Por Guillermo Tiscornia.-

Tengo el agrado de dirigirme a Ud. en relación a la columna de opinión del doctor Julio María Sanguinetti, difundida en varios medios de comunicación (ej. Infobae, entre otros).Como bien afirma el prestigioso estadista, pensador, escritor, periodista, experto en arte pictórico y portador de una mas que sólida cultura general, la historia integra un cuadro de conocimientos que se nutre no tan solo de la memoria ( entendida ésta como una herramienta apta para reconstruir sucesos del pasado a través de la proyección del recuerdo), sino también del análisis retrospectivo del registro y de documentos del momento del pasado que se pretende evocar.

Sucede que la memoria se encuentra expuesta a un punto de fragilidad y es que el transcurso del tiempo hace que el esfuerzo nemónico pueda en algunos casos fallar; la memoria además es siempre subjetiva; desde el momento en que el historiador se coloca dentro de una perspectiva ya la plena objetividad tambalea; por lo demás existen lo que se hubo llamado a denominar como memorias colectivas donde todo un universo social se ubica -por lo general.- dentro de una misma perspectiva histórica; así, por ejemplo, el holocausto es un claro ejemplo de memoria colectiva; el racismo es otro ejemplo adicional; dicha corriente de pensamiento nació bajo una vertiente ideológica respaldada, a su vez, de un pseudo rigor teórico; pero a poco de andar se demostró acerca de su intrínseca perversidad.

Por lo demás, la historia de nutre de otras variables; asimismo la configuración de la historia de un país es la resultante de la configuración de su propia nacionalidad; a su vez, ésta está condicionada a otras variables: sus determinantes geográficas, la calidad de sus fronteras; su posición geopolítica; la calidad de las corrientes migratorias que conforman esa misma configuración de la nacionalidad del país; y como bien remata el doctor Sanguinetti existen corrientes historiográficas alimentadas desde ciertos sectores políticos que utilizan estratégicamente la reconstrucción del pasado al solo y único efecto de dar cauce a sus intereses partidarios circunstanciales; de tal modo esas mismas corrientes historiográficas no hacen otro cosa mas que tergiversar el pasado a efectos de adecuar el relato de los sucesos a efectos de dar cabida a sus intereses partidarios circunstanciales; tal lo que se evidenció cuando la ya ex Presidente de la Argentina -doctora Fernández de Kirchner- bastardeó gratuitamente la figura el Protector -José Gervasio Artigas-, primer expresión del fenómeno caudillista en momentos en que se verificaba el derrumbe de una administración española, inorgánica e incapaz de gobernarse por sí sola.

La abdicación del Rey Fernando VII aceleró la irrupción de ese mismo  fenómeno caudillista en estas tierras  y así emergió su primer figura -José Gervasio Artigas-; ello no obstante el Uruguay no nació precisamente bajo el culto artiguista, sino por el contrario de la acción posterior de quienes fueron sus lugartenientes o capitanes (por caso Fructuoso Rivera, Manuel Oribe, Juan Antonio Lavalleja, etc.). Nuevamente vaya  mi especial agradecimiento al doctor Sanguinetti por otro nuevo inestimable aporte a esencia misma de la labor historiográfica.

Saludo al señor Director muy atte.

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