Por Mario Sandoval.-

Al dejar que la representatividad, las orientaciones políticas y jurídicas de los llamados Derechos Humanos en Argentina, continúen en manos de asociaciones y personajes nefastos, su gobierno no solamente abandonó la obligación de proteger y garantizar esos mismos derechos a todos los ciudadanos por igual, sino que dejó (por acción u omisión) que militantes sin escrúpulos (incluidos magistrados) violen los derechos humanos a un sector particular de sociedad, de manera organizada, sistemática y permanente.

Artículo completo en: Presidente Macri

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