Por Carlos Tórtora.-

El próximo sábado Javier Milei retomará su rol de líder partidario con un acto en Parque Lezama. De este modo busca sacar a La Libertad Avanza de una compleja situación, en medio de un pronunciado resurgimiento del kirchnerismo. El partido del gobierno está herido por la división de sus bloques legislativos en la provincia de Buenos Aires, más la crisis irresuelta de su bloque de diputados nacionales y otros problemas menores en el Senado.

En el caso de La Libertad Avanza, no se está cumpliendo la premisa de la política que dice que siempre el partido oficialista está ordenado y disciplinado por el poder. El reciente retorno a las filas libertarias de Carolina Píparo fue mostrado por la prensa oficial como un éxito de la recomposición partidaria.

Toda la estrategia electoral del gobierno se basa en una necesidad: en el 2025 el gobierno debe ganar en Buenos Aires para proyectar esto como un triunfo nacional y comprar así gobernabilidad. En segundo lugar, está la importancia de vencer en Capital, donde sólo podría hacerlo si cuenta con los votos del aparato del PRO.

Lo paradójico es que las cosas se van encaminando hacia la dependencia de Milei de figuras que no son propias y esto ocurre porque los libertarios carecen de dirigentes de peso. En Buenos Aires hasta ahora el candidato oficialista que más mide es Diego Santilli, ya que los sondeos sobre José Luis Espert no permiten alentar grandes esperanzas. Y en Capital, donde se elige senador, la candidatura de Mauricio Macri sería la solución para el oficialismo.

Los límites de LLA

De este modo, le guste o no a Milei, su mejor armado electoral depende bastante del PRO. La velocidad con la que Patricia Bullrich y otros se mueven para captar legisladores de la UCR se explicaría en parte por la necesidad de encontrar espacios de crecimiento sin el PRO. A esta altura de los acontecimientos, la expectativa que puede tener Milei de captar al partido amarillo es casi nula. Debe contentarse entonces en tejer una alianza razonable con Macri, aun corriendo el riesgo de que éste, una vez senador, estreche vínculos con Victoria Villarruel.

En el interior, el partido libertario tiene una situación irregular pero le será difícil ganar las legislativas en casi todas las provincias. El voto a Milei no es transferible a sus candidatos, como ya se demostró en varias provincias. El presidente y su hermana deben conseguir figuras locales con arrastre para encabezar las listas y esto no es fácil.

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