Por Luis Alejandro Rizzi.-

Pienso que a veces es necesario hacer un alto y prestarles atención a personas, hechos que muchas veces pasan inadvertidos por el ritmo o la velocidad, generalmente sin sentido, que le hemos impuesto a nuestras vidas.

Nos quejamos de la liquidez cultural, por darle un nombre, que pareciera ser un valor de la modernidad, más moderna, permítaseme usar esta superfetación, pero poco hacemos en nuestra vida diaria para cambiar los usos y costumbres. En lenguaje Orteguiano podríamos decir que hemos asumido como algo normal el “abuso”.

Vi en “conversaciones” del diario La Nación, a Sara “Kiwi” Stewart Brown hablando con Pablo Sirven.

Fue un momento placentero porque, antes que nada, es bueno conocer a “gente linda”. Gente con la que nos damos cuenta de que “es como uno”, lo que quiero decir es que podemos decir que con esa gente se conforma el necesario “nosotros” social.

Kiwi es una persona que no necesita “títulos” ni exhibir antecedentes; su “curriculum” es ella hablando; tiene una galería de arte, pero reconoce que “no es una erudita en arte”. Cuando habla de “Lanata” lo llama estudioso de lo que lo apasiona, puede ser desde el arte hasta la física cuántica, pero tampoco lo distingue por lo que hizo hasta hoy, sino más bien por lo que hará, que le puede salir bien o mal, pero lo hace y lo seguirá haciendo.

Ella también es así y comparte ese estilo de vida.

En estas épocas y luego de doce años de “kirchnerismo”, que es lo mismo que hablar de vulgaridad, mediocridad y diría hasta un modo de proyectar en los demás las propias limitaciones, las propias frustraciones, los propios resentimientos y sobre todo ese extraño culto por la hipocresía. Tengo muy claro que con gente que es así, que incluso necesita invocar títulos de los que quizás carece, que es incapaz de pensar en el futuro y que hace culto de las diferencias, es casi imposible integrar un nosotros.

Los argentinos tenemos larga experiencia en cultivar las diferencias y diría que en nuestra historia la violencia absurda estuvo presente en todas las épocas, a veces de modo explicito, mediante persecuciones, pena de muerte, torturas y menosprecio de las garantías y derechos personales.

También soportamos la llamada “violencia silenciosa”, quizás más perversa que la anterior en la que se disfraza la arbitrariedad con el velo de un falso respeto a la institucionalidad. Traducidos en hechos son los tiempos que a veces aplican los jueces para demorar o acelerar decisiones lo que pone en duda la imparcialidad del Poder Judicial. Otro hecho es la sumisión de las mayorías parlamentarias que creen que su misión es la de complacer los antojos de un Poder ejecutivo fundamentalista. Otro hecho es el uso del estado en beneficio propio.

El “nosotros” no quiere decir que somos un conjunto de personas uniformes, absolutamente no. El “ nosotros” somos personas distintas, con otras ideas y formas de pensar, a veces extremadamente diferentes y eso es lo que posibilita que conformemos una unidad nosística, quiere decir que tenemos un idioma común, ya que nos identifican nuestros proyectos, como ser mejores en la vida y saber que las personas somos un conglomerado de “miserias y virtudes”.

El kirchnerismo fue y es la expresión de una pseudo perfección, ellos son todos virtuosos desde “ella” hasta Milagro Salas, pasando por Aníbal Fernández, Julio de Vido, Daniel Scioli y todos los mercenarios espirituales, lista bastante larga, cuyo único fin fue y es cultivar el agravio, la malicia, el insulto y sobre todo la hipocresía. No conocen otra forma de ser. Esa es su “incultura” que exhiben como virtuosa.

Ver y conocer a “Kiwi” fue un hecho simbólico, fue como una buena medicina o una excelente sesión de terapia, que me hizo ver que no estoy tan equivocado y que debemos hacer culto de la “ingenuidad” y de la “buena fe” y elaborar un “curriculum” de lo que pensamos hacer, lo que hicimos, fue…

Les recomiendo a nuestros lectores asomarse a esa ventana que, con sencillez, lenguaje llano y expresiva sinceridad, nos ayudará, sin duda, a afirmarnos en nuestras convicciones y que el culto de las virtudes es la virtud de las virtudes. Perdón, por esta otra superfetación…

Share