Por Nicolás Márquez.-

Queridos amigos, días atrás se contactaron conmigo de la Defensoría Oficial de Tucumán para solicitarme si podía ser testigo de concepto en el juicio que se inició la semana pasada sobre el “Operativo Independencia”, en el cual se intenta no sólo mancillar nuevamente la historia sino encarcelar injustamente a una veintena de militares que, acatando una orden constitucional combatieron al terrorismo subversivo que durante 1974 y 1977 intentó segregar dicha Provincia del territorio nacional.

No es la primera vez que se me convoca a tal fin, pero siempre me he negado porque consideraba que en estos juicios paródicos no tenía mucho sentido hacer un esfuerzo ante sentencias que presumía dictadas de antemano. Sin embargo, ahora que volvió la democracia, acepté la solicitud porque creo que mi aporte ahora sí puede repercutir y prometo poner mis máximos conocimientos técnicos, jurídicos e historiográficos no sólo para ilustrar al Sr. Juez y al Sr. Fiscal de la causa, sino que además retrucaré sin la menor vacilación al aparato mediático colateral conformado por activistas y mentirosos que ya están operando en torno a este proceso: para más datos, vale agregar que los partidarios del terrorismo ofrecieron como testigo de concepto al mismísimo agente Horacio Verbitsky.

Yo en el año 2008 publiqué uno de los mejores libros que haya escrito sobre el particular, el cual se titula “El Vietnam Argentino. La guerrilla marxista en Tucumán”, y para tal fin he leído una exhaustiva bibliografía y documentos sobre la guerra civil a la sazón acontecida en el Jardín de la República, de modo que cuento con la responsabilidad y la confianza de haber estudiado lo suficiente sobre lo que ahora se pretende juzgar.

No les daré tregua a los mercaderes de memoria e iré a declarar con mucho orgullo y con la tranquilidad intelectual y moral de que cuento en mi favor no sólo con el conocimiento histórico suficiente sino con mi integridad y honestidad intelectual:

Allá estaremos.

PD: ¡Dios con nosotros!, y si Dios con nosotros: ¿Quién contra nosotros?

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