Por Claudio Chaves.-

Pacho O’Donnell se está quedando solo y busca desesperadamente “palenque ande rascarse”. Luego de haber usufructuado durante doce años espacios y emolumentos viene a descubrir por estos días (La Nación, 1/8/2016) lo que todo el mundo sospechaba: que el kirchnerismo malversó fondos de manera desaforada. Como un monje austero y severo se aparta, ahora, del pecado “horrorizado” de lo que avaló con su presencia física e intelectual. Sin arrepentimiento ni propósito de enmienda no sirve.

No sólo esto, sino que como buen kirchnerista que fue redobla la apuesta y procura explicarnos, además, lo que debe hacer el peronismo para salir del atolladero en el que el kirchnerismo lo ha metido.

Como los viejos gorilas de antaño que acusaban a Evita de trota calles, acusa a Isabelita de “alternadora de Panamá” y del grave error de Perón de haberla dejado como vicepresidente. Casualmente uno de los coloridos argumentos de la cúpula militar de 1976 y sus voceros, para desalojarla del poder. Sin analizar ni comprender, raro en una persona que presume de historiador, la crisis del modelo de sustitución de importaciones y el déficit fiscal que desencadenó el Rodrigazo, más la violencia asesina de las bandas terroristas que pasaron a la clandestinidad para atacar sin reparos a aquel gobierno que había prometido elecciones para diciembre del 76. Elecciones a las cuales la viuda de Perón no se presentaría como candidata. Subversivos que el gobierno kirchnerista ponderó y que el mismo Pacho O’Donnell reivindicó en distintos momentos de los últimos doce años. No entiende al Perón de la vuelta, del retorno, el que dijo “que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino” que venía amortizado y que era un león herbívoro.

Con su verborragia melosa pasa luego a dar su visión de la Renovación de los ’80, nacida, dice, para terminar con el lopezreguismo de Herminio Iglesias y del “Beto” Imbelloni. Otro error que evidencia su desconocimiento de la historia. No quedaba lopezreguismo en el PJ puesto que el ex Ministro de Bienestar Social había sido expulsado del poder por el movimiento obrero en 1975 luego de una gigantesca movilización sobre la Plaza de Mayo. Herminio e Imbelloni formaban parte de ese sindicalismo. La Renovación tuvo otra dirección que no me propongo desarrollar en este breve artículo.

Finalmente deja en claro para donde enfilan sus próximos pasos pues nos dice que “los procesos renovadores suelen darse por fuera de las estructuras institucionales…” Bueno… Atento Massa, el hombre de todas las épocas y todas las ideas se ha arrojado como un escualo sobre el Tigre. Quiera Dios que las aguas del Luján operen como las del Jordán.

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