Por Malú Kikuchi.-

La Argentina ha sido a lo largo de su historia un país eurocéntrico, particularmente enamorado de Francia. Su cultura, su diplomacia, su cortesía, nos deslumbraron desde siempre. Hoy, Francia está juzgando a sus candidatos a la presidencia. Tiene elecciones el 23/4 y el balotaje será él 7/5.

Los candidatos con chances son: Marine Le Pen, Frente Nacional (25%), Emmanuel Macro, Socioliberal (24%) y François Fillon, Los Republicanos (19%). Este último sigue bajando en las encuestas. ¿Por qué? Corrupción.

Fillon hace política desde 1976, carrera exitosa, llegó a ser 1° ministro de Nicolás Sarkozy. Está acusado de haber contratado a su mujer, Pénélope, como asistente parlamentaria que nunca trabajó en el Parlamento.

Su partido está dejando de apoyarlo, 56 diputados lo abandonaron, 30 intendentes también, alegando que no representa los valores del LR. La prensa de derecha que lo ensalzaba, lo critica. Un juez allanó su casa de París.

Hasta que se destapó el tema, Fillon era el favorito para la presidencia de Francia. En cuanto a Marine Le Pen, que ha hecho política desde los 14 años, cuando seguía a su padre, al que echó del partido por ser nazi. Ella no lo es. Marine está acusada de nombrar a 2 personas en el Parlamento Europeo (del que es diputada), que nunca trabajaron allí.

El Parlamento Europeo le levantó los fueros para que la justicia francesa pudiera actuar. Siento mucha envidia. Nosotros encaramos elecciones legislativas el 22/10. Conocemos algunos posibles candidatos honestos, del desconocido resto no sabemos nada. Con lista sábana, ¿quiénes serán los candidatos a partir del 5° puesto?

No pedimos el currículum de ningún candidato y una vez electos, nos enteramos que algunos tienen prontuario. Nuestro poder judicial, además de lento, por lo general es oportunista y no acusa a candidatos con chances de llegar.

Mientras en Francia tratan de aclarar nombramientos de “ñoquis”, muy pocos por cierto (igualmente reprobable), y la justicia se aboca a resolver el problema antes de que los ciudadanos voten, nosotros divagamos.

Hemos aceptado en su momento a los K, que pareciera se robaron el país, y nos dejaron blindados a los responsables con fueros de diputados y senadores. ¿Por qué no copiamos a los franceses?

Cuando ellos hablan de “valores” que los representan, se trata de valores éticos, moralmente imprescindibles en cualquier cargo público. Cuando nosotros hablamos de valores, por regla general nos referimos a los valores de la Bolsa de Comercio. Duele. Algo tiene que cambiar.

Ese cambio que esperamos de Cambiemos, debemos exigirlo. Si se sale a la calle para pedir subsidios, para pedir topless en los balnearios o por el femicidio, pedidos válidos o no, todos molestan a los que trabajan.

Salgamos a la calle. Manifestemos delante de La Rosada, delante del Congreso, delante de Tribunales. Dejando que se pueda circular en libertad. Queremos, necesitamos, tenemos derecho a conocer en detalle la vida pública y privada de los candidatos. Es imperativo.

Que el enamoramiento con Francia nos llegue a su justicia política. Sigo sin entender por qué no los copiamos. Nuestra Constitución Nacional, para ser funcionario, exige “idoneidad”. No se pide honestidad porque se la da por descontada.

No demos nada por descontado. Exijamos “valores” a nuestros funcionarios y candidatos. Estamos esperando listas transparentes de todos los partidos políticos. El Congreso no debe ser el aguantadero de personajes que se esconden de la justicia.

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