Por Mario Sandoval.-

La justicia y el gobierno son espectadores pasivos.

Desde la última quincena de septiembre pasado, los defensores de las acciones armadas de los grupos ilegales de los 70 (llamados militantes de derechos humanos), ocuparon los espacios mediáticos, no para para defender los derechos subjetivos en forma concreta, sino que, con argumentos falaces, manipulación histórica, desinformación y una retórica alarmista, no se privaron en nombre de los derechos humanos que dicen defender, de acusar, injuriar y atacar las acciones legales que realizan las asociaciones opuestas a sus pilares ideológicos (que ellos llaman organizaciones defensoras de genocidas), como también al gobierno por su presencia en una unidad militar que en los 70 sufrió un ataque terrorista o a un candidato ser nombrado juez federal en Mar del Plata.

Artículo completo en: Las organizaciones radicalizadas

Share