Por José Luis Milia.-

“Los corruptos son grandes desmemoriados, han olvidado el amor con el que Dios ha creado su viña, y se han convertido en adoradores de sí mismos». Francisco, Papa, Santa Marta, 2/6/2013.

Era sabido en nuestras pampas en el siglo XIX que si en un malón sobraban los lenguaraces, éste terminaba mal. Algo así le está pasando a Francisco en su tierra. Es cierto que el hombre ha dado lugar a equívocos, y que muchos periodistas, políticos y “amigos” han ayudado repitiendo vaguedades y han hecho, jugando con las palabras papales, obras maestras del panfleterío ilustrado. No obstante, lo peor es que, fuera lo que fuese que esperase Francisco de sus acciones, ha montado, de manera imprudente, un malón donde casi no hay capitanejos, menos aún indios de lanza, pero en el que una miríada de lenguaraces- llámense Vera, Valdez, Moreno y muchísimos otros- hacen de la libre interpretación de sus dichos un oráculo y envuelven hasta un simple saludo de cumpleaños en un halo de confusión.

Que esto esté sucediendo en Argentina tiene que ver más con nuestro fetichismo catolicón que con los fundamentos religiosos que nos faltan, producto de una iglesia, la argentina, que no ha tenido nunca un timonel en serio. Digamos la verdad, ¿un millón de personas significa algo de trascendencia religiosa en Luján?, si y no, porque conozco gente que si no va una vez al año a Lujan o a cualquier otro santuario popular considera que está a las puertas del infierno, pero, de cumplir a rajatabla con los mandamientos o, peor aún, sacar de si mismo para dar a Caritas, para dar a los que no tienen, que sí son muchos en Argentina, de eso, bueno, hablemos mañana.

Convengamos lo siguiente tratando de no apuntarnos al deporte nacional de pegarle a Francisco, a mi me molesta, más aún, me asquea que reciba a Hebe de Bonafini, pero Francisco es el Vicario de Aquel que dijo: “habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse”, no es el presidente de la República recibiendo a la Carlotto, y si una furcia a tiempo completo como es “mamá” Hebe se llegara a arrepentir es seguro que se escucharía la fiesta desde la tierra.

Que el Papa de su opinión sobre economía, ecología, historia, política, que diga que nunca fue de “Guardia de Hierro” o de San Lorenzo, etc. me tiene sin cuidado mientras no lo haga ex cathedra, es la opinión de un hombre y como tal falible. Sí me duele en el alma que haya abandonado a un hermano suyo en el sacerdocio en una mazmorra infecta, más aún cuando por acción expresa de éste fue salvado de una conspiración que, de haber salido a luz, de tan perfecta que estaba urdida hubiera sido un golpe del que a la cátedra de Pedro y a la Iglesia Católica le hubiera costado recuperarse. Pero esto es una actitud de Francisco –hombre, no de Francisco– Vicario y como tal Dios Nuestro Señor la evaluará.

Es hora de que los argentinos dejemos de creer que el mundo gira alrededor de nuestro ombligo y leer a aquellos si conocen el camino para aprender que cosa son de Dios y cuales atribuibles al hombre: “Existen entre nosotros fulanos que piensan es devoción al Sumo Pontificado decir que el Papa «gloriosamente reinante» en cualquier tiempo «es un santo y un sabio», «ese santazo que tenemos de Papa», aunque no sepan un comino de su persona. Eso es fetichismo africano, es mentir sencillamente a veces, es ridículo; y nos vuelve la irrisión de los infieles (Leonardo Castellani).”

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