Por Hernán Andrés Kruse.-

Alfonso Prat Gay y Federico Sturzenegger se asemejan por estos días a dos titanes que luchan por prevalecer sobre un ring. Sus diferentes visiones de la economía, uno liberal ortodoxo y el otro neokeynesiano, salieron nuevamente a flote en las últimas horas como consecuencia de una política económica que marcha a los tumbos. En efecto, el desempleo está muy cerca de superar los dos dígitos mientras que la actividad económica cayó un 4,3 por ciento y la industria y la construcción retrocedieron el 6,4 y el 19,2 por ciento, respectivamente. En un seminario organizado en Buenos Aires por la Universidad de Tel Aviv, el presidente del Banco Central afirmó que los precios están en el centro de la problemática económica actual, contradiciendo al ministro de Hacienda y Finanzas quien afirmó que la inflación había dejado de ser un tema, una preocupación para el gobierno nacional. En el seminario mencionado Sturzenegger afirmó que “la significativa desaceleración de la inflación que mostrará agosto no provee los elementos suficientes para que pueda concluirse que sea conveniente relajar la política monetaria que viene llevando adelante el Banco Central”. Planteó que “el primer motivo para seguir atentos es que una reducción de la inflación en un mes puntual no alcanza para que haya un proceso de desinflación persistente, puesto que para ello se necesita de varios meses. El segundo motivo es que las expectativas de inflación para el 2017, más allá de lo que pasó este mes, se ubican por encima de los objetivos de la autoridad monetaria. El tercer punto es que el camino a recorrer para alcanzar la meta del 5 por ciento se encuentra todavía muy lejano”. Se sinceró al reconocer que el principal objetivo del gobierno debe ser la domesticación de los precios, con lo cual se debe confiar ciegamente en las herramientas de la política monetaria. De esa forma el presidente del Central situó en un segundo lugar como objetivos prioritarios el crecimiento económico y el empleo. Dijo Sturzenegger: “lo relevante para combatir la inflación es construir un esquema donde oferta y demanda de dinero puedan equilibrarse. Una vez que se implementa de manera consistente un esquema institucional que equilibra el mercado monetario doméstico, se paralizan de golpe los motores que originan la inflación”. Agregó que “el Banco Central va a mantener la tasa real de interés positiva, con un sesgo antiinflacionario hasta que se alcance el objetivo final del 5 por ciento de inflación anual”.

Precisamente el hecho de que el presidente del Central priorice el mantenimiento de las tasas de interés elevadas y la cuestión de los precios antes que la actividad económica y la cuestión laboral, fue lo que provocó el malhumor del ministro Prat Gay. Para el titular del Palacio de Hacienda es fundamental que el Central acelere las bajas de las tasas de interés ya que considera que en una economía sin crecimiento carece de margen político para reducir el déficit fiscal y avanzar en cambios macroeconómicos que considera fundamentales para atraer a las inversiones foráneas. Prat Gay opina que recortar ahora el gasto público es inviable tanto social como políticamente puesto que no haría más que agravar la parálisis económica, lo que repercutiría negativamente sobre el empleo. El lunes pasado el ministro de Hacienda fue contundente: “la inflación hace dos meses era la única preocupación. Pero ahora ya no es un tema. Aun con la corrección de tarifas (anuladas por la Justicia), ya apuntaba a menos de 1 por ciento en agosto”. Fiel a su visión de la economía, trató de no darle tanta importancia a la tensión de los precios para concentrarse en el problema de las ventas en el mercado interno. “Hubo empresarios”, dijo el ministro, “que se pasaron de rosca con los aumentos y ahora venden menos. Creo que se debe hacer un acuerdo social, porque es la manera de evitar estas cosas”. Agregó que “está muy claro que la mano invisible del mercado no es el camino. El Estado debe intervenir, es algo que venimos discutiendo. Por caso, hay una idea hace rato, copiando un esquema que hay en Ecuador, que es la Ley de Góndolas, lo que empezará a darle lugar a productos de economías regionales y pymes para fomentar la competencia”. Pese a estas diferencias, Prat Gay y Sturzenegger tienen muchas coincidencias, por ejemplo en el hecho de ignorar que en este modelo económico la baja de la inflación es efecto directo de la recesión y la caída del empleo. En relación con el empleo el ministro de Hacienda puso en evidencia un cinismo sin igual: “muchos de los que han perdido el trabajo conocen que éste era el único camino”, dijo sin sonrojarse (fuente: Federico Kucher: “Prat Gay y Sturzenegger en el centro del ring”, Página 12, 31/8/016).

El IERIC (Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción) acaba de dar a conocer datos reveladores de la peor caída del empleo en nueve años. Durante junio los puestos de trabajo en la actividad de la construcción cayeron un 14,4 por ciento, la contracción más pronunciada desde 2007. Este derrumbe es consecuencia de varios factores: a) parálisis de la obra pública; b) desmantelamiento del plan de créditos para la construcción de viviendas Pro.Cre.Ar; c) freno a la exploración petrolera liderado por YPF; y d) baja de la inversión en sectores industriales. En relación con junio de 2015 se destruyeron en julio pasado en el área de la construcción 61.371 empleos formales. Estos números no hacen más que confirmar la existencia de un escenario laboral altamente inestable. De acuerdo al informe presentado por el IERIC la merma en la cantidad de puestos de trabajo en los municipios bonaerenses constituye el factor regional más importante para comprender lo que está pasando a nivel laboral en el área de la construcción. Durante junio se registraron 365.908 puestos de trabajo en la construcción, lo que implica una reducción mensual del 0,5 por ciento. El empleo sectorial no hizo más que continuar con la tendencia a la contracción registrada en 8 de los últimos 9 meses. Durante el primer semestre, señalan los autores del documento del IERIC, se produjo la ocupación promedio más baja de la serie histórica ubicándose un 10,2 por ciento debajo de los niveles de empleo que se dieron durante el mismo período del año anterior. El Grupo Construya reúne a los principales proveedores de insumos para la construcción. Según sus datos en julio se registró la mayor caída interanual de ventas de insumos de su historia, superando la fatal marca de diciembre de 2008. A diferencia de lo sucedido en otros episodios de pérdida del empleo, en esta oportunidad la contracción del empleo tiene su origen tanto en el sector privado como en el sector público. La Uocra precisó que 6 de cada 10 empleos en la construcción tienen su origen en el ámbito privado mientras que los otros 4 puestos se originan en el sector público. Los especialistas Fabio Bertranou y Luis Casanova revelaron que en la construcción se detecta una muy alta informalidad, sólo superada por la que se da en las casas particulares y el empleo rural. Según los economistas la situación de vulnerabilidad se agiganta entre quienes trabajan en pequeñas unidades productivas informales done la informalidad trepa al 90 por ciento (fuente: “La peor caída del empleo en nueve años”, Página 12, 31/8/016).

Nada ni nadie se salva en la Argentina de la desregulación, ni siquiera Aerolíneas Argentinas. Isela Costantini, titular de AA, está aplicando un duro plan de ajuste para hacer rentable a la empresa y que coincide, oh casualidad, con una feroz arremetida de empresas transnacionales que en pocos meses han ocupado todos los espacios vacíos dejados por AA. Según sus trabajadores la intención del gobierno nacional es que AA se concentre exclusivamente en los vuelos de cabotaje, lo que termina por beneficiar a empresas extranjeras, especialmente la chilena LAN. El gran titiritero de estas maniobras es Gustavo Lopetegui (ex CEO de LAN), quien tiene a su cargo la coordinación de Políticas Públicas de la Jefatura de Gabinete. En apenas ocho meses se aprobaron: a) acuerdos de código compartido; b) puntos de conexión de vuelos; c) instalación de firmas en puntos neurálgicos de la Argentina desde los que se ofrece conectividad obviando el aeropuerto internacional de Ezeiza. Hace unos días Costantini conminó, a través de una carta, a los pilotos de AA a que acepten volar y comandar la nueva flota de Airbus 330, so pena de eliminar de un plumazo los vuelos a Roma. Además, se requiere de los pilotos una mayor predisposición a un trabajo más flexible (mayor cantidad de vuelos con menos descanso, por ejemplo). Según fuentes de AA esto “permitirá hacer más rentable los vuelos a ese destino luego de que se haya logrado revertir las pérdidas en las rutas a Nueva York, Miami, Madrid y Barcelona”. La empresa, sin embargo, considera que “la migración a los A320 (más pequeños) va en dirección a incrementar los vuelos internacionales”. Pablo Biró, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), señaló que “Costantini está haciendo el gasto público, pero el que maneja la realidad de Aerolíneas y la suerte de sus competidoras es Lopetegui y sus ex compañeros de LAN (Daniel Maggi (Recursos Humanos) y Diego Sanguinetti (Planificación Estratégica)”. El retiro paulatino pero inexorable de AA del mercado internacional no hace más que beneficiar a empresas transnacionales decididas a inaugurar nuevos puntos de conexión y celebrar acuerdos de código compartido. La empresa rosarina SOL es un claro ejemplo. A raíz de su quiebra quedaron en la calle 300 personas dejando un espacio libre que fue ocupado por LAN que, de manera simultánea, ofreció vuelos a Rosario. También le dio la bienvenida a Avianca, una empresa colombiana (con sede en Brasil), que operará desde Córdoba y buscará darle empleo a parte de quienes trabajaron en SOL. El gobierno de Macri autorizó a la aerolínea panameña Copa Airlines instalarse en Rosario que, junto con Mendoza y Salta, son puntos de partida rumbo a Estados Unidos (y sin la necesidad de pasar por Ezeiza). Por su parte, LAN tiene decidido ofrecer conexiones internacionales vía Lima (Perú) con vuelos que parten de Salta, Córdoba, Mendoza y Rosario. Según Biró, “lo más nocivo son los acuerdos de código compartido que está haciendo LAN y ni siquiera implican mayor cantidad de fuentes de trabajo privadas en el país”. Y agregó: “por más que nos pidan seguir ajustando el cinturón, va a ser imposible competir con este tipo de acuerdos que le permiten a la empresa ganancias millonarias con cero inversión y cero gasto en infraestructura, combustible y personal” (fuente: Cristian Carrillo, “Discusiones sobre el plan de vuelo”, Página 12, 31/8/016).

Un notable desequilibrio se registra en el balance de activos y pasivos del Banco Central. Un documento elaborado por la propia autoridad monetaria revela que la proporción de pasivos de la entidad en relación con el patrimonio neto se multiplicó por dos entre comienzos de enero y el 15 de agosto. El marcado deterioro de las cuentas del Central se explica fundamentalmente por la decisión del Central de provocar el incremento de las deudas del organismo colocando masivamente Lebac. Otro factor es el endeudamiento con bancos foráneos y organismos internacionales. A comienzos de 2016 los pasivos del Central equivalían a 120 mil millones de dólares, cifra que se elevó a 136 mil millones en agosto. A comienzos de este año había unos 458 mil millones de pesos (33 mil millones de dólares) en el stock de las Lebac; esa deuda trepó a los 615 mil millones de pesos (41 mil millones de dólares). El vencimiento promedio de esos pasivos se redujo a la mitad: en enero el vencimiento era de 100 días mientras que en agosto se redujo a menos de 50 días. Alejandro Vanoli, último presidente del Central de la era kirchnerista, manifestó que “hay mucha irresponsabilidad en la nueva gestión de la política monetaria. Nosotros, pese a las insistencias de los consultores acerca de que el Banco Central estaba quebrado en 2015, fuimos muy prudentes en el manejo de la colocación de Lebac, de la tasa de interés y en los tiempos en que vencían los pasivos. Ahora no sólo hay más deuda sino que vence a cortísimo plazo”. Agregó que “los mismos funcionarios que hoy gestionan la entidad se la pasaron diciendo que teníamos un Central sin reservas y con mucha deuda, pero la realidad muestra otra cosa. Le dejamos un banco con 140 mil millones de pesos de ganancias el año pasado y en 2016, si es que llegan a tener utilidades, va a ser mucho menos”. En la primera semana de enero el patrimonio neto del Central ascendía a los 15,9 mil millones de dólares. En agosto, retrocedió a 8,2 mil millones de dólares, lo que implica una caída del 48,2 por ciento. Durante ese período, los activos del Central pasaron de 136 a 144 mil millones de dólares, incremento notoriamente inferior al de los pasivos durante el mismo período, que pasaron de 120 a 136 mil millones de dólares. En definitiva, los pasivos equivalían a comienzos de 2016 a 8 veces el patrimonio neto, mientras que en agosto equivalen a 16 veces dicho patrimonio (fuente: Federico Kucher, “El desbalance del Banco Central”, Página 12, 31/8/016).

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