Por Máximo Luppino.-

Los tiempos electorales se mueven cual un torbellino de pasiones y parecen acorralar al Frente de Todos en su búsqueda de una fórmula competitiva. Cambiemos muestra claridad en su territorio y la tibia mesura de Rodríguez Larreta se enfrentará al teatralizado ímpetu desenfrenado de Patricia Bullrich.

Luego de que Cristina Fernández se apartara de una eventual candidatura y de que el “operativo clamor” quedara encerrado en el corral de la Cámpora, las incógnitas se hicieron presentes en el laboratorio del Frente de Todos.

En el hemisferio peronista, las dudas carcomen el ánimo de los seguidores del General. Todo parece apuntar a que la alternativa concreta se encuentra entre Daniel y Sergio. Scioli ya se mostró abiertamente decidido a competir para llegar a ser candidato de la república. Massa, cada vez que insinúa que no está pensando en presentarse, más certera siembra la idea de que está en carrera presidencial.

Daniel Scioli parece no temer a las encuestas del imperio informativo, que dan a Cambiemos como triunfador en las próximas elecciones generales 2023. Es que Daniel sabe de operaciones políticas y conoce la fuerza de la militancia justicialista, sumado a su espíritu de arrojo y fe siempre manifiesta. Se observa a sí mismo como triunfador de la próxima contienda electoral. Daniel siempre exhibe una diamantina confianza que hoy el peronismo necesita más que nunca.

Tanto Sergio Massa como Daniel Scioli son voces escuchadas con atención en Washington, cosa no menor para poder salir de forma exitosa de la ciénega financiera que nos dejara Mauricio Macri con el FMI. El diálogo constructivo sumado a una vocación de crecimiento productivo nacional, son cualidades indispensables para la próxima etapa gubernamental.

Scioli y Massa poseen más similitudes políticas y personales que las que ellos mismos están dispuestos a reconocer. Massa se convirtió, sin pretenderlo, en un solvente mediador entre la escabrosa relación del presidente de la Nación con la vicepresidenta y mentora, actividad para nada envidiable. Lo ideal para el peronismo sería que ambos dirigentes estén presentes en la lista electoral. Inclusive, que Cristina encabezara la lista de senadores nacionales por la provincia de Buenos Aires sería sumamente ventajoso, electoralmente hablando. Claro que los mejores deseos de los militantes suelen toparse con el paredón de las realidades personales y políticas de los eventuales candidatos. Del “dicho al hecho, suele haber un largo trecho”, pero el que no sueña, ni proyecta imágenes creativas, nada obtiene en este universo de infinitas posibilidades.

Lo cierto es que tanto Sergio como Daniel poseen un singular afecto por los desafíos que la vida les ofrece. Lejos de amedrentarse, los problemas potencian su férreo ánimo de lucha y triunfo.

Bien sabemos que tanto a Scioli como a Massa, las figuras de Larreta y Bullrich, no eclipsan en modo alguno la luminosa trayectoria de estos potenciales candidatos a instalarse en la Casa Rosada en la primera magistratura.

Las elecciones 2023 son por demás importantes, ya que se pone en juego el modelo de país. Continuar creciendo en forma soberana con adecuada relación comercial con todas las naciones, pero manteniendo nuestra autodeterminación… O ser un triste satélite de los poderosos sin voz ni voto en las grandes decisiones del planeta.

Argentina tiene mucho que ofrecer al crecimiento del planeta. En esa senda de solidaridad universal nos encontramos.

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