Por Alicia Panero | Periodismo y Punto.-

El amor del ex Secretario de Seguridad -y actual Senador Provincial- Sergio Berni por Néstor y Cristina nació en 1989, cuando se escapaba del cuartel militar de Rospentek a escuchar los discursos de la entonces Diputada Cristina Fernández. Desde entonces nunca se separó de la ex familia presidencial. Romances, trompadas y crecimiento abismal. La vida del multifacético médico militar que quedó inmortalizado por sus imágenes en la puerta del departamento del ex fiscal Nisman, en Puerto Madero.

Apodado “el loco” por sus costumbres de creerse “Rambo”, son muchas las anécdotas que hacen de él un personaje, aunque un reconocido destructor de pruebas en escenas del crimen. Fue uno de los primeros en llegar a pisotear sangre al departamento de ex fiscal Alberto Nisman.

Pero su vida en la Patagonia un día cambió para siempre. Y fue cuando conoció a Alicia Kirchner. Rospentek es un lugar inhóspito, a 28 kilómetros de Río Turbio, donde Berni tuvo su primer dolor de cabeza cuando fue acusado en 1994 de hacer espionaje ilegal a los trabajadores de la mina durante una protesta.

Un ex vicegobernador de Santa Cruz, ante la consulta por los orígenes del ex viceministro de Seguridad, cuenta: “Berni era carapintada en Semana Santa, allá en Santa Cruz era un caso porque se la pasaba en invierno esquiando, se iba a Aspen en Colorado EEUU, Teniente Primero del Ejército, ya era un corrupto, tenía cinco sueldos, era médico legista, forense, director del hospital, a él lo bancaba Alicia Kirchner con quien tenía un romance».

Un ex militar destinado en Rospentek junto a Sergio Berni, sostiene que esa relación existió, no sabe precisar hasta que nivel de intimidad, pero él la llevo una vez a una reunión social del regimiento como su acompañante. Son cosas de un pasado muy lejano, pero que le dejaron de saldo al ex viceministro un complejo de cabañas en la localidad de 28 de Noviembre, Santa Cruz, dónde se hospedaban todas las autoridades que viajaban a la zona. Él dice haberlas construido con sus propias manos. Y en su declaración jurada no aparecen estas cabañas sino unas en el Chaltén.

En el 2003, cuando Berni desembarcó junto a Alicia Kirchner en el Ministerio de Desarrollo Social -donde estuvo hasta el 2011-, ya traía en sus valijas más de una década de relación con los Kirchner y una posición económica inigualable.

Berni llegó en 2012 al Ministerio de Seguridad por orden de Cristina para ponerle un freno a Nilda Garré. Era entonces médico cirujano, Teniente Coronel del Ejército, especialista en táctica y estrategia, paracaidista, buzo táctico, alpinista y su frase más escuchada era: “soy consciente de que me estoy inmolando, pero yo voy donde me diga la Presidenta”.

Durante algún tiempo anduvo acompañado por un perro ovejero alemán que lo llevaba a los despachos que visitaba, dónde practicaba la costumbre de sentarse y poner los pies sobre la mesa, como en la oficina de Gustavo Vera, titular de la ONG La Alameda, para arreglar negocios o «ver dónde hacer operativos».

Una vez en una reunión con el Comisario Inspector Adril, en la Villa 31 Bis de Retiro, Berni puso los pies sobre su mesa, y cuenta un testigo de esa reunión que Adril le pego una trompada. Se le acabó la costumbre.

Nilda Garré nunca le tuvo confianza, siempre temió que le armara una cama o una operación en su contra, ya que desde su arribo al Ministerio quedó frizada.

El testigo que se comunicó con este portal relata que Berni hacia arreglos con Roncaglia, las comisarías, perteneció a uno o más servicios de inteligencia, es hombre peligroso.

Una vez, el testigo estaba reunido con la fiscal Cristina Caamaño, y en el alta voz del teléfono se escuchó la voz del comando de Sergio Berni. Caamaño debía ir a hacer una visita a unos jueces federales de Salta y Berni al impenetrable chaqueño a una misión. Y con la fiscal, por entonces a cargo de la oficina de escuchas, bajo la órbita de Gils Carbo, se produjo un diálogo desopilante.

Ella le preguntó al “loco Berni”: “¿Cómo vas a llegar al impenetrable?, a lo que él respondió “me voy a tirar en paracaídas”, » ¿Ah sí?», respondió la fiscal. Y continuó: “¿y cómo te vas a elevar, también en paracaídas?”, “ya veré la manera de salir, recordá que soy comando”.

Se cree que de la selva finalmente salió caminando, tenía experiencia en supervivencia, eso es verdad, había vivido seis meses en una carpa en una isla de Tigre.

Al militar lo retiraron del ejercito recién a comienzo de 2016 con el cambio de gobierno, se dieron cuenta que aún estaba en actividad, cobrando su sueldo como militar en actividad y hacía años que no cumplía esa función ni pisaba un regimiento.

Rara ha sido la relación de los K con el ejército, por un lado el repudio manifiesto, traducido en Los Granaderos, a quienes no querían cerca, sus políticas de degradación de las fuerzas armadas, y por otro estos vínculos, con Berni, Bendini, Milani.

En funciones tenía diálogo directo con Cristina y gozaba de toda su confianza, Estuvo al frente de las inundaciones en Tartagal, en Salta, en el 2009; del temporal de granizo en Rosario, en el 2006; fue el negociador de la toma del Parque Indoamericano, en Lugano, en diciembre del 2010, y negoció cara a cara con Los Dragones, los sindicalistas de la construcción que tomaron el Cerro Dragón, en junio de 2012, siempre vestido para la ocasión, o disfrazado, era un showman en funciones. Apareció en Capital vestido para contaminaciones cuando hubo una “nube toxica” en la ciudad.

Siempre volvió a su primer amor (político) Alicia K, trabajó durante todo 2013 en la campaña de ella, para que sea candidata en la Provincia de Buenos Aires.

Siempre en la función pública, lo último que recuerdan los argentinos de Super Berni es su participación en la escena del crimen del ex fiscal Alberto Nisman, un hecho doloroso que nada tiene que ver con las anécdotas casi «hollywoodenses» de su vida.

Fue imputado por enriquecimiento ilícito pero como muchas otras causas de corrupción, sigue congelada.

Hoy es, gracias a sus años de función pública, como casi todos, un hombre rico, del que pocos se acuerdan, ni siquiera la justicia.

Share