Por Guillermo Cherashny.-

Luego que Alberto Fernández declarara a Página 12 que mandaría un proyecto para la legalización del aborto, el presidente se reunió a solas con Patricia Bullrich, la futura presidente del PRO, para comenzar una oposición dura contra el gobierno peronista. En efecto, piensan que la discusión parlamentaria sobre el aborto los uniría con los evangelistas, que tienen gran poder en Brasil y Bolivia con los presidentes Bolsonaro y Añez, y al mismo reconciliarse con el Papa Francisco, con el cual el todavía presidente sufrió varios desplantes del sumo pontífice. Como se sabe, los opositores votaron a Gómez Centurión, que obtuvo más del 2% en todo el país, y de este modo podrían recuperar esos votos. Pero el motivo principal es seguir movilizando multitudes, como el próximo 7-D para despedir a Macri, quien ya anunció que «esto recién empieza». Y la discusión por el aborto puede ser el primer hito para la llamada «religión macrista» que piensan movilizar junto a repudiar una «suelta de presos k» y también criticar al nuevo gobierno en su política económica, a la cual tildarán de populista. Pero no sólo harán declaraciones sino movilizaciones populares como le piden desde las redes sociales quienes unánimemente consideran a Mauricio Macri como líder de la oposición al kirchnerismo y peronismo que dejó un desastre después de 70 años de populismo que impidieron que el presidente lograra la reelección por la herencia recibida.

No se sabe qué harán Rodríguez Larreta y Emilio Monzó, que tiene una posición más moderada, pero la señal que mandó Macri al promover a Patricia Bullrich como presidenta del PRO es que hará una dura oposición desde el 11 de diciembre.

Share