Por Malú Kikuchi.-

La información de esta última semana ha sido agobiante. Los videos presentados por Telenoche desde el martes 15 referidos a “La Rosadita”, nombre simbólico que no admite equivocaciones sobre el destinatario final de los millones contados, apilados y embolsados en el lugar, abruman.

Además de la certeza visual, personas abocadas a contar millones de US$ , fajos y fajos de billetes, con las máquinas apropiadas para tal fin, volver a poner las fajas, formar pilas con los fajos y luego meterlos en bolsos difíciles de levantar por el peso, con toda la operatoria a la vista, a esta se suman las preguntas.

Los videos, realmente impactantes, del 2012, ¿quién los tenía? ¿Dónde estaban? ¿El que los tenía, por qué esperó hasta ahora para hacerlos públicos? ¿Miedo al gobierno anterior o salvo conducto en caso de necesidad? El juez Casanello, lento para tomar decisiones, ¿no sabía de los videos hasta que se mostraron por TV? ¿Los entregó Stiuso?

Se supone que si Jorge Lanata o alguien de su equipo los hubiera tenido, los habría mostrado en el momento de empezar con la saga de “la ruta del dinero”. En principio se puede eliminar a Lanata y su gente de esta pegunta. Alguien debe conocer la fuente de esta información. Los videos no caen del cielo.

La pregunta sobre el origen de los videos y el por qué no se entregaron y se hicieron públicos antes, debe ser contestada. Es importante. Sobre todo si existió la posibilidad que los videos estuviesen en manos del poder judicial y se pensara en la posibilidad de que fuesen eliminados.

Más preguntas. Es visible que los videos fueron grabados con profesionalidad y por cámaras de regular tamaño, no por una camarita de las que se esconden en el ojal o en la lapicera. ¿Quién o quienes pusieron las cámaras, ya que hay tomas en distintas direcciones y hasta en el pasillo? ¿Quién ordenó grabar lo que sucedía en “La Rosadita”? ¿Y por qué?

¿Los protagonistas de los videos eran espiados por el destinario final del dinero? ¿Por temor a que alguno de los “contadores” se quedara con un vuelto? ¿Falta de confianza? ¿O fueron los “contadores” para probar a sus jefes la honestidad en el conteo? ¿O las cámaras las puso alguien más que quería probar algo o quedarse con la prueba de algo?

Los US$ que se contaban en “La Rosadita” (Juana Manso 555, 7° C, Puerto Madero) venían con la faja de un Banco o de una financiera. ¿Al juez no se lo ocurre indagar de dónde provenían esos US$ en tiempos del cepo, cuando estos escaseaban? Hay que averiguar el origen de esos US$. Y confiar en que Lázaro Báez va a contestar en la indagatoria de dónde salía el dinero, hacia dónde iba y quien era el destinatario final. Si es que Báez no ha salido ya del país.

¿Por qué Sebastián Casanello, juez de la causa, llama a indagatoria a Martín Báez, el contador Daniel Pérez Gradín y su hijo, Fabián Rossi y el escribano Martín Rosta, para el 15 de abril y a Lázaro Báez recién el 26 de abril? El juez ¿no tiene apuro y los llama un mes después de ver los videos? La sociedad sí tiene apuro. ¿Por qué espera el juez 30 horas entre el llamado a indagatoria de los “contadores” y la prohibición para salir del país? En esas horas pudieron viajar lejos. ¿El juez no lo pensó?

Otro personaje para la indagatoria es Walter Zanzot, director de la empresa de taxis aéreos de Lázaro Báez, que también estaba en “La Rosadita” y era, en principio, el que transportaba el dinero de los bolsos a Río Gallegos. ¿No piensa el juez indagarlo? ¿De dónde venían los US$ y hacia dónde iban? Preguntas de respuesta imprescindible.

Esta pregunta sólo puede responderla Cristina Fernández de Kirchner, y es probable que se niegue a hacerlo: antes de ayer los técnicos en computación averiguaron su contraseña de WI FI en Balcarce 50. Sorpresa generalizada, se descubrió que la misma era “$$presidencia”. ¿Fue un descuido imperdonable de Cristina? ¿Un acto fallido? ¿Ingenuidad o impunidad? De cualquier modo es brutalmente honesto, dentro de una brutal deshonestidad.

Sobre todo si se advierte que los $$ de la Rosada o los US$ de “La Rosadita”, o los euros que tienen denominación mayor a de los US$ (hay billetes de euros de 500 y son más chicos en tamaño que los de 100 US$) que se “pesaban”, ya que contarlos daba demasiado trabajo, todos ellos salían del pueblo argentino estafado una y otra vez en la obra pública con sobre precios y baja calidad, o simplemente no realizadas.

En Cabaret, maravilloso filme de Bob Fosse de1972, la mejor canción es “Money makes the world go around”*, “el dinero mueve al mundo”, lo que es cierto en parte, ya que también lo mueven la confianza, los ideales, y la esperanza. Es obvio que para el gobierno anterior el mundo se movía sobre todo con dinero. Se espera que a este gobierno lo muevan también otras cosas. ¡Ojalá!

* Cantada por Liza Minnelli y Joel Grey.

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