Por Guillermo Cherashny.-

La mayoría de los economistas coinciden en señalar que la economía arrancó en noviembre y diciembre, pero enero y febrero -el veraneo en el país- fue malo, porque millones se fueron al exterior por el atraso cambiario. Pero en febrero, cuando gran parte de la gente había vuelto, el consumo cayó el 6,6% y, si el consumo es el 75%, es obvio que la economía no arrancó y sigue la recesión a pesar de que Nicolás Dujovne, el ministro de hacienda, dijo lo contrario.

Estos datos y la realidad que se vive en la calle generan preocupación en el gobierno, que ve cómo en las encuestas la intención de voto en el conurbano se desvanece a cuatro meses de las PASO y todos los boletos están jugados a la obra pública para que la gente vea cloacas y algo de mejoras en las rutas y fundamentalmente el Metrobus a la Matanza, para repetir la receta que le salió muy bien en CABA. Pero en esos años la gente tenía plata en el bolsillo, quizás una ficción creada por el cristinismo que no duraría para siempre, pero la plata y las changas para llegar a fin de mes estaban y ahora no.

La huelga docente está horadando la imagen de Macri y también la de Vidal, porque los padres se quejan de que es hora de que les den un aumento del 25% a los maestros frente al 35% que reclama Baradel. El problema es que, si le dan el 25% a los maestros de inmediato, toda la administración pública provincial y nacional, seria desastroso para el gobierno, que tampoco quiere que se dé un aumento parecido en las paritarias privadas, lo que arruinaría la pauta de inflación del 17% que impuso el BCRA.

El problema es que, si no dan un aumento del 25% o superior, el consumo no se recuperará y el gobierno marcharía a una derrota en la provincia de Buenos Aires.

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