Por Oscar Edgardo García.-

Generalmente las personas hacen una revisión del contenido de sus placares y retiran de ellos la ropa sucia para lavarla y la que se encuentra en mal estado para arrojarla al basurero.

Victoria Villarruel tomó la inexplicable iniciativa de sacar del placard a Isabel Perón, personaje nefasto y siniestro para el país, con un pasado que resulta imposible de reivindicar y, como si fuera poco, decidió homenajaearla colocando su busto en el Senado de la Nación.

Llama poderosamente la atención que una persona inteligente, y muy conocedora de la historia del país, soslaye la pésima gestión presidencial de Isabel Perón, en la que imperó en las sombras el accionar de la Triple A, gestada por su jefe político José López Rega, y se produjo el denominado «Rodrigazo», un macro ajuste de las variables económicas que significó un serio deterioro de las condiciones de vida de la población, sumiendo al país en un profundo e inolvidable caos social, económico y político.

Isabel fue la primera mujer presidente de la Nación y la primera mujer en el mundo en ocupar la jefatura de Estado y gobierno de un país republicano con un sistema presidencial, pero cabe destacarse ineludiblemente que, debido a su debilidad, inoperancia y desorientación, gobernó bajo la fuerte y necesaria influencia de José López Rega, con un deterioro persistente de las libertades políticas y civiles.

Tales verdades nos inducen a plantear un interesante interrogante: ¿La conducta de la Vicepresidente de la Nación es porque persigue algún objetivo político o, quizás, es un reconocimiento subliminal de que el Congreso Nacional es un basurero?

Share