Por Malú Kikuchi.-

¿Qué les pasó? Hace apenas un año, el 22/10/2017, las elecciones legislativas las ganó Cambiemos. Ganaron en 13 provincias, empezando por la de Buenos Aires, bastión de CFK y en CABA ganó Lilita con el 51%.

Cambiemos sacó a nivel nacional el 41,76% de los votos; CFK el 21,8%; el PJ el 14,61%; Massa el 5,83%; la izquierda el 5,57%. ¿Cambiemos creyó que estaba “condenado al éxito?” Más la reunión de la OMC y la del G20.

La Argentina volvía a estar entre los países respetables del planeta. Era el momento preciso para planificar un 2018 donde, sin elecciones a la vista hasta el 2019, se podían concretar las imprescindibles reformas laborales, tributarias, educativas y económicas. Un año crucial.

Antes de finalizar el 2017 se mandó al congreso la reforma en los pagos jubilatorios. El congreso fue ferozmente agredido por los violentos de siempre. Los destrozos enormes, la presión sobre los legisladores tremenda. La victoria electoral primó y la reforma se hizo efectiva.

Y empezó el 2018. Ya se sabía que el Banco Central manejado por Federico Sturzenegger no podía salir de la encerrona de las Lebac y las altísimas tasas de interés en $$$. Se suponía que era un arma para bajar la inflación y evitar que la gente comprara US$. El dólar se atrasó.

La inflación empezó un sostenido ascenso en los precios. Las tarifas subieron (era necesario, pero doloroso), los sueldos no le ganaban a la inflación. En abril sucedió la 1ª corrida cambiaria. Duro golpe para el gobierno. La Argentina seguía gastando más de lo que producía y los mercados externos dejaron de prestarle plata.

Se recurrió al FMI. Los países del 1º mundo apoyaron el préstamo. Se fue Sturzenegger del Banco Central, lo remplazó Luis Caputo. Hoy el presidente del Central es Guido Sandleris, hombre de Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda y Economía. En medio año, 3 presidentes del Central.

El ejecutivo decidió “achicarse”. Convirtió la mayoría de los ministerios en secretarías. Con las mismas personas al frente. Gatopardismo* puro. El 25/6, huelga general. La justicia acusó a varios gremialistas. Ante la posibilidad de juicios y cárcel, los acusados, los K y la izquierda, le hacen la vida imposible al gobierno y a la gente.

En agosto, otra corrida cambiaria. El 1º préstamo del FMI no alcanzaba. Se pide más plata. El FNI lo estudia. La Argentina tiene fama, bien ganada, de ser un defaulteador serial, pero lo otorgó. La devaluación es mayor al 100%. La inflación es la 2ª más alta del mundo y los pobres un 28%.

El 25/9, otra huelga general. El gobierno que debía bajar impuestos, inventa uno nuevo. La presión tributaria es la 2ª más alta del mundo. El US$ se aquieta, la inflación sigue. Las tasas del Central pasan el 70%!!!

Ningún país puede sostener tasas de interés del 70%. ¿Por cuánto tiempo se puede pagar este disparate? Negocio para financistas y capitales golondrina. Con las leyes laborales y los impuestos altísimos de Argentina, nadie en su sano juicio, va a invertir en serio, en un país que no lo es.

Hace apenas un año, el 22/10/2017, la Argentina se encaminaba hacia un futuro largamente esperado, que creía merecer. ¿Qué les pasó a los gobernantes para revertir de manera tan drástica, ese futuro prometedor y convertirlo en el angustioso desasosiego de hoy?

El 27/10/2019 se volverá a votar, esta vez presidenciales. El año pasado Macri era presidente electo sin dudas. Con el correr de los meses, se empezó a jugar con la posibilidad de un balotaje, entre Macri y CFK. Hoy algunos encuestadores los dan parejos y dos creen que CFK le gana a Macri. La sola idea, estremece. CFK es el abismo del que aún no se ha salido.

Séneca* decía que: “no hay viento favorable para el que no sabe a dónde va”. Cambiemos debe tener un programa serio. Debe comunicárselo a la gente. El país no puede estar en manos de los gremios. Los impuestos deben bajar, las leyes laborales deben flexibilizarse, la reforma educativa no debe pasar por las políticas de género, el país debe ser seguro y dar facilidades para inversiones que den trabajo en blanco.

Cambiemos prometió cambios que aún se esperan. No pueden jugar el destino de la nación a una sola carta, o Macri o el horror de volver a CFK. Cris volvería más vengativa, más resentida, más atrasada con respecto a la historia.

Cambiemos desperdició la confianza del electorado en un año. Le queda otro año para recuperarla. ¿Podrá?

* El Gatopardo: libro de Giuseppe Tomasi de Lampedusa (1958) cuyo lema es “el cambio para que nada cambie”.

* Séneca: Lucius Séneca, filósofo hispano romano, 4a C/ 65d C.

Share