Por Francisco Viotti y Zulema Arques.-

Hoy, después de pasadas las elecciones PASO en nuestro ex país, sólo nos queda la reflexión que todavía nos queda un 39% de votantes corruptos. No hay otra explicación, puesto que “Quien vota a corruptos, es igual de corrupto”. No nos engañemos más, esta es nuestra única realidad y parece ser que los argentinos no vamos a aprender nunca más de los errores que supimos conseguir.

Con sólo ver las actitudes mezquinas de los candidatos, al expresar que deben dialogar, acordar y unirse; dejan traslucir que sólo lo hacen de la boca para afuera, ya que sus íntimas convicciones de ser presidente con sus respectivas fuerzas políticas, parecen ser sus únicos objetivos y es evidente que prima más el ego personal de cada uno de ellos que la verdadera prioridad de “curar” a la argentina del cáncer en estado terminal que está acabando con ella.

Todo se parece a una situación de familiares de un enfermo de cáncer en estadío IV terminal, aguardan que una junta médica de oncólogos tomen las medidas correctas respecto al tratamiento a seguir para contrarrestar los efectos de esa terrible y maldita enfermedad; pero los médicos especialistas en lugar de reunirse en una junta médica a fin de aunar conceptos y elaborar un tratamiento conjunto contra este flagelo, sólo se abocan a limitar sus fórmulas personales, sin importarles si las de sus “colegas contrincantes” pueden co-ayudar a entablar la batalla contra la maldita enfermedad. Ninguno parece estar dispuesto a bajarse de su ego. En tanto, el maldito “Káncer” sigue avanzando destruyendo la mayor cantidad de células que encuentra a su paso.

En similitud con lo que está ocurriendo en lo que nos queda de País, no hay diferencia alguna y no la habrá hasta tanto todos los dirigentes políticos que tanto declaman su intención de luchar para que exista un “cambio de verdad” para erradicar el maldito Káncer KK que estamos padeciendo desde hace doce años, termine de ser una quimera y se vuelva realidad de una buena vez. Pero para que esto suceda, deben dejar de lado sus egolatrías personales y hacer lo posible y también lo imposible, para que de una buena vez la que gane sea la República o lo que nos queda de ella.

En verdad, lo único importante ahora, es detener o erradicar la metástasis K que está carcomiendo vorazmente a la Nación, en sus Instituciones, en la Inseguridad, la inflación galopante y en todas las formas de exterminio K que se han propuesto, para dejar al ex País en estado de “tierra arrasada”, de tal forma que sea prácticamente inviable la gobernabilidad futura.

Desafortunadamente, así estamos hoy y solamente nos queda la esperanza que la dignidad y la cordura de los políticos más representativos, prime por sobre las vanidades personales y las egolatrías más acérrimas.

De otra forma, el futuro se tornará más negro cada día, ya que el Káncer K tratará por todos los medios, de no retroceder un ápice en su afán de expandir la metástasis a su paso; en un avance voraz por destruir a Nuestra ex Nación, desde sus más íntimas células: Morales y materiales, tal como lo vienen haciendo desde hace doce años de maldito y perverso oscurantismo KK.

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