo tiempo la sociedad argentina” (…) “Creemos en esa Argentina donde la felicidad se pueda volver a recuperar, creemos en la Argentina de los tiempos felices, creemos en la Argentina donde los hombres amaban la política, creemos en la Argentina donde los intelectuales eran respetados y escuchados, creemos en la Argentina de la libertad plena, donde nadie tenga por qué callarse la boca” (…) “Quiero convocar a todos los argentinos a una construcción plural, es mucho lo que nos falta, es dura la pelea día tras día. Muchas veces hay que construir desde la soledad” (…) “Por eso, queridos argentinos y argentinas, levantemos la bandera de la Patria, levantemos nuestro escudo, levantemos la Argentina, levantemos la Patria grande, levantemos a América Latina, levantemos a nuestros hermanos desaparecidos, levantemos la reconstrucción de una Argentina con todos, levantemos la convivencia, levantemos la ciudadanía, levantemos la diversidad, levantemos la pluralidad, tomémonos de la mano y caminemos por la avenida de la Patria abrazados por un nuevo país”.

En su edición del 25 de mayo, el portal Infobae publicó un excelente artículo de Jorge Asís titulado “2001-2017: similitudes y diferencias”. Sus párrafos salientes son los siguientes: “La similitud que alarma alude al desastroso estancamiento de la economía. A favor de Fernando de la Rúa, presidente del segundo gobierno radical, se contaba con un ministro de verdad, aunque ya declinaba” (…) “Igual que Néstor Kirchner, presidente del quinto gobierno peronista, Macri supone que sabe de economía. No quiere superministros. Les desconfía” (…) “Mientras tanto, el país crecía sólo como riesgo. Y a Cavallo le costaba asumir que la canalla del Fondo Monetario Internacional le había picado el boleto. Se disponía a brindar un castigo ejemplificador a la comunidad internacional. Le negaban el crédito a la Argentina y le soltaban irresponsablemente la mano. La otra similitud es cronológica. La agenda aporta las elecciones legislativas de mediano término. En 2001, la provincia (inviable) de Buenos Aires también elegía senadores” (…) “Juntos, Duhalde y Alfonsín, muy pronto iban a demostrar que, en el país sepultado por crisis permanentes, ser senador es demasiado importante. Clave. También debe rescatarse el fenómeno transversal de la corrupción” (…) “Pero el caso de “las coimas en el Senado”, intrascendente regulación institucional entre el Ejecutivo y el Legislativo, dista de compararse, en magnitud e intensidad, con las emanaciones tóxicas del volcán Odebrecht, con el tsunami de alcahuetes premiados” (…) “Para la sinopsis basta con apuntar otra definitoria similitud. Los desposeídos del Conurbano bonaerense. En 2017 se padece una situación de marginalidad infinitamente más grave que la de 2001” (…).

“Pese al fantasma de 2001, aún al acecho, las diferencias son notablemente sustanciales. Hoy Macri se encuentra mucho más fortalecido que aquel De la Rúa” (…) “Transformaron la elección, que debía ser un acto elemental, en una situación límite. Los macristas obstinados se aferran al relato que tratan de creerse. Para llevar a la práctica las reformas profundamente estructurales (que dictan los vibrantes exégetas del liberalismo), necesitan ganar en octubre. Para reducir la pelota del déficit que suele patearse, en Argentina, siempre para adelante. Con la parsimonia estética del tiro libre, como el que Macri ensayó para impresionar a los despreocupados chinos. O se patea hacia los costado, para ganar tiempo” (…) “La furia de los desposeídos y los castigados aún puede atenuarse por los planes placebos que distribuye la señora Carolina Stanley. En cambio, ya resulta improbable entretener a las capas medias que los votan con la épica del relato sobre la herencia recibida”.

“Pero la historia, en nuestro tango, no vuelve a repetirse. Aunque persista el mismo loco afán. Así como los radicales llegaban a los puestos, en 1999, desde la centroizquierda, en 2015 desembarcaban desde la centroderecha. La dinámica del pragmatismo peronista la adoptaban finalmente los radicales” (…) “En 2017 la provincia es gobernada por la señora María Eugenia Vidal, la chica de Flores de Girondo…enrolada en el bando del Presidente. En 2001 se asistía a la cohabitación. El presidente radical De la Rúa sentía, en la nuca, la respiración ascendente del gobernador peronista Carlos Ruckauf. Además, Macri, por suerte, conserva la figura institucional del vicepresidente” (…) “Al pobre De la Rúa se le había quebrado muy pronto el Chacho Álvarez, que por entonces hegemonizaba el dilema moral y denunciaba las manchas de sopa de la corrupción. Es el sitial que exactamente ocupa hoy la señora Elisa Carrió, la demoledora. Desde la levedad de la diputación enfática, en su condición de estrella excluyente de las emisiones televisivas” (…) “Emite denuncias espectaculares que desacomodan al aliado. Su cautivo. Otro pobre presidente” (…).

“Aunque con frecuencia suele desubicarlo, dejarlo con pasmado rostro de distraído, Macri sabe que Carrió, con la barbarie ideal de la transparencia, le produce, hasta ahora, más beneficios que perjuicios. Le cuesta, según nuestras fuentes, soportarla. Pero cree que logra, al fin y al cabo, la utopía de contenerla. Aunque Carrió le marque el rumbo, lo acote, lo conduzca, le voltee amigos o familiares, lo haga quedar como un, digamos, distraído” (…) “Para completar la sinopsis, se reitera que el pobre De la Rúa luchaba contra el déficit de la política y de la economía. Macri no le encuentra la vuelta a la economía. Pero mientras tanto surfea gracias al viento de cola de la política. La doctora, presidente del sexto gobierno peronista, es la única que tiene patente de corso para confrontarlo. Con errónea frivolidad, los macristas suponen que semejante confrontación los beneficia. Con la centralidad asegurada, en plena adversidad, la Doctora aún no blanquea su postulación para el Senado. Como aquel Oscar Wilde con “La importancia de llamarse Ernesto”, nuestro Eduardo Duhalde, el piloto de tormentas (generadas), en 2001 supo brindar la superior lección académica. Sobre “La importancia de ser senador”. De estar adentro de la Honorable Cámara de Senadores. Como tantos prestigiosos patriotas de la planta permanente”.

En su edición del 25 de mayo, La Nación publicó dos artículos, uno firmado por Carlos Pagni (“Deficiencias llamativas frente a la corrupción y el espionaje”) y el otro por Marcos Novaro (“La crisis de la dirigencia argentina, de Alvear a Macri”).

Los párrafos salientes del artículo de Pagni son los siguientes: “Por suerte Cristina Kirchner está a punto de anunciar su candidatura a senadora. Porque la crisis que desató Elisa Carrió en el oficialismo ha puesto otra vez en evidencia una delicadísima falencia. Mauricio Macri cuenta con una estrategia fiscal, monetaria, energética y diplomática. Carece, en cambio, de un programa de regeneración institucional. Es una deficiencia incomprensible en alguien que gobierna cuando la región es sacudida por una corrupción escandalosa” (…) “Esa indigencia no es imputable sólo a Macri. Refleja la siesta crónica en la que ronca la UCR, el partido de la reparación republicana. La fundadora de la coalición cívica, una de las figuras más prestigiosas, se potencia a partir de estas carencias. Y deja al Presidente a su merced” (…).

“El sábado pasado, ella declaró que “todos, sin excepciones, quieren proteger a De Vido”. “Todos” quiere decir “Macri también”. Después pidió que se juzgue al ex ministro y a los empresarios vinculados con irregularidades de Odebrecht. Atemorizado, el Presidente ordenó aplicar sanciones a la empresa brasileña. El ministro de Justicia, Germán Garavano, y la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, avanzaron con el abogado de Odebrecht, Guido Tawil, en una irreflexiva negociación que, de concretarse, hubiera desatado otra tormenta. Ayer prevaleció la sensatez y se suspendieron las tratativas” (…) “Cuando dijo que “todos” cuidan a Julio de Vido y a Odebrecht, Carrió apuntó a complicidades entre Justicia y espionaje. En los tribunales de Vido tiene, según todas las versiones, un custodio: Alfredo Lijo, el hermano del juez Ariel Lijo. A Lijo le gustan, como a De Vido, los canarios. También tendría fascinación por los relojes” (…) “Es el dueño de Electroingeniería, socio de Odebrecht y de Calcaterra en la construcción de gasoductos cordobeses. En Comodoro Py circula una pregunta: ¿la supuesta protección de Lijo se extiende a Calcaterra? Este magistrado fue el impulsor de la nueva Asociación de Jueces Federales. Una barrera frente a un Lava Jato que, empezando por Eduardo Freiler, arrase con el fuero federal. Lijo corre el riesgo de convertirse en la contratara del juez Moro”.

“Carrió fue víctima de este sistema, que montó un ardid para enjuiciarla por enriquecimiento ilícito. El denunciante fue un albañil del partido de Pilar, Saúl Paz. La causa cerró porque Paz no concurrió a ratificarla. Aun así, más de tres años después, los camaristas Martín Irurzún y Eduardo Farah ordenaron reabrirla. Días antes la diputada había pedido el juicio político de Ricardo Lorenzetti. Ella sospecha de una combinación entre Lorenzetti e Irurzun” (…) “Ayer, Carrió tuvo más razones para sentirse vigilada. El diario Clarín publicó una foto suya y del mayor Alejandro Camino, quien sería uno de sus informantes, en una confitería de Asunción. Sería parte de un seguimiento. El fotógrafo, al parecer, compartía la mesa. ¿Fue Luis Guinle, el delegado de la AFI en Paraguay? Guinle responde a Majdalani” (…) “Nadie debería sorprenderse si se confirman las maniobras que se adjudican a Majdalani. La segunda de la AFI fue el álter ego femenino de Francisco Larcher, responsable del espionaje de los Kirchner y jefe del tenebroso Antonio Stiuso” (…) “Hoy nadie quiere hacerse cargo de la designación de Majdalani” (…) “: por qué Macri decidió, en materia de espionaje, continuar con el orden kirchnerista” (…) “El objetivo principal de ese sistema es hoy blindar a esa central (AFI) con jueces que se le subordinan. Cuando presentó su gabinete, el Presidente prometió que la AFI “estará al servicio de la seguridad nacional y no como en los últimos años, que se usó para hostigar y espiar a los ciudadanos”. Todavía no cumplió”.

Los párrafos salientes del artículo de Novaro son los siguientes: “Por décadas los que gobiernan no han sido en Argentina los dueños del capital, ni han tenido fácil entenderse con ellos. Esta tensión bien puede ser vista como manifestación de una dificultad más amplia: a cincuenta años de formulada parece seguir siendo cierta la afirmación de José Luis de Imaz de que Argentina sufre una “crisis de conducción” (…) “En verdad no debería llamarnos la atención que la democracia no alcanzara de por sí a resolver los problemas de las élites. Porque la ampliación democrática ya en un principio había complicado la circulación e integración de las mismas” (…) “Como sea, lo cierto es que justo cuando esos recursos fueron más exigidos, el país se enfrentó a una grave crisis externa y al desprestigio intelectual de las ideas adecuadas para gestionar cualquier acuerdo entre las elites. Con lo cual el pacto constitucional y el buen gobierno se fueron, juntos, al tacho y se extendió la desconfianza entre los dueños del capital y los dueños de los votos, y entre las facciones ocasional o estructuralmente enfrentadas de ambos campos. El hecho de que ambos además desde antes se vinieran reclutando de espacios sociales y culturales muy distintos y, sobre todo, tuvieran cada vez menos vasos comunicantes también aportó lo suyo. Así una diferenciación que era natural consecuencia del éxito, del desarrollo y la complejización de la sociedad, se volvió fuente de frustración” (…).

“Marcelo T. de Alvear fue en los años veinte y tal vez aún más claramente en los treinta, el instrumento soñado para frenar esta crisis de dirigencia, pronto devenida crisis de legitimidad. Pero su esfuerzo resultaría en gran medida en vano” (…) “Alvear hizo lo que pudo por atender las expectativas de conciliación e integración. Lo intentó con particular clarividencia en dos terrenos fundamentales: la reforma social y la del estado, para darle nuevas miras y a la vez fortaleza y autonomía al aparato público frente a los intereses facciosos y partidistas” (…) “Desde entonces (1937), agravado el panorama por la creciente intervención militar, otra facción de la guerra interelites más que un árbitro estabilizador, la lucha política ocupó el centro de la escena, desbordando cada vez más las capacidades institucionales del estado. La sociedad se volvió más pluralista, la competencia tanto social como técnica por acceder a posiciones de mando se incrementó notablemente, se abrió a nuevas capas sociales. Pero todo dentro de un marco cada vez menos pluralista, más pretoriano” (…).

“Así fue la lucha política y no el estado lo que dominó el panorama en las décadas posteriores. Por eso, porque éste se volvió terreno privilegiado de una lucha facciosa sin cuartel, y no instrumento para resolverla, tuvimos un estado elefantiásico pero no un “modelo estadocéntrico” comparable al de Brasil o México. Por eso tuvimos montones de golpes de estado, e igual número de programas económicos, no un régimen desarrollista mínimamente estable, ni siquiera una dictadura duradera capaz de vanagloriarse de algún legado. Y por eso las fracciones de las elites en competencia consumieron buena parte de sus recursos (algunas, como la militar, la totalidad de ellos) en ese pantano de disputas interminables. Y su destino no fue ajeno a una decepción social cada vez más extendida” (…) “Quien más oportunidades de superar esta crisis de conducción tuvo en sus manos fue por supuesto el peronismo. Pero él insistió desde un principio en comportarse como una contraelite, antes que como una fuerza integradora. Su reiterado sueño fue pasar a retiro no sólo al resto de la dirigenta política, también a buena parte de la empresaria, la judicial y hasta la intelectual. Y así le fue” (…).

“En esta historia Macri aparece como una mosca blanca, un invitado inesperado. Ante todo porque él, en forma aun más sorpresiva que Alvear dado el contexto antiempresario reinante, concilia en su persona roles que parecían definitivamente divorciados” (…) “Ahora bien. Ni él ni nadie puede obviar que un gobierno de ricos tiene de partida mala prensa, mucha peor a la ya mala de un gobierno de políticos, lo que es mucho decir. Y la primera consecuencia de la tensión resultante es que Macri se siente compelido a sobreactuar su distancia con su clase y más en general con el resto de los que mandan“(…) “¿Le alcanza con esto a Macri, con su excepcionalidad y las ventajas que ofrecen su moderación y sus circunstancias, para tener éxito allí donde Alvear fracasó? Para fomentar la circulación y la integración de las élites en un país estructuralmente pluralista pero funcionalmente corporativo y pretoriano…hará falta bastante más. Necesitará desalentar conductas defensivas y facciosas desarmando cotidianamente la infinidad de mecanismos que las reproducen. Y no sólo proponer mecanismos alternativos sino demostrar que dan mejores resultados. En distintos ámbitos lo hemos escuchado al presidente bregar por ello. ¿Tiene una fórmula adecuada para esa tarea? Todavía no, pero la está buscando”.

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