Por Guillermo Cherashny.-

Los ataques de Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados, contra Jaime Durán Barba son compartidos por muchos dirigentes del PRO, Carrió y la UCR; pero exigirle cambios de gabinete al presidente fue «too much», aunque no impidió que se lo reeligiera como líder de la Cámara baja.

Pero la lucha de facciones en Cambiemos tiene un solo nombre: Carrió y es que la pasional legisladora dijo que el presidente, al igual que ella, quieren hacerle juicio a Lorenzetti, presidente de la Corte, cuando en realidad no pasaba por la cabeza de Macri pero, como el presidente teme que Carrió recuerdo su dudoso pasado, le hace correr un frío por la espalda a Macri.

En efecto, Carrió le dijo a Lanata que Macri quiere hacer las cosas bien pero tiene su historia, que le aparece en todo momento. En otras palabras, amenaza con revelar la corrupción pasada de Macri ¿y la actual? Y como el presidente no la desmintió, hace que todos los sectores le falten el respeto y la iracunda diputada no tuvo reparos en acordar con los K en la provincia de Buenos Aires para intentar liberar al prefecto Díaz Congiorno, que intrusó la casa de Sergio Massa con una pistola con silenciador.

La diputada parece querer rever la condena a 18 años del agente de inteligencia con el fantasioso argumento de que le robaron más dinero que el que se declaró, extremo imposible de probar y, en caso de ser cierto, no aleja el dolor del prefecto, quien recibía órdenes de Sergio Berni y en cuya ayuda apareció Washington Palacios, fiscal K de Pilar, que con testigos truchos -como está comprobado- quiere anular al sentencia, lo que produjo la suspensión y casi segura expulsión de su fiscalía en los próximos 90 días. No sólo quiere descalificar a Massa, quien marcha primero en las encuestas en la provincia de Buenos Aires, sino que al cuestionar al fiscal de actividades complejas de San Isidro, el Dr. Scapolan, vincula a Jorge Macri, Gustavo Posse y Sergio Massa a delitos indeterminados, pero no presenta denuncia judicial, porque sabe que sería desestimada de inmediato, pues si existiera amistad entre Scapolan y Jorge Macri, Gustavo Posse y Sergio Massa no sería delito alguno del Código Penal.

Carrió, en su carrera desenfrenada por ser candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires, está poniendo en riesgo a todo Cambiemos, a María Eugenia Vidal y al sistema de alianzas de gobernabilidad que tiene con Massa, Stolbizer e intendentes peronistas a los cuales quiere jubilar en nombre del honestismo.

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