Por Giuliano Iezzi.-

Se desprendería que, sea en el peronismo, que en el kkismo, habría alguna ideología de por medio. Si se tratara de contrastar juicios de valor, un punto de vista divergente al de uno, sería por principio respetable. Pero no se puede ser igualmente indulgente con una equivocación tan obvia y tan costosa.

El peronismo nace como la copia del fascismo traducido a la marea de brutos y solamente para sustentar el poder de un vivillo. Tal es así que “cuando los principios no funcionaron, el general golpista los cambió” tantas veces como fuera necesario. Nos trajo al terrorismo y cuando cambió nuevamente de principios se murió y nos dejó un mar de sangre.

Hoy asistimos a lo mismo, estamos frente a la misma piedra…

Copio a Márquez: “En verdad, el grueso de ellos no son más que imbéciles funcionales ávidos de recibir, conservar o ampliar una beca del botín político/estatal.

Una vez más, el peronismo, en cualquiera de sus versiones (sea que se presente con patillas o con estrabismos, con Isabel o con Cristina), lisonjea a las muchedumbres a la vez que las embrutece y envilece.”

Son chorros de lo más rastrero y otro calificativo, aunque sea más peyorativo, sería un desperdicio literario utilizarlo en semejante basura. Sólo buscan crear un mundo que aunque tenga formas democráticas habrá llegado a ser aquella sociedad letárgica de hombres y mujeres que, aunque culpables por inacción, se resignen, y esto es lo que las dictaduras aspiran para beneficio propio y nada más.(sic)

Me parece que si se tienen ideas, éstas pueden de buena fe estar equivocadas o no, y entonces es aceptable, pero si lo único que se piensa, y a las pruebas me remito, es afanar, no hay error posible sino mala intención, no hay error sino culpa.

La libertad es un bien precioso y muy costoso pero no está garantizada a ningún país a ninguna persona que no sepa asumirla ejercitarla y defenderla.

Y aquí me refiero a los verdaderos culpables… nosotros, sí nosotros, que por acción u omisión abonamos la placa de Petri para que en ella, nuestra sociedad, crezca de manera desbordante la kk, o como se de en llamar en su momento.

Hostigar al gobierno mostrando su miríada de porquerías ya es perder el tiempo, es hora de ser el tábano en el culo del soberano que abdicó, la sociedad toda. De lo contrario aunque esta kk se caiga, hay más esperando su turno, basta con ver las estadísticas de intenciones de voto.

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