Por Luis Américo Illuminati.-
Al kirchnerismo le llegó la hora de su final, igual que en el 476 al Imperio Romano de Occidente. En estos dos años y medio se ha deshilachado de una manera vergonzosa que los ha dejado igual que cuando vinieron al mundo o como Adán y Eva luego de ser expulsados del Edén o paraíso terrenal. La declaración -al margen de la ley- de los 509 intendentes sátrapas -Los Quinientos Tiranos- es un osado y desesperado intento de revertir una situación irreversible: el alegato del fiscal Diego Luciani ha demostrado que se acabó la impunidad para Cristina Fernández, ya que la verdad tarde o temprano triunfa sobre la mentira que hace veinte años gobierna la Argentina. Su poder de discordia, división y grieta no va más. Nunca más. Por el bien de la república y preservación de sus instituciones, la mayor ladrona de todos los tiempos tiene que ir presa. No hay marcha atrás. Sus seguidores podrán salir a la calle y apedrear el palacio de tribunales, que las piedras como bumerang se volverán contra los mismos revoltosos que las arrojen.
Conclusión
Por el bien de la república. Cómo dijo el fiscal Diego Luciani: “Señores jueces, este es el momento. Es corrupción o justicia. Y ustedes tienen la decisión”. Si Cristina supuestamente es abogada que se banque como acusada el juicio y condena que le impongan. Si se resiste y agravia al tribunal: 1) Porque no es abogada, 2) Porque está más sucia que un gallinero, 3) Porque es culpable de acá no a la China sino a la luna o más allá.
23/08/2022 a las 9:44 AM
POR LA CIUDADANÍA QUÉ ESTÁ JEFA DE LA BANDA MAFIOSA MÁS GRANDE DEL MUNDO NOS ROBÓ LA DIGNIDAD LAS JUBILACIONES LA EDUCACIÓN SALUD Y SEGURIDAD. Perpetua para toda su vida
23/08/2022 a las 6:46 PM
Se puede engañar a la almohada, al espejo, a los hijos y a la conciencia; pero arriba hay uno que un día viene y te dice»Hasta aquí llegó». Esto es tan viejo como el planeta. Y no dudo que un día será «ese Día» para fumigar toda la porquería que gran parte del pueblo, vía el voto, supo poner en el Estado. El dolor y las lágrimas deberán un día resurgir del oprobio y dirán Basta!.