Por Luis Américo Illuminati.-

Responsabilizo del desastre ecológico ocurrido en Córdoba -la provincia donde he nacido- a los gobiernos peronistas. Han quedado quemadas 40.000 hectáreas. Una barbaridad. No tienen excusas ni justificaciones. Podrían haber adquirido uno o dos aviones hidrantes como lo sugirió la Fuerza Aérea en tres oportunidades a través de tres proyectos presentados en la Cámara de Diputados de la Nación con resultado negativo: cajoneados «sine die», tal como lo manifiesto en mi nota: «El proyecto de la Fuerza Aérea contra el fuego que el kirchnerismo dejó de lado». Un lector me respondió lo siguiente y coincido. «Todo lo que Ud. ha recabado es verosímil y soy de la idea de que la omisión de los diputados nacionales y funcionarios del gobierno, los que, a la sazón conducían el timón del Estado, son responsables penalmente de hechos de «comisión por omisión», que más allá de que estén prescriptos o no, deben investigarse en mérito a verdad histórica, ya que, desde mi punto de vista son delitos de lesa naturaleza (ecocidio) y no puede ser que los encargados de velar por los ciudadanos, es inaceptable que hayan olvidado sus graves deberes. Tiene que salir todo a la luz» (Esteban Casasola).

Es mucho el dolor, las lágrimas y la desesperación de la gente que lo ha perdido todo, casa, animales, y es un momento sumamente penoso para quien ha recorrido y conoce como la palma de su mano los lugares donde el fuego ha arrasado el paisaje, hay damnificados que culpan a los bomberos por no llegar a tiempo, cuando en realidad deberían enojarse con los políticos, pedirles cuentas a ellos de esta catástrofe ecológica que es el resultado de no haber previsto lo previsible, no pueden zafar excusándose con el argumento insostenible de que los incendios forestales son un fenómeno fortuito e imprevisible. Al respecto dice el art. 1.730 primer párrafo del CCC: «Se considera caso fortuito o fuerza mayor al hecho que no ha podido ser previsto o que, habiendo sido previsto, no ha podido ser evitado. El caso fortuito o fuerza mayor exime de responsabilidad, excepto disposición en contrario». Un caso fortuito sería que cayera del cielo un meteorito sobre una casa, pero se supone que la sequía y la falta de lluvias no son fenómenos extraños, sino que son condiciones climáticas que favorecen los incendios de los bosques y su peligrosa propagación. El kirchnerismo -principal responsable- tuvo 20 años para implementar un dispositivo eficaz, rápido y dinámico para auxiliar a las provincias con diligencia y profesionalidad en las emergencias. Lo que no hizo por andar ocupada Cristina Kirchner y su partenaire Alberto Fernández -un caso aparte- en mil menesteres tendientes a enriquecerse a costa del Estado y dividir la sociedad envolviéndola en una ola de corrupción como nunca antes se había visto, superando en escándalos al menemismo. Durante 20 años insufribles el kirchnerismo redujo el interés público a su medida, que fue inconmensurable; a su idioma involutivo -como en la novela orwelliana-, a su programa, que fue fraudulento; a su moral, que es abominable; y a su poder, que fue un tentáculo que entraba por la ventana y se robaba todo el oro, dejando al contribuyente ahogado en la miseria y a merced de los malhechores pululando y acechando en las calles -zona liberada para ellos- entre las sombras igual que los vampiros, beneficiados por la nefasta doctrina zafaroniana. Toda esta herencia maldita le dejó el kirchnerismo a Milei para que cargue con el muerto y se caiga con el mismo en la profunda grieta que abrieron, una rajadura del edificio del Estado a punto de venirse abajo. Y hasta ahora desde que Milei se hizo cargo lo viene apuntalando con apeos, vigas y arbotantes, pese a lo cual, se siente el fuerte crujir de los cimientos.

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