Por José M. García Rozado.-

Como en gran parte de la era kirchnerista, el Gobierno decidió hacer política con la plata de los jubilados. Esto es, el Tesoro no tiene fondos para devolver a las provincias parte de la coparticipación, y entonces las compensa con un crédito; pero ese dinero no es de la Nación, sino del Fondo de la ANSeS. Durante el cristikirchnerismo el Fondo que equilibra los ingresos para pagar las jubilaciones -FGS- se usó para comprar computadoras, para asignaciones para los chicos, para dar créditos millonarios al fisco. ¡Ahora suceder algo parecido! La desnutrición no se nota pero “arrasa” y se trata, sin dudas, de las consecuencias de la inflación en la alimentación entre los sectores más vulnerables de la población. Sucede que los hábitos de consumo desde los medios hacia los de menores recursos vienen mutando aceleradamente en los últimos meses. Pero las consecuencias sobre unos y otros son diferentes, y la malnutrición por sobrepesoes la que se destaca entre los más pobres.

Según los acuerdos firmados ayer, y los que vendrán, las provincias recibirán créditos para compensar parte de la coparticipación que en su momento perdieron para financiar la transferencia del sistema jubilatorio. Los créditos sumarán un total de $ 24.000 millones este año y $ 12.000 millones los años subsiguientes. Pero lo llamativo es la tasa de interés que pagarán: 15% los dos primeros años, y 12% los subsiguientes. Para comparar: ayer el Banco Central informó que los préstamos entre bancos privados eran al 34,8%, más del doble de lo que recibirá la ANSeS. En el Gobierno dicen que la tasa del acuerdo es “subsidiada”; pero no aclaran que ese subsidio lo paga el Fondo de los jubilados. A la hora de dar explicaciones políticas sobre esa decisión, en la Casa Rosada dicen que los jubilados igual recibirán “pronto” un beneficio que compensaría esta detracción: el Gobierno anunciará que pagará todos los juicios por ajuste de haberes, de una sola vez. Podría ser en cuestión de días. Pero, en tanto, usaron la billetera de esos mismos jubilados para hacer política. Así nomás.

En los sectores medios, los cambios implican bajar a las segundas marcas, ir por los cortes de carne más económicos o de segunda calidad, menos carne bovina, más pollo, consumir sólo frutas y verduras de estación, recorrer los supermercados aprovechando las ofertas de cada día y con algunas tarjetas, etc. Sin embargo entre los sectores más vulnerables de los barrios populares las realidades, posibilidades y consecuencias son diferentes. No hay tarjetas, ni oportunidad de recorrer demasiado para buscar las ofertas de la semana. Desde hace mucho tiempo las segundas y terceras marcas (o sin marcas) son las únicas que llegan al hogar, al igual que los cortes de carnes más económicos, mientras se incrementa la frecuencia que se alternan con los menudos y las alitas de pollo. Viene n siendo parte de la vida cotidiana, que en los últimos meses se ha visto alterada más negativamente aun. Las caídas generales en las ventas de carne bovina, que según la industria frigorífica en abril se calculan entre un 5 y 6%, respecto al mismo mes del año pasado, en las carnicerías de los barrios están en un promedio de -15%, y el pollo, cuyas ventas descendieron algo menos están -11%. Esto se corresponde en sentido inverso con los aumentos de precios de la Canasta Básica de Alimentos, en los últimos seis meses el rubro carnes subió por encima del promedio general: un +32,44%. Por otro lado las ventas de pastas secas (fideos) en el primer cuatrimestre permanecieron estables respecto a los meses anteriores, cuando habitualmente bajan en verano. Esto indica un reemplazo de unos productos por otros en la alimentación de las familias, que produce un deterioro en la calidad de las dietas, que ya eran de baja calidad.

Las consecuencias no se hacen esperar. En un relevamiento de talla y peso en niños y jóvenes realizado en los últimos días en varios distritos del conurbano bonaerense aparecen significativos porcentajes de niños con malnutrición. Lo más preocupante es que se vienen dando casos de sobrepeso entre los lactantes -0 a 2 años- casos (16% de los relevados); 1ª infancia -2 a 6 años- (40% de los relevados); 2ª infancia -6 a 12 años- (29% de los relevados) y en adolescentes -12 a 19 años- 20% de los relevados. Los relevamientos nos permiten observar que han aumentado los casos de malnutrición en niños y niñas de la primera y segunda infancia, llegando al 51% de los casos. Los testimonios de los jefes/as entre las familias, revelan otros datos llamativos. Por un lado que al mediodía no se cocina en la casa, porque aprovechando que los niños y niñas almuerzan en la escuela, los adultos se arreglan tomado mate con acompañada de alguna tortilla con grasa. Por otro, los casos de sobre peso en lactantes y primera infancia se explica porque los niños comen de la olla familiar, con poco acompañamiento de alimentos específicos como yogures u otros lácteos. Por último, una o dos veces por semana la cena consiste en sandwiches de fiambre que reemplazan carnes u otros más nutritivos. Estos cambios en las dietas de las familias traen consecuencias negativas para el presente y futuro de los niños y niñas de los barrios populares que crecen en esas condiciones.

Según la consultora Elypsis, la inflación de mayo rondará el 3% y advirtió que la medición interanual “continúa con tendencia creciente y se acelera”. Estimó también que el costo de vida de las últimas cuatro semanas se ubicó en un 2,4%, lo cual es equivalente a un 2,6% mensual. El incremento del 20% autorizado por el Gobierno Nacional para las prepagas a partir de mayo, le inyectó alrededor del 1,66% al índice. De ahí que la primera semana cerró en el 1%. Al advertir que la medición interanual registró una aceleración, el informe subrayó que marzo cerró con una medición interanual de 33,4% y abril con 40,1%. “Nuestro último registro a un año corrido registra un aumento de precios acumulado de 42,2%”, detalla la consultora. Puntualizó que la variación de cuatro semanas del rubro alimentos y bebidas “se muestra en niveles superiores al nivel general y se ubica para la segunda semana de mayo en 4,4% frente al 3,7% de la anterior”. Sin un plan antiinflacionario claro y dejando al mercado actuar por sí sólo, el Gobierno confía en que 2016 cerrará en 25%. Por su lado, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) prevé publicar el 15 de junio el Índice de Precios al Consumidor de Mayo (IPC).

La web “Vatican Insider” (del diario “La Stampa”), reprodujo un texto del blog “Terre d’America”, que afirma que la presión de la Iglesia Católica argentina a Mauricio Macri (y, muy probablemente, del papa Francisco, de lo contrario no lo hubiera reproducido Vatican Insider) es consecuencia de la política social del Ejecutivo Nacional. Aquí el texto que firma Alver Metalli en un día en que la Conferencia Episcopal Argentina difundirá un documento importante, anticipado el miércoles 11/05 al presidente Mauricio Macri en la Quinta Presidencial de Olivos, donde él fue invitado a participar del XI Congreso Eucarístico Nacional que se desarrollará en Tucumán del 16/06 al 19/06: «No falta mucho para que se cumplan seis meses del comienzo del mandato del presidente argentino Mauricio Macri que puso fin a la larga hegemonía de la familia Kirchner-Fernández. La etapa de observación parece llegar a su fin y la Iglesia empieza a manifestar las primeras preocupaciones. El observatorio sobre la problemática social y la pobreza de la Universidad Católica Argentina, que en numerosas oportunidades fue un verdadero dolor de cabeza para los gobiernos Kirchner, acaba de presentar los resultados de un estudio sobre la evolución de la venta de droga al menudeo en el país, poniendo en evidencia que se ha pasado del 30 por ciento de las familias en 2010 al 45 por ciento en 2014.

“El rector de la UCA, arzobispo Víctor Manuel Fernández, no dejó de destacar que este inquietante fenómeno es una de las principales preocupaciones del Papa Francisco, quien durante su reciente viaje a México tuvo palabras muy duras contra el narcotráfico. El informe del país sudamericano encontró una caja de resonancia en “L’Osservatore Romano”. Refiriéndose a la investigación, el diario vaticano destacó que “los barrios marginales, donde muchos padres están desocupados y los hijos no tienen futuro, son las principales incubadoras del narcotráfico, que se está expandiendo sin freno sobre todo en la periferia de Buenos Aires, de Córdoba y Rosario, porque no se toman medidas adecuadas para controlarlo”. El informe confirma la pertinencia de la alarma de los obispos argentinos que en varias oportunidades se han referido a la venta y el consumo, pero también a la producción, como un verdadero drama nacional, “en directa relación con el espíritu del capitalismo salvaje, la idolatría del dinero y la globalización de la indiferencia como factores “generadores de una cultura individualista centrada en el consumo”. El 01/05, desde el púlpito del popular santuario de San Cayetano al que acuden miles de argentinos para pedir “pan y trabajo”, el presidente de la Conferencia Episcopal, José María Arancedo, apuntó el dedo contra el trabajo considerado como una mercancía, “un escalón en la cadena financiera”.

“Después puso en guardia contra los efectos de “una inflación creciente” e insistió en la necesidad de crear puestos de trabajo y promover las inversiones. “No se podría estar uno o dos años en una inflación creciente. Eso tiene que encontrar una salida y eso también es cuestión de crear empleo, trabajo digno e inversiones”, declaró Arancedo, quien transita el segundo mandato consecutivo como presidente de la Conferencia Episcopal, para el período 2014-2017. Obvia es la crítica formulada por el “movimiento de sacerdotes para el tercer mundo”, que considera los primeros meses del gobierno de Macri -“desocupador serial” es la expresión que utilizan para definirlo- la confirmación de un modelo de desarrollo discriminatorio, contrario a los trabajadores y los sectores más débiles de la sociedad. Menos obvia la crítica de monseñor Jorge Casaretto, portavoz histórico de las instancias sociales de la Iglesia argentina con dos mandatos a la cabeza de Caritas y presidente de la Comisión Social del Episcopado hasta no hace mucho. Casaretto advirtió que el objetivo de la “pobreza cero” que declara el gobierno de Macri no debe quedar solo en “declaraciones” sino “traducirse en acciones concretas”. Para afrontar con éxito la problemática de la pobreza “tiene que haber voluntad de terminar con los enfrentamientos y buscar puntos en común”. Y después agregó, dirigiéndose al presidente, que “esta voluntad no es del todo clara”.

“Las advertencias al presidente Macri anticipan la presentación de un extenso documento que será publicado el jueves 12/06, elaborado por los obispos argentinos en vistas a la celebración del Bicentenario de la Independencia. El texto se anticipa como un documento comprometido, tanto para quienes lo proponen como para aquellos a los que está dirigido. Es el resultado de varios meses de trabajo, múltiples correcciones y retoques de último momento, y finalmente fue aprobado por cerca de100 obispos argentinos durante la última asamblea plenaria del mes de abril. Ya se sabe que no será un diagnóstico descarnado sobre la realidad nacional. Enunciará una serie de premisas tomadas de la Doctrina Social de la Iglesia como aporte para la construcción de un país mejor. Pero no eludirá los puntos centrales sobre el modelo de desarrollo y los primeros resultados. (…)»

Economía & Regiones consultora afín al macrismo explica: “La gestión del nuevo presidente será exitosa sí y sólo si Argentina retorna al sendero del crecimiento perdido. Más lento se baje la inflación, más se tardará y menores chances habrá de volver a crecer rápido. La buena noticia es que la nueva conducción del BCRA no sólo hace un diagnóstico acertado del problema inflacionario, sino que aplica una adecuada política monetaria. De continuar con la actual política monetaria, la inflación va a bajar sí o sí más adelante. En este sentido, no hay que ponerse ansiosos y pretender que la inflación baje “ya”. Va a tardar en bajar. La inflación no puede bajar en lo inmediato porque la política monetaria impacta con un retardo de 12 meses. Es decir, la inflación de 2016 está influenciada por la desbocada política monetaria de Alejandro Vanoli, que le pone un piso elevadísimo a la inflación del presente año. Para que se entienda, con Cepo, sin ajuste de tarifa y aplicando la política monetaria de Vanoli durante todo este año, la inflación habría sido aproximadamente +45% en 2016. En este marco y teniendo en cuenta que se ha levantado el cepo, se ha sincerado el tipo de cambio y se ha ajustado (en parte) tarifas, una inflación del 38% promedio anual y una inflación interanual punta (diciembre) del 34%/35% es todo un logro; exclusiva propiedad del BCRA. El actual BCRA está atacando los dos problemas monetarios que alimentan el proceso inflacionario argentino: el problema del stock y el problema del flujo.”

“Del lado del flujo, el Central no sólo se ocupa por no emitir ni un solo peso “de más” a lo acordado para financiar al Tesoro ($ 160.000 millones anuales en 4 cuotas de $ 40.000 millones), sino que también esteriliza lo emitido. Puntualmente, en Abril´16 la política monetaria redujo nuevamente la emisión (flujo) hasta el 27,5% interanual. Las compra de divisas ($ 4.260 millones) y el financiamiento al sector público ($10.527 millones) sumadas explicaron una emisión monetaria bruta por $14.788 millones. Luego, el BCRA contrarrestó toda esta emisión retirando pesos con LEBACs y pases por $15.239 millones. Como resultado final, la base monetaria se contrajo $ 452 millones y el stock finalizó el mes en $ 572.568 millones. En el acumulado de los primeros 4 meses del año el BCRA redujo la base monetaria -$ 51.332 millones, con lo cual su tasa de crecimiento cayó de 45% a 28% interanual. De hecho, el BCRA está absorbiendo dinero “de más” para generarse un “colchón” ante la posibilidad (riesgo) que no se renueven todas las LEBACs y haya que pagar algún tramo en efectivo. A fines de abril el sobrante de dinero cayó de $ 200.000 millones a -$ 30.000 millones. En este sentido hay que considerar que durante los próximos 4 martes al BCRA le vencen, en promedio, el equivalente al 12% de la base monetaria en 1 solo día. No hay más sobrante de dinero. En cada licitación de LEBACs el monto ofertado tiende a igualar el monto adjudicado y a los vencimientos, lo cual pone en evidencia que ya no sobran pesos. Así, en los primeros 4 meses del año el BCRA ha generado un apretón monetario de casi -20 puntos porcentuales. La base monetaria y M1, redondeando, pasaron de crecer +10% a contraerse -10% en términos reales. En este contexto de apretón monetario y baja liquidez, la tasa de interés seguirá elevada.” Explica E&R.

“La tasa de interés bajará en forma parsimoniosa sólo cuando comiencen a haber señales contundentes de desaceleración de la inflación; y eso difícilmente pasará en lo que queda de la primera mitad del año. Tal vez, ante un nuevo round de presiones políticas, el BCRA pueda acceder a bajar la tasa de 30 días otros 50 bps adicionales en las próximas semanas, pero será tan sólo un gesto. Una reducción de medio punto de la tasa es inmaterial tanto en términos de política monetaria, como en materia de nivel de actividad. Un punto también es inmaterial. Hay que pensar en una tasa de interés de alrededor de 4 puntos porcentuales positiva en términos reales; es decir por arriba de la inflación. Una regla nemotécnica. Actualmente, cuando la inflación todavía no empezó a bajar, el Central fija la tasa 3; ó 4 puntos por encima de la inflación interanual. Cuando la inflación empiece a bajar, el Central muy probablemente fijará la tasa alrededor de 4 ó 5 puntos porcentuales (al menos al comienzo) por encima de la inflación mensual anualizada. En este contexto, la tasa de interés que ahora está en 37.5% anual probablemente se ubique alrededor de 31%/30% anual hacia fin de año. Al mismo tiempo, también es probable que BCRA busque (de a poco) ir alargando la vida promedio de las LEBACs, para lo cual más adelante podría reducir la pendiente negativa y aplanar aún más la curva de rendimientos. Por ejemplo, no se puede descartar que el Central baje un poco la tasa a 35 días, pero suba marginalmente la de 63 y 98 días, dejando inalterada los vencimientos a 119; 147; 203 y 252 días. Actualmente, la tasa está donde tiene que estar si se quiere bajar la inflación. La tasa de interés tiene 3 tramos: el tramo que remunera el ahorro, es decir el precio que cobramos por trasladar consumo presente hacia el futuro; un tramo que compensa el riesgo; y el tramo que compensa a la devaluación esperada que, bajo cumplimiento de la paridad del poder de compra, es igual a la diferencia entre la inflación esperada de Argentina y la de USA (moneda de referencia)” termina explicando.

“Así, con expectativas de inflación domésticas en torno al 35% anual y una inflación esperada en los Estados Unidos del 2,5% anual, la tasa de devaluación esperada se ubica en el 32,5% anual. Por otra parte, asumiendo que los precios de la deuda argentina emitida en dólares incluye toda la información sobre el retorno que los argentinos exigen para ahorrar y sobre el riesgo, dado que dichos títulos, en el corto plazo ofrecen un retorno del 5% en dólares, ello implica que la tasa de interés en pesos consistente con las condiciones de arbitraje de activos internos y externos debería estar en torno al 37,5%. En este punto, si los agentes económicos no están convencidos que la inflación y los riesgos de devaluación bajarán prontamente, debería resultar claro que si el BCRA no espera para bajar las tasas que la inflación esté en un sendero decreciente, el resultado será el opuesto al deseado. Por consiguiente, el BCRA debe ser prudente en el descenso de las tasas a medida que la inflación vaya bajando. El punto es que la actual tasa de interés y el apretón monetario de 20 puntos porcentuales no son “gratis”. Hay 2 lecturas. Desde el lado positivo, el apretón monetario asegura un inexorable descenso de la inflación en el segundo semestre del año. Desde el lado negativo, el apretón monetario aumenta el riesgo que se profundice su recesión. En este marco de análisis, y teniendo en cuenta que una elevada tasa de interés, de mantenerse, puede profundizar la recesión, cabe preguntarse: ¿es posible bajar más rápido la tasa de interés para dinamizar el consumo y la inversión?”, se pregunta E&R.

“Las LEBACs son el palo en la rueda para bajar la tasa de interés. En las próximas semanas los vencimientos de LEBACs por el equivalente al 12% de la base monetaria constituyen un riesgo. Una baja de la tasa de interés puede incentivar la no renovación de las LEBACs. Y si por alguna razón se cayera una licitación, en un solo día el BCRA tendría que emitir el 12,5% de la base monetaria en una economía con recesión y, en consecuencia, sin aumento de la demanda de dinero. En este escenario, su política monetaria anti inflacionaria se abortaría y el proceso inflacionario probablemente volvería a ganar fuerza. Con caída de la demanda de dinero el BCRA no se puede dar el lujo de cancelar LEBACs en efectivo. Para que la tasa de interés pueda bajar acompañando un futuro descenso de la inflación, sería necesario descomprimir la mochila financiera de las LEBACs para minimizar el riesgo de caída de licitación; y así no tener que mantener alta la tasa. Con menos LEBACs cae el déficit cuasifiscal del BCRA reduciéndose la potencial emisión de pesos y en consecuencia las expectativas de devaluación e inflación. Con menores expectativas de inflación, tanto la inflación como la tasa de interés pueden bajar más y más rápido, afectando positivamente la inversión y el nivel de actividad. Se necesita que el Ministerio de Hacienda se haga cargo de las LEBACs. Hacienda debería desarrollar una ingeniería financiera que cambie Lebacs por bonos del Tesoro de largo plazo, cancelando adelantos Transitorios (US$ 25.000 millones) y/o Letras Intransferibles (US$ 67.000 millones) en el activo del BCRA. Este canje debe ser voluntario y los nuevos bonos deben suscribirse con LEBACs”.

“La deuda neta del Estado no aumenta. Para comenzar, el Ministerio de Hacienda, como mínimo, le debería limpiar $ 160.000 millones de Lebacs al BCRA, ya que ese es el monto de emisión monetaria que Hacienda le pidió al BCRA emitir para financiar su exceso de gasto en 2016. En suma, si no se resuelve el problema de las LEBACs, existe el riesgo que el Central no pueda bajar la tasa acompañando el descenso de la inflación y se extienda y profundice la recesión. Del otro lado, también existe el riesgo de que el BCRA acompañe el descenso de la inflación con una baja de tasa, pero el proceso anti inflacionario termine abortándose. En síntesis, se puede bajar la tasa y reducir la inflación, pero solucionando el tema de las LEBACs. “Política fiscal improvisada” porque: A diferencia de la política monetaria del BCRA, la política fiscal se viene construyendo en el día a día, sobre la marcha. Si bien la meta fiscal continúa sin modificaciones, el gobierno nunca ha parado de hacer anuncios fiscales con, en la mayoría de los casos, impacto creciente en el déficit. Esto se remonta incluso a los tiempos de campaña cuando los integrantes de la actual administración anunciaban una batería de medidas como la eliminación de las retenciones a las exportaciones o la actualización del impuesto a las Ganancias, etc. Durante el primer mes de gestión, el gobierno de Macri logró imponer la agenda económica con medidas que daban cumplimiento a sus “promesas” de campaña: salida del cepo, eliminación de las retenciones; etc. Además, en los primeros días de enero Prat Gay anunciaba lo que sería el plan de metas fiscales para los siguientes cuatro años, incorporando a los anteriormente mencionados anuncios, aquellos de la AUH (Asignación Universo por Hijo) para monotributistas y la devolución del IVA (Impuesto al Valor Agregado) para la compra de bienes de la canasta básica.”

E&R, sigue diciendo: “Dichos anuncios fueron realizados durante la denominada “luna de miel” del nuevo gobierno, la cual permitía tomar medidas que, si bien iban en el sentido correcto, traerían sus consecuencias en el corto plazo. Ese era el momento propicio para tomar medidas de “shock” tendientes a solucionar los problemas macroeconómicos de fondo heredados de la administración anterior. Por el contrario, el gobierno optó por el camino más lento y gradual haciendo que, poco a poco, el contexto se le adelante y la agenda de política económica se vuelva endógena a las problemáticas coyunturales determinando las nuevas medidas económicas. En pocas palabras, con gradualismo y sin un plan económico “cerrado”, la política y la recesión comenzaron a determinar el pulso de las medidas económicas. Tanto es así, que hay medidas “viejas” anunciadas hace bastante tiempo atrás, pero que todavía no han entrado en vigencia. Por el contrario, hay medidas “nuevas” que ya están operativas.” Según FIEL, la actividad industrial se desaceleró fuerte durante marzo, marcando una caída de -1,8%, lo que resultó en que la actividad industrial haya disminuido – 0,4% durante el 1er. trimestre del año. Sin embargo, el sector más golpeado dentro de la actividad industrial corresponde al sector de las PyMEs, cuya producción se redujo -3,3% en marzo, acumulando una caída de -3,7% en el 1er. trimestre según CAME. En el mismo sentido, las PyMEs están sufriendo la política económica también por el lado de las ventas en comercios, que según CAME, cayeron 6,6% en abril y promedian una baja de 4,8% a lo largo del 1er. cuatrimestre. A lo anterior, se le suma una caída en la confianza del consumidor que se desplomó 10,3% en abril y llegó a su nivel más bajo desde septiembre de 2014. El principal problema de las PyMEs es que, en 1er. lugar, son las empresas con menor espalda financiera para sostener un proceso de transición y adaptarse al mismo; y que en segundo lugar, son las responsables de la generación del 50% del empleo privado registrado. Dicha situación le está desencadenando problemas no solo del tipo económico, sino también político al gobierno de Mauricio Macri y, de hecho, le podría propiciar la mayor derrota política (hasta ahora) de su gobierno si se viera obligado a vetar la ley denominada “anti despidos”.

En este marco, el Gobierno Nacional respondió con un acuerdo anti despidos y un paquete de medidas para aliviar la situación de las PyMEs. Dichas medidas están destinadas a solucionar las dificultades financieras del sector en el cortísimo plazo. También se anunció otra batería de medidas de carácter legislativo que serán enviadas al Congreso con el objetivo de incentivar la inversión y el financiamiento de más largo plazo. Pero las medidas tomadas en favor de las PyMEs no son el único ejemplo que demuestra la improvisación de las medidas fiscales. El gobierno ya ha dado muestras de que la coyuntura lo ha obligado a redirigir su política fiscal, por ejemplo con el otorgamiento de fondos por $500 millones a las universidades nacionales por los conflictos presupuestarios y gremiales (los cuales aún no se han cerrado y probablemente demanden otro nuevo aporte fiscal) o la ayuda por única vez de $500 para jubilados y beneficiarios de la AUH (ante el fuerte impacto que provocó la suba de tarifas y de la inflación sobre los sectores más vulnerables). De estos hechos se entiende que el gobierno perdió la batalla por la agenda y que gran parte de la actual política fiscal simplemente responde ante los embates que recibe desde el ámbito político, perdiendo autonomía en la dirección de la política económica. No sólo eso, sino que tampoco se muestra un plan de acción. Esto significa, en otras palabras, que el Ministerio de Hacienda es hoy en día un mero observador de los hechos que responde ante ellos simplemente para la mitigación de las consecuencias que generan y que carece de una política fiscal estructurada para llevar adelante en el futuro.

Una muestra más de la debilidad en la previsión de la política fiscal se observa en el programa financiero para el año 2016, presentado por el viceministro de Hacienda y Finanzas, Pedro Lacoste; y el secretario de Finanzas, Luis Caputo. En el mismo se observan inconsistencias que no fueron aclaradas. Por ejemplo, los montos adeudados en concepto de servicios de la deuda se encontraban agregados en capital e intereses, neteados de aquellos vencimientos en manos del sector público, pero el monto no es consistente con la última información ofrecida por el mismo Ministerio, ni tampoco se ofreció ninguna desagregación adicional. Es de resaltar la pobrísima información suministrada por el Ministerio, sobre todo teniendo en cuenta que las metas fiscales y la reducción del déficit son pilares de esta administración. A la vez que este programa genera incertidumbres, el secretario Caputo destacó que el sector público nacional no colocará más deuda en los mercados internacionales hasta el 2018 y que se analiza un plan de repatriación de capitales, el cual no está contemplado en el programa financiero presentado, generando más dudas que certezas sobre las fuentes con las cuales el gobierno nacional financiará sus necesidades.

Los referentes económicos del Frente Renovador de Sergio Massa, alzaron su voz esta semana contra la política económica del gobierno nacional, pero también rechazando la Ley Antidespidos. En esa línea, el ex titular del Banco Central, Martín Redrado, lanzó una fuerte advertencia al afirmar que hoy «estamos en el peor de los mundos, sin consumo y sin inversión». “Vamos a tener una inflación en baja porque no se está consumiendo, baja la inflación por caída de la actividad» pronosticó el economista que si bien destacó el perfil del equipo económico de Mauricio Macri, aconsejó «políticas que aumenten el consumo y la inversión, no me juego a una sola variable, jugar sólo las fichas a la inversión hace que el proceso sea más lento y menos equitativo». En declaraciones que reprodujo el diario El Cronista, respecto de la inflación, Redrado señaló que para frenarla «necesitás todas las herramientas de la política económica» entre las que mencionó «una política de ingresos que apunte a un 25% que ha faltado estos meses». Luego, agregó que los datos económicos son variables, por ejemplo el «último dato de gasto público que tenemos es del 38%. Entonces una variable crece al 38, otra al 27, los salarios han tenido una etapa y van a tener una segunda. No podés tener variables como un electrocardiograma, todas distintas. Necesitás políticas bien coordinadas que apunten a un objetivo». En esa línea, criticó la falta de coordinación en las distintas variables y de «una estrategia convergente que señalice el horizonte para la economía argentina, que nos permita decir cuál va a ser la tasa el mes siguiente». Sin seguridad y previsión, «la inversión se hace cada vez más lejana», alertó. Acerca de la ley antidespidos, opinó que prefiere «dar incentivos para que se abra la producción, para que haya empleo, inversión y consumo tenés que bajar impuestos a aquella gente que quiere invertir y tomar nuevos trabajadores. Es una discusión a la defensiva, no discute generar empleo».

Muy crítico el economista José Luis Espert con la marcha de la política económica del Gobierno nacional, que hemos también cuestionado por la falta de un ministro y un plan único que coordinen medidas en lugar de la actual conducción dividida y enfrentada de Prat-Gay, Frigerio y Sturzenegger. Según Espert, el país “va a tener más déficit fiscal que el año pasado”, ya que si bien “hay ahorro de subsidios” eso “no alcanza a compensar bajas de impuestos como retenciones o el proyecto sobre baja del IVA para alimentos”. “Hay mucho más aumento de gastos que baja de gastos. Me parece que este año vamos a tener más déficit fiscal que el año pasado. Mi pronóstico es 7,1% el año pasado contra 7,6% que es mi número para este año”, calculó. En declaraciones a Radio Belgrano, sostuvo que el Gobierno “más que ajuste lo que hizo es una normalización”, pese al ahorro por la no renovación de contratados. “Las reformas que hay que hacer para evitar costos sociales híper gigantescos hay que hacerlo con apoyo internacional, clase política y sindicatos o no se puede hacer”, advirtió. Espert subrayó que el lugar donde quedó Argentina requiere “de dos o tres períodos de Gobierno y ayuda internacional” o la alternativa sería “hacer alguito esperar que arranque y hacer otro alguito y esperar que arranque”. “Cuidado que al preguntarnos tanto los costos de hacer lo que yo digo nos olvidamos los costos de hacer lo que estamos haciendo desde hace décadas que nos convirtió en un país pobre. Hace 30 años que la pobreza es 30% promedio”, recordó. Por último, dejó sus reparos acerca de la reactivación económica: “Según el propio BCRA todavía no hay indicadores que la economía seguro, seguro se reactiva”.

Todos coinciden, después de visitar al Papa Francisco, con haber escuchado de su boca el mismo diagnóstico y preocupación sobre algunas medidas del gobierno de Mauricio Macri. Concuerdan que la principal es la falta de contemplación a la cuestión social, “la priorización de los números sobre lo humano” y en especial el casi nulo tacto político de sus funcionarios, que en su mayoría responden a distintos grupo económicos, a los que no les importa el costo social de sus medidas ni el crecimiento de la pobreza. Desde los brutales aumentos de tarifas y el crecimiento del desempleo, pasando por el protocolo antipiquetes, hasta la derogación de la Ley Cerrojo, culminando con la filosofía “new age” y la meditación al estilo de El Arte de Vivir de Sri Sri Ravi Shankar que pregona Mauricio Macri son algunos de los factores que hacen que Francisco no confíe en los destinos que el presidente tiene pensados para el país, en especial su mirada gerencial de la cosa pública. Francisco, hombre político si los hay, está decidido a enfrentar al presidente, sobre todo por su preocupación por el modelo económico del Gobierno y su falta de sensibilidad social para hacer frente a los crecientes problemas que afrontan las clases con menos posibilidades. En este contexto, el Papa ya demostró su voluntad de unir a los movimientos sociales, tanto kirchneristas como antikirchneristas. Sería el segundo capítulo de la reunificación de las cinco centrales obreras –hecho que no ocurría desde 1992-, una maniobra que fue seguida muy de cerca e impulsada desde el Vaticano. Francisco puso a trabajar en ese sentido al presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Eduardo Lozano, que en las próximas semanas reunirá en la Capital a representantes de los movimientos sociales de todo el país. Para fines de mayo, luego de la Conferencia Episcopal que encabezará en Mar del Plata, Lozano prepara un acto de los movimientos sociales en Santa Fe. La consigna es la misma que la de la reunificación de las CGT: resistir el avance del modelo de Macri ante las clases más vulnerables.

La indiferencia del Sumo Pontífice para con el nuevo gobierno desencadenó esta semana una novela que comenzó con “una sinuosa carta” del jefe de gabinete, Marcos Peña, en la que delimitaba la labor de Francisco a temas ajenos a la política partidaria y tuvo su punto cúlmine con las idas y vueltas de la dirigente social preferida del PRO, Margarita Barrientos. La dueña del comedor Los Piletones dijo que el Papa “no la quiso recibir” y como el suceso supuestamente ocurrió en 2013, debió salir a aclarar que “le pidieron que hiciera “pucherito” con el tema. En el medio de esta pelea, en el PRO hay varias voces que piden que el tema llegue al Congreso. En medio de la tensión con el Papa Francisco, en un sector del Gobierno le sugieren a Mauricio Macri que abra el debate sobre la despenalización del aborto, lo que podría significar una ruptura total de relaciones con el Vaticano, que ya dividió al cristikirchnerismo durante años puesto que diputadas como Diana Conti y Juliana Di Tullio querían avanzar con la despenalización pero se encontraron la negativa de Cristina Kirchner, devota del Papa en sus últimos dos años de mandato. El PRO no elaboró aún ningún proyecto y tampoco se había expresado ningún funcionario de primera línea al respecto, hasta hoy: la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal aseguró hoy en diálogo con Radio Mitre que “se debiera decidir con libertad de conciencia sobre el aborto».

«Ninguna mujer va contenta a hacerse un aborto. Es traumático y no hay que criminalizarlas. Incluso pensando que hay que despenalizar el aborto, ninguna mujer va contenta a hacerse uno», aseguró Vidal. Hace menos de diez meses, durante la campaña, había dicho que estaba en contra de la despenalización del aborto, sin medias tintas. Pero la postura de Macri se refleja en la última declaración pública que hizo Macri sobre el aborto fue, justamente, tras “un cruce entre el PRO y el Papa” Francisco. En la semana previa al ballotage de noviembre, el asesor Jaime Durán Barba, además de asegurar que el Papa no sumaba ni diez votos, dijo que «quien quiera abortar que aborte”. Macri “debió salir a despegarse” de esas declaraciones, a horas de la votación: «Siento un profundo respeto y admiración por el Papa Francisco y en lo personal, estoy a favor de la vida», aclaró el presidente. Sin embargo, durante su segundo mandato en la Ciudad, dejó libertad de acción a su bloque para que avanzara en la Legislatura porteña con un proyecto de ley para reglamentar un protocolo de la Corte Suprema sobre aborto no punible. En 2012, el Máximo Tribunal exhortó a las provincias a que reglamentaran el protocolo para que las mujeres víctimas de una violación pudieran abortar en los hospitales públicos de la Ciudad. El actual ministro de Salud y por entonces ministro porteño Jorge Lemus se mostraba en contra de instrumentar el protocolo por la vía de una y había hecho pública su intención de que el protocolo saliera por la ley de la Legislatura.

Macri le había hecho caso en un principio y había enviado el tema al parlamento porteño. La actual vicepresidenta primera de la Legislatura, Carmen Polledo -amiga íntima de Macri-, impulsó un proyecto para reglamentar el protocolo. Pero Macri se topó con las propias internas del PRO con respecto al aborto y, acorralado por las presiones clericales, en especial del entonces arzobispo Jorge Bergoglio, resolvió la cuestión por la vía ejecutiva. Quien debió poner la firma fue el propio Lemus, que renunció dos días después de que la firma apareciera publicada en el Boletín Oficial porque no pudo soportar la presión de los médicos municipales. ¿Macri se animará a abrir dos frentes juntos? ¿Se peleará con Francisco -por pedido de Lilita Carrió (que de chupacirios pasó a antipapa)- y seguirá usando la plata del ANSeS como lo hacía el cristinismo más duro?

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