Por Luis Américo Illuminati.-

«La renuncia de Guzmán fue un enorme acto de irresponsabilidad política, de desestabilización institucional y de inmensa ingratitud con el presidente», dijo la vicepresidenta con injerencia total sobre el Ejecutivo -de hecho, es la presidenta y no lo disimula en ninguna ocasión- en sus recientes declaraciones referidas a la renuncia del aborrecido -por ella más que nadie- ex ministro de economía Martín Guzmán, a quien se ha cansado de tirarle dardos y flechas envenenadas, ha tenido frente al público una hilarante actuación teatral, interpretando mejor que nadie a Caifás, el Sumo Sacerdote de los fariseos. Sólo le falta la barba.

Share