Por Mario Meneghini.-

En un editorial del diario La Nación (23-4), se critica una moción de la abogada Ana Rosenfeld, consistente en volver a tipificar el adulterio como causal de divorcio. El actual Código Civil y Comercial eliminó las causales de divorcio al permitir la ruptura matrimonial por decisión de uno de los esposos, al cual no es posible oponerse.

En lo que respecta al deber de fidelidad, se lo considera un deber moral, no un ilícito civil. “La propuesta de la abogada importa contradecir la filosofía que, bien o mal, impregnó toda la reforma del derecho de familia en cuanto al divorcio se refiere, eliminando la noción de culpa, condenada desde la psicología, habilitando a cualquiera de los esposos a iniciar el trámite de divorcio, fuera cual fuera su conducta matrimonial, y descartando que la otra parte pueda oponerse.”

Curiosa manera de promover los derechos humanos. Con el mismo razonamiento lógico, el marido podría asesinar a su mujer; puesto que la noción de culpa ha sido condenada por la psicología; no debería acusarse de violencia de género al hombre que satisface su deseo de asesinar.

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