Por Enrique Venturino.-

La estrategia para la defensa nacional debe determinar los conflictos que se ciernen sobre el país a fin de establecer las políticas necesarias para enfrentarlos y elegir las mas factibles

Nuestra Patria mantiene un conflicto de soberanía e integridad territorial pendiente no resuelto; el narcotráfico se ha constituido en una amenaza de la seguridad nacional; la disputa por los hielos continentales con Chile; el control del espacio marítimo; el territorio argentino en la Antártida y el interés que pueda surgir desde el exterior por nuestros recursos naturales, cuyo control y explotación es el origen de las mayorías de las guerras actuales, debieran ser las amenazas que guíen el planeamiento estratégico.

Es necesario modificar el marco jurídico para ampliar el concepto de defensa nacional y seguridad nacional atendiendo a la naturaleza de las amenazas.

El gasto (inversión) militar se viene achicando desde hace muchos años, especialmente en los temas de despliegue, adiestramiento y capacidad operacional.

Las fuerzas armadas están reducidas, empobrecidas, desmoralizadas, sin equipamiento y sin proyección.

Somos pesimistas sobre el mejoramiento de esta lamentable y peligrosa situación, pero sabemos que el tema no da votos, principal objetivo de los partidos políticos.

Pero, cuidado, su desatención puede llegar a permitir la destrucción de la Patria.

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