Por Máximo Luppino.-

La unidad es sagrada, lucida y encarna el bien supremo. La separatividad es ignorante, torpe y encarna el caos anárquico que conduce al mal.

Los seres humanos cobramos dimensión profunda en el servicio al semejante. En la vida de ayuda al prójimo nuestra existencia se ennoblece.

Ya lo menciona nuestro Papa Francisco: El verdadero poder es el servicio”. Así es que ofreciendo solidaridad y conocimiento se aplica aquello de: “Dando es como recibimos”. El pueblo es sabio en su sentir más auténtico, simple y grande. La verdad es fácilmente intuida por un corazón generoso. Es este sentimiento sublime el que conduce a los más humildes a abrazar la causa peronista. Así quedó demostrado el pasado 17 de agosto cuando la histórica CGT y la CTA, junto a organizaciones sociales, marcharon en armoniosa unidad con la consigna: “primero la patria”, declarando su apoyo al gobierno del Frente de Todos que preside Alberto Fernández al cual le pidieron más firmeza y energía para detener a los apátridas que en aras de obtener ganancias exorbitantes plagan de hambre a las familias que residen en nuestra Nación.

Nadie está en contra de las legítimas ganancias de productores y comerciantes. Sí se cuestiona la avaricia descomunal y criminal que somete a la gente con tal de ganar lo que jamás podrán gastar. La marcha de la central obrera fue multitudinaria. Ofició como una voz que habla con responsabilidad y calma, sin insultos, sin “guillotinas” amenazantes, ni bolsas mortuorias para los eventuales contrincantes. En verdad, CGT y CTA, dieron una lección de civismo y respeto que los que se llaman “republicanos o libertarios” no exhiben. El justicialismo con su conducta de amor y justicia social honra su premisa humanista y cristiana demostrando una vez más que se encuentra pronto a continuar evolucionando para servir a la patria y al pueblo.

Llama la atención los reiterados pedidos de la oposición al ministro Sergio Massa para que no sea candidato a presidente en el 2023. En primer término, el “pedido” con tono de exigencia lo realizó un diputado opositor. Más recientemente, Carlos Achetoni de la Federación Agraria pidió a Massa lo que podríamos calificar como una solicitud de auto proscripción presidencial a ser pre candidato. ¿Por qué tanto miedo a Sergio Massa? ¿Acaso ven aciertos y eficacia en las medidas del dinámico ministro? ¿Cómo “obligar” con palabras que el destino no cumpla sus designios? Es como pedirle al océano que no sean saladas sus aguas, y que renuncie a generar hermosas olas de belleza en sus doradas playas. En fin, infantiles deseos de una oposición que no tiene propuestas políticas de peso para nuestra sociedad. El miedo a Massa envalentona a un peronismo que respira poder hasta cuando se encuentra distraído o en somnolencia. El Frente de Todos posee muchos candidatos a ocupar la primera magistratura de la Nación. Claro que entre ellos se encuentra Sergio Massa. No hay que apurar al tiempo que siempre posee su armónico contante andar.

¡La oposición parece querer “comer la torta” antes de hornearla!

El pánico político a un nuevo triunfo peronista los atormenta y les genera un miedo que los paraliza. Es en este contexto que los más torpes le desean un fracaso a Sergio, sin importarles la patria y menos la gente. Será lo que tenga que ser. Mientras cada uno colocará sus fuerzas al servicio del bien común o elegirá el lado oscuro de la vida.

El Peronismo mira hacia adentro con introspección y vocación de servicio superadora. En cambio, libertarios y el Pro admiran lo extranjero con un criterio servil e imitan conductas foráneas, siguiéndolas cual un opaco satélite sin autodeterminación propia. En síntesis, parecerían tener disposición de colonia sumisa. El Movimiento de Perón y Evita desea brillar como el sol de nuestra bandera. Ser protagonista importante en el concierto de naciones. “Más que nadie, menos que ninguno”. Siempre de pie con nuestras verdades. Jamás de rodillas ante nadie.

La CGT y CTA prometen volver a las calles con más organización y fuerza si los enemigos del pueblo continúan boicoteando al soberano.

La comunidad organizada es el antídoto para el egoísmo crónico del capitalismo salvaje que debe mutar a un capitalismo comunal, solidario e integrador con todos adentro del sistema que será de superación y progreso.

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