Por Guillermo Cherashny.-

La publicitada reunión del Presidente de la Nación Mauricio Macri con el conductor Marcelo Tinelli -quien es también el mandamás de San Lorenzo de Almagro- deparó abrazos y selfies en la red social Snapchat, lo que fue muy criticado por los seguidores del PRO en Twitter -que intentaron que el público no viera el programa de Tinelli y fracasaron-, quienes repudiaron por frívola la reunión de ayer, diciendo que el presidente tiene problemas más graves que atender. Sin embargo, Macri ya se metió en el lío de la AFA, por ser generosos, donde desplazó a Marcelo Tinelli y a Hugo Moyano, quienes querían presidirla, y después pasó a la ofensiva al forzar la designación de Armando Pérez, presidente de Belgrano de Córdoba, como delegado normalizador de la AFA, al mismo tiempo que decidió que el estado no banque más el Fútbol Para Todos salvo este campeonato, que seguirá financiado por el gobierno. Pero el problema está en el monto que quiere poner el gobierno.

Tinelli, después de ser desplazado por el gobierno de la AFA, tenía consenso para ser presidente de la superliga y había alquilado oficinas en Avenida del Libertador, pero Macri también le pinchó esa idea y puso a Armando Pérez junto a Fernando Marín -su delgado- para que manejen el fútbol, y de los 2.500 millones prometidos, el gobierno los bajó a 1800 millones, lo que motivó las críticas del ascenso, que amenaza no empezar el fútbol el 13 y el 19 de agosto, a lo que el gobierno dice que no hay dinero.

Al mismo tiempo, Macri, Marín y Pérez quieren contratar al DT de la selección, algo urgente también, y el elegido es Sampaoli, el ex DT de Chile, ahora en el Sevilla español que para liberarlo tiene una cláusula de rescisión de 6 millones de euros. Entonces, los clubes de la AFA se quejan porque no tiene los planteles al día y, por tanto, si no hay dinero, no hay por qué gastarlo en una rescisión.

Macri fue un exitoso presidente de Boca Juniors y ocupa mucho de su tiempo en reorganizar la AFA, nombrar al técnico de la selección y que vuelva Messi, que renunció, pero no se da cuenta de que si no vuelve la estrella y la selección empieza a perder la clasificación, el pueblo futbolero se la agarrará con él y no con el técnico y los jugadores, como pasó en la Copa América Centenario que se jugó en los Estados Unidos en junio pasado. Además, si el fútbol no empieza entre el 13 y 19 de agosto, con la gente agobiada por el tarifazo, se pueden provocar episodios de violencia.

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