Por Luis Alejandro Rizzi.-

“Sol Líneas Aéreas atribuyó el cese de actividades a la «rescisión» de un «acuerdo» que mantenía con Aerolíneas Argentinas promovido por la empresa estatal, que le aseguraba a la compañía privada un millón de pesos diarios. «Sol Líneas Aéreas S.A., empresa de accionistas privados argentinos y españoles, anuncia que a partir del día viernes 15 de enero del corriente año cesará sus actividades», enfatizó la empresa privada en un comunicado.” Clarín, 15 de enero de 2016.

Sabíamos que Sol Líneas Aéreas tenía serios problemas económicos y que su futuro estaba en duda. Ya había producido despidos.

El año electoral le tiró un salvavidas de plomo ya que el gobierno “K” con tal de disminuir al máximo la conflictividad social usó a Aerolíneas Argentinas, empresa altamente deficitaria, para subsidiar de modo oculto a Sol.

En su momento criticamos en una nota publicada en este mismo portal el día 15 de septiembre de 2015, sobre la gravedad de ese acuerdo de cooperación suscripto entre Aerolíneas Argentinas y Sol que disimulaba el subsidio.

Pero en esa nota también hacíamos referencia a las causas externas que hacían inviable la operación de Sol y proponíamos algunas ideas para facilitar el desarrollo y fortalecimiento del transporte aéreo.

En verdad, lo hemos dicho unas cien veces, desde 1960 a la fecha todo intento publico o privado de hacer transporte aéreo fracasó. La muestra cabal es Aerolíneas Argentinas, empresa que siempre fue deficitaria, habiendo sido estatal, bajo gobiernos de facto y constitucionales, privatizada pero tomada por otra empresa también estatal, luego quedó privatizada de hecho y gerenciada por American Airlines, mas tarde quedó a cargo de la SEPI, Sociedad estatal de participaciones industriales, órgano público español y finalmente privatizada en beneficio del grupo “Marsans” hoy quebrado y con uno de sus dueños condenado penalmente por su gestión al frente de Aerolíneas Argentinas, gestión que en la Argentina fue bendecida por nuestro Poder Judicial, en uno de sus casos más negros de su historia.

Finalmente en 2008 el estado la estatizó y de allí en adelante siempre necesitó del subsidio llegando al punto que este año 2016 podría necesitar de u$s 800 millones, lo que sería un verdadero y triste record, que finalmente es soportado pro nosotros, los contribuyentes.

Poca gente ahondó en las causas de estos fracasos, pero en un medio cuya moneda perdió 13 ceros en un lapso de poco menos de 50 años, va de suyo que es casi imposible gerenciar con éxito no ya una empresa de aviación sino cualquier empresa y eso explica eso que unos llaman “atraso” y otros “decadencia”.

La política aérea ha sido nefasta y quedo cristalizada en el código aeronáutico, que debería ser cuando menos modernizado, nosotros hemos propuesto un anteproyecto hace más de dos años, y en la ley 19030 que también debería ser pulverizada. Ambas leyes son resabios de gobiernos militares.

La autoridad aeronáutica, hoy la ANAC, debería fundamentalmente dedicarse a verificar la “safety” de las empresas y conceder el derecho a explotar rutas, dejando en mano de las empresas, la fijación de frecuencias, tarifas y todo lo relacionado con su actividad comercial.

Eso no quita que la autoridad de aplicación controle la solvencia económica de las empresas, por medios objetivos y transparentes.

En este lapso político que se inició el 10 de diciembre pasado se debería elaborar una política para fomentar y facilitar los servicios necesarios para la conectividad interna y de alimentación.

Para tal fin debería legislarse un sistema legal específico e integral que vaya desde lo laboral hasta lo fiscal con una vigencia predeterminada que debería ser de entre 5 y 10 años.

La ANAC debería proponer inicialmente entre los países integrantes y socios del Mercosur un cielo único en el que imperen las nueve libertades del aire que debería ser extendido a toda Latinoamérica.

Volviendo a Sol, según la información que dispongo, es una empresa que habría sido sanamente administrada pero es obvio que se vio afectada por un proceso inflacionario que desde 2002 a la fecha fue de casi el 1400%, por un control agobiante por parte de la autoridad aeronáutica, que le fijaba tarifas y le imponía un sistema común de tasas que fueron elementos para asfixiarla económica y financieramente.

Es probable que el gobierno debiera pensar en alguna alternativa que posibilite su reactivación limitada al tercer nivel y a un real servicio “feeder».

Para ello habría que realizar obras de infraestructura en algunos aeródromos del interior para posibilitar ese tipo de operaciones.

Es obvio que en estos momentos la conectividad en la Provincia de Buenos Aires, es un grave problema, por la falta de servicios ferroviarios, el pésimo estado de las rutas y las distancias que se deben recorrer.

Sin ir más lejos me comentaba gente de Mercedes que debe viajar regularmente a La Plata, ciudades separadas por poco más de 150 km, que el viaje demora como mínimo seis horas contando la ida y el regreso.

Más o menos lo mismo me contaba gente de San Carlos de Bariloche y de Gral. Roca que deben viajar a la capital de la Provincia, allí la cosa es pero porque se trata de viajes de 12 a 15 horas en el primer caos y 5 o 6 en el segundo con la necesidad de un pernocte, lo que significa la pérdida laboral como mínimo de un día laboral.

El resto del país también padece el drama de la conectividad y Sol podría tener una función necesaria que justifique la concesión de algún crédito blando y un régimen integral que le permita operar con menores costos.

Aun no se conoce lineamientos de una política para el transporte y menos aun para el aéreo y ello se refleja en el sector aéreo en algunas designaciones con personas que desconocen la esencia del transporte aéreo.

En fin, por ahora Sol pagó los platos rotos, sin que ello nos impida celebrar la rescisión del contrato que había suscripto con Aerolíneas Argentinas, un verdadero disparate injustificable por donde se lo mire.

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