Por Manuel Lichtenstein.-

Los medios informativos en todas sus instancias, hablan cada vez más de que la tercera guerra mundial está en plena ebullición.

Sólo que, a diferencia de otras duras y desastrosas contiendas que sacudieron al mundo en el pasado, esta guerra tiene un punto de partida indefinido, de manera que para los que creemos que estamos en plena guerra de trámites sórdidos y no convenciones, no dejamos de advertir a los que manejan los destinos de la humanidad terrestre, que no repitan las distracciones previas al estallido de la Segunda Gran Guerra Mundial de 1939/1945.

Ésta es una guerra en que las religiones tienen mucho de influencia por no decir que la tienen toda, ya que si observamos el panorama que nos ofrece la realidad de hoy, el Islam sigue al pie de la letra con su pretenciosa ambición de dominar y sojuzgar al infiel planeta tierra, asignatura que llevan en sus alforjas desde hace ya más de 800 años.

Dicho en otros términos, el Corán no acepta de hecho compartir con el resto de las religiones monoteístas, en armonía y prudente tolerancia, asignatura principal en las intenciones socio políticas de Francisco que son en sí misma un compendio de propuestas procurando detener la expansión de los efectos de la mencionada Tercera Guerra Mundial.

El Papa acaba de mantener una reunión memorable con el Patriarca Ruso  Kirill, reunión que Francisco no la hizo para quedar bien con él, sino que para que las intenciones políticas que el Santo Padre calienta in pectore, es indispensable que las tres religiones monoteístas tiremos juntos del mismo carro.

Todas las guerras consumadas en estos últimos tres siglos, no fueron esencialmente motivadas por razones religiosas o étnicas, mas hoy habida cuenta que para el Islam en esta sórdida Tercera Guerra Mundial, su caldo de cultivo es absolutamente religioso, por lo tanto la figura de Francisco se agiganta al punto tal que, crease o no, El, de pronto se constituye es un personaje decisivo para la unificación de valores religiosos tan sólidos que por su influencia, apagarían el incendio que, si no se actúa a tiempo, quemaría al Planeta Tierra.

Por otra parte, esencialmente el Mundo Occidental ya no puede distraerse más y está obligado a tomar bien serio que las crecientes  actitudes anti semitas o anti judías o anti israelíes o anti sionistas, lo acepten o no, hoy el Estado de Israel es imprescindible en su posición de primera barrera de contención contra los ataques que hoy son una realdad innegable, contra el judaísmo y el cristianismo.

Hoy, y curiosamente de eso no se habla, el cristianismo es muy agredido en regiones de Asia y África y es obligación de los países cuya cultura es originalmente judeo-cristiana, de cualquier manera y valiéndose de todos los recursos militares y tecnológicos, de destruir a todos aquellos que agreden, asesinan y persiguen a comunidades que solo pretenden seguir siendo lo que son, antes de que sea demasiado tarde.

Recordemos que el mundo en su evolución, la asignatura de la preservación de los Derechos Humanos, son una prioridad que soslayarla hasta puede ser una actitud criminal.

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