Por Luis Américo Illuminati.-

Argentina y Barataria son la misma cosa. Si Cervantes escribió sobre ella para retratar el perverso juego del poder, Sancho Panza resulta un genio y un honrado gobernante si no le hubieran gastado una broma. Cervantes describe una isla o un país en broma. Una feroz tomada de pelo. Una cosa parecida pasa en la Argentina, con medidas delirantes, con programas y un relato que son una broma pesada, muy pesada, diríamos, macabra. La Barataria literaria tiene un final que es una moraleja o una lección para la ambición de Sancho Panza y la ilusión de Don Quijote. Pero para la Barataria que es la Argentina hay otros capítulos que Cervantes jamás hubiera imaginado. Ya no tenemos país. Somos un barco que ha naufragado como el Titanic donde algunos llegarán a los botes y otros no lo conseguirán. La última esperanza, la justicia, dictó una sentencia que ratifica la infamia más grande de los últimos tiempos, tiempos de locura, discordia y feroz latrocinio en la Argentina. Un Sobreseimiento que es una burla, un insulto, un agravio y una puñalada a la ciudadanía. Sin justicia honrada e independiente, no es posible la paz, la unión y la concordia. Y sin estos pilares ha fenecido la República y en su lugar ha quedado como en la novela de H.G. Wells: «La isla del Dr. Moreau», los hombres-bestias, la verduga y su aliado el títere sepulturero, una victoria a lo Pirro del kirchnerismo.

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