Por Guillermo Cherashny.-

Días después que Laura Di Marco revelara en su libro que Carrió le pidió perdón al presidente por calificar a Daniel Angelici como «operador judicial», el presidente de Boca y la locuaz legisladora hicieron las paces y el pato de la boda fue Jorge Rizzo, el presidente del Colegio de Abogados de la Capital Federal, quien a su vez es el abogado de Ricardo Lorenzetti, el presidente de la Corte Suprema, en la demanda que le entabló a Elisa Carrió por un millón de dólares, en el cual la diputada no se puede amparar en sus fueros y tiene miedo de perderla porque los argumentos contra Lorenzetti ya fueron sobreseídos o son flojos. El calmante de esta preocupación serían los seis diputados nacionales que obtendrá la Coalición Cívica en Capital y en la provincia de Buenos Aires para aumentar su actual escuálida bancada.

Da la impresión de que Carrió asumió un pragmatismo que no se le conocía para lograr esas seis bancas y otra segura por la provincia de Santa Fe, y algunas más en otros distritos, de ahí que ahora, hasta nuevo aviso, Daniel Angelici pasó a ser su amigo.

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