Por Carlos Tórtora.-

Con la convocatoria a elecciones internas para renovar autoridades el próximo 2 de mayo, el PJ bonaerense entró en ebullición. Es que está en juego una de las principales operaciones políticas de la Casa Rosada, la asunción de Máximo Kirchner como jefe del peronismo bonaerense, como un paso más en la escalera que lo llevaría a ser candidato presidencial en el 2023. En un tono triunfalista, La Cámpora viene anunciando desde meses atrás que habrá un inminente acuerdo de unidad para que la candidatura de Máximo a la presidencia del consejo partidario sea la voluntad de todos los sectores. El principal operador de este tema dentro del PJ es el intendente de Lomas de Zamora Martín Insaurralde, que se topó con la resistencia del intendente de Esteban Echeverría Fernando Gray, que junto a un grupo de dirigentes sigue soportando la ofensiva del kirchnerismo duro. Ahora, con el cronograma electoral corriendo, los tiempos para la unidad se acortan y en el entorno de Máximo todos miran a Insaurralde, que prometió el oro y el moro. El caso es que los intendentes saben lo mucho que el hijo de Cristina Kirchner necesita ser ungido por consenso y ponen en la balanza sus pretensiones. Una de las mismas es la que tienen una buena cantidad de alcaldes que, por la nueva legislación, no podrán ser reelectos este año.

De los 135 intendentes bonaerenses, 95 no podrán ser reelegidos dentro de dos años. En ese extenso grupo, entran muchos de los pesos pesados del conurbano. En especial del peronismo. Dirigentes que gobiernan localidades con más de 300 mil habitantes y transformaron el poder territorial, que les dan los votos, en poder real, que tienen algunos pocos y les da la posibilidad de ser influyentes. Entre los jefes comunales más destacados que no podrán reelegir están Mariano Cascallares (Almirante Brown), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Ariel Sujarchuck (Escobar), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Gustavo “Tano” Menéndez (Merlo), Juan Zabaleta (Hurlingham), Julio Zamora (Tigre) y Andrés Watson (Florencio Varela). Sólo algunos nombres propios de una larga lista.

Muchos de los citados pretenden que el kirchnerismo les asegure bancas de diputados nacionales que les provean de fueros, muy útiles en caso de que la revisión que se haga de sus gestiones derive en denuncias penales. La cúpula de La Cámpora viene deslizando mensajes tranquilizadores pero los intendentes saben que el kirchnerismo no regala así nomás las diputaciones y están alertas.

PASO: ¿sí o no?

Tampoco está claro si habrá PASO en Buenos Aires, porque el congreso nacional no trató todavía ningún proyecto para suspender las mismas. Todo esto aunque en la oficina de Sergio Massa aseguran que luego de ganancias viene el debate sobre las primarias. Si por el Covid-19 no se realizan las PASO nacionales, sería irrazonable que igualmente se celebren las PASO bonaerenses, aun cuando La Cámpora encabece las presiones para que sí tengan lugar.

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