Por Guillermo Cherashny.-

La presentación de Sergio Massa de su alianza con José Manuel de la Sota para las PASO del 9 de agosto es la contraofensiva definitiva del ganador de las elecciones legislativas del 2013 para posicionarse en un eventual ballotage en el que podría ganarle a Daniel Scioli o Mauricio Macri. Pero antes, debe salir del tercer puesto en el que se encuentra en estos momentos, porque la opinión pública, que lo eligió hace dos años para impedir la re-reelección de Cristina, no lo está viendo ahora como el que está en mejores condiciones de ganarle al oficialismo. El 30% anti-k furioso se alinea hoy con Mauricio Macri en lo que puede ser su techo. No piensan lo mismo el jefe de gobierno y sus socios Elisa Carrió y Ernesto Sanz, quienes creen que se trata de un piso y que no tiene techo. Por si esto fuera poco, Massa está convencido con razón de que el establishment económico y los grandes multimedios tienden a soslayarlo y están jugando a favor de Macri. Ésta es la razón por la cual quiere producir un hecho político resonante con un acto masivo hoy en la cancha de Vélez Sarsfield.

Retomar la ofensiva

Su esperanza es que la semana que viene las encuestas le den una buena noticia, aunque son pocos los encuestadores que le dicen la verdad. Aunque el tema es controvertido, algunos opinan que si a la nueva empresa se suman los Rodríguez Saá, el tigrense puede volver a pisarle los talones a Macri y, como éste no tiene capacidad de acumular votos en el conurbano, podría disputarle el segundo lugar. En este contexto, las PASO del 9 de agosto serían a suerte y verdad y no es impensable un escenario en el cual se den aproximadamente los siguientes números: que Scioli obtenga 34%, Macri 28% y Massa-De la Sota 26%, con lo cual no estaría claro si habrá ballotage y quiénes irían al mismo.

Otra alternativa que manejan sectores del establishment es que Macri le ceda la candidatura a gobernador de Buenos Aires a Massa, lo cual podría facilitar el triunfo. Sin embargo, hoy por hoy, ni Macri ni Massa lo quieren, entonces quedaría todo así hasta las PASO. En caso de no entrar al ballotage, Massa probablemente no apoyaría ni a Scioli ni a Macri.

El cristinismo, que está manejado por profesionales, ya le ofreció competir por la gobernación de Buenos Aires por el Frente para la Victoria, donde pagaría el alto precio de diluir su imagen para siempre, aunque electoralmente alcance el objetivo. Por ultimo, podría ocurrir que el candidato a presidente sea José Manuel de la Sota con un vicepresidente muy joven cercano a Massa y éste baje a disputar la gobernación bonaerense, como le reclaman muchos intendentes de su espacio.

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