Por Enrique Piragini.-

Por sugerencia de mi querido padre, a muy temprana edad comencé a practicar yudo, llamándome la atención una técnica denominada sutemi waza, consistente en el sacrificio de la postura erguida para poder realizar algunos lances. Además de lo vistosas de esas figuras, su efectividad estaba garantizada, de aplicárselas correcta y oportunamente. Nunca olvidé esas enseñanzas de mi Maestro, el Sensei Tajuro Kumazawa, del cual aprendí que había que ser flexible como el mimbre que acumulando nieve en sus ramas cede para evitar quebrarse y quitarse el peso de aquella, no como el roble que aunque fuera más poderoso quebraba sus ramas ante esa carga. Aprendí que dos fuerzas encontradas hacen que venza la más fuerte, mientras que si uno lograba direccionarla evitaba el choque y la desplazaba sin que lastimara. Mi Maestro me enseñó que lo más importante, igual que en la vida, es saber caer, para luego incorporarse con todas las fuerzas.

Con el tiempo participe de cientos de torneos y competencias, nacionales e internacionales, y mi mayor logro, valorado hasta hoy, fue obtener mi cinturón negro de primer Dan. Luego vino el desencanto al ver como se mercantilizaba esa hermosa disciplina cuando se creara la Asociación de Yudo que cobraba suculentos aranceles para “certificar” los avances de quienes avanzaban en la práctica y querían obtener sus distintas categorías, representadas por cinturones de colores.

Hoy, avanzado sexagenario, con un bagaje de más de cuatro décadas de ejercicio profesional de la abogacía, trabajo insalubre en un país donde no impera la ley, viene al caso recalar en aquella disciplina marcial, y junto con mi otra profesión de buzo, con la cual aprendí a observar por debajo de la superficie, puedo evaluar la situación sociopolítica de mi querida Argentina, plagada de luchas intestinas ventiladas por la clase política que se desespera por lograr un posicionamiento que le permita dirigir los destinos del país.

Frente al fraude que carcome los cimientos de la herramienta por excelencia de la democracia, el voto, visto y considerando lo ocurrido en Santa Fe y recientemente en Tucumán, igual que aconteciera en el 2011, campea la estafa del sistema de recuento de sufragios, Indra por medio, la empresa encargada de trucar los resultados a pedido de quien le paga, por ello, sugiero a todos aquellos candidatos a la presidencia de la nación que no tengan reales posibilidades de obtener el triunfo, que por favor no atomicen la elección ni resten fuerzas al candidato opositor a este gobierno corrupto que pretende, una vez más, enquistarse y eternizarse en el poder, haciendo un verdadero Renunciamiento que dejando de lado sus apetencias personales, muchas insufladas por quienes los utilizan para garantizarse algún carguito menor, den ejemplo de Civilidad y Política, convocando a un Gran Acuerdo con todo el arco opositor en una convergencia programática para salvar la Patria. Tal vez ese gesto de grandeza sirva de ejemplo para los demás, en especial MASSA que provocará la hecatombe si persiste en mantener su candidatura.

Los resultados de las PASO arrojaron los siguientes resultados: SCIOLI 38,41%, MACRI 30,07%, MASSA 20,63%, STOLBIZER 3,51%, DEL CAÑO 3,31% y RODRIGUEZ SAA 2,11%, y esto habla por sí mismo, siendo imperativo tomar una decisión trascendental para impedir que continúe el sistema de saqueo.

Después de los experimentos fraudulentos, el kirchnerato está seguro que nada ni nadie podrá impedir que coloquen en la Casa Rosada a quien este gobierno corrupto quiera, evitando una segunda vuelta, y si la economía se desplomase antes del 25 de octubre haría “ganar” a cualquiera para que le explote esa bomba de tiempo, preparando tumultos, cortes de rutas y saqueos a lo largo y ancho del país, y luego retome el poder la viuda y toda su runfla.

Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio…

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