Por Carlos Tórtora.-

Probablemente la maniobra política más importante de estas últimas semanas fue el pase de Emilio Pérsico del albertismo al cristinismo. El Movimiento Evita no sólo es importante en sí mismo sino que era la única base de sustentación territorial con la que contaba Alberto Fernández para su proyecto de terciar en una PASO del Frente de Todos para presidente. El caso es que el presidente ha perdido una pieza fundamental de su armado y ahora debe repensar todo. Por ejemplo, si seguirá tratando de representar algo distinto del kirchnerismo duro o si se entregará mansamente a los dictados de Cristina. La realidad es que ella no lo quiere a su lado, porque necesita continuar con la simulación de que éste no es su gobierno y que Alberto está lejos de ella, una farsa que se estropearía si el presidente se abrazara con ella. Así las cosas, una incógnita válida es qué rumbo va a tomar un presidente cuyo poder se extingue cada día que se acerca al final de su mandato.

Tercero en discordia

Sin duda alguna, con los restos de poder que tiene, todavía lo que haga el presidente es decisivo para la configuración del mapa político. Pero se enfrenta a una nueva realidad: las candidaturas de cristina Kirchner y Sergio Massa ya se echaron a rodar, aunque ninguno de ellos las aceptaron. Esto significa que el oficialismo se va dividiendo entre los que postulan a la vicepresidenta y los que se inclinan por el Ministro de Economía. Con esta situación y al no ser candidato, Alberto va camino a transitar por el peor de los mundos. A tal punto es así que algunos de sus íntimos le aconsejan que se candidatee aunque sea para no desaparecer políticamente. Mientras tanto, las alquimias electorales también incluyen las versiones de fórmulas como Cristina-Massa o Massa-Cristina. Volviendo al presidente, él podría intentar sacar provecho de esta dualidad respaldando a Massa para generar un polo no kirchnerista, aunque este último es difícil que en este momento acepte meterse en semejante entuerto. Todo depende de si las relaciones entre CFK y Massa tienden a tensarse o continúan pacíficamente. Teniendo en cuenta que se acercan meses borrascosos para la economía, lo más probable es que surjan roces cada vez más importantes.

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